En Cali, la Navidad no solo se vive entre luces y villancicos, sino también con una tradición profundamente arraigada en los corazones de sus habitantes: la novena de aguinaldos. Esta es celebrada junto al pesebre, -representación del nacimiento del niño Jesús-, que se ha convertido en el centro de un ritual religioso que, además de su carácter espiritual, fomenta la unión familiar.
Con ese propósito, San Francisco de Asís, el santo de la humildad y de la pobreza, en la Navidad de 1223, en el pueblo de Greccio, Italia, reunió a gente del pueblo y a animales, que conformaron el primer pesebre en la historia. Ese mismo sentir, por cientos de años, ha impulsado a muchas personas, en los barrios de Cali, a desplegar toda su creatividad para dar vida a verdaderas obras de arte. Desde materiales reciclados como botellas plásticas y cartón, hasta elaboradas estructuras con fuentes de agua, figuras artesanales y móviles, luces e incluso bonsáis, cada pesebre refleja el ingenio y el espíritu festivo de sus creadores.
“Me alegra mucho ver a las familias reunidas en torno al pesebre. Cada persona representa una historia de amor con Él, (Jesús). Basta con mirar diferentes episodios de la Sagrada Escritura, donde aparecen San José y la Virgen María, para ver cómo Dios les habló y los animó a no tener miedo de estar con Él. Esa historia de amor sigue viva y presente en el corazón de nuestras familias”, dice el padre Joaquín Alberto Gómez, director ejecutivo del Banco de Alimentos de Cali.
“Descubrimos que el Dios Niño es el mismo Dios que luego nos dice: ‘Denles ustedes de comer’. Es el Dios que, aunque no tenía nada, nos enseña a compartir y a construir un mundo más humano. Jesús nos muestra que, aunque pasó por dificultades, las vivió con amor y confianza en su Padre. Es vital acoger su mandato y ser constructores de un mundo más humano. La historia de Belén, de humildad, cercanía y sencillez, nos invita a educar al estilo de la Familia de Nazaret: Jesús, José y María, con sus virtudes y valores”.
El Bosque
Jesús María Hernández ha creado un impresionante pesebre que incluye más de 2000 figuras y 100 árboles bonsái naturales, ocupando un espacio de aproximadamente 30 m2. Entre sus detalles más llamativos destacan dos ríos y escenarios que recrean la vida de la época, como viñedos, pescadores y tejedores. Este proyecto, que comenzó en octubre y tomó dos meses y medio en completarse, es una tradición que la familia Hernández ha mantenido por más de tres décadas. Durante la Novena de Aguinaldos, familiares y vecinos se reúnen alrededor del pesebre para rezarle al Niño Jesús, fortaleciendo los lazos comunitarios y familiares.
Mágica Navidad en Siloé
Sobre una gran roca, en el sector de San Francisco, en el barrio Siloé, Julieth Zapata ha transformado un espacio común, en un lugar de reunión y canto. Desde 2017, organiza un pesebre que incluye actividades previas como limpieza, pintura y decoración de la piedra, involucrando a vecinos y solicitando donaciones. Este año, convoca a 200 niños, y su pesebre tiene fuente de agua, una gran estrella, ángeles, y bancas para las madres y sus pequeños. También lidera a 47 mujeres cabezas de hogar que fabrican adornos navideños. Este año quiere cambiar la Navidad de estos niños, cuenta con 90 de 200 regalos que necesita. Pide que la gente done obsequios o refrigerios, en la cra. 27 # 4-40 oeste, Marquetería obras y Marcos, Parque del Perro. Recibe Octavio Zapata.
El pesebre móvil de Antonio
Antonio Tapasco lleva 18 años decorando su taxi con un pesebre móvil, una tradición que comenzó al colocar pequeñas figuras, que generaban curiosidad y gozo en los niños que transportaba. Eso le dio la idea de hacer su pesebre en el automóvil en Navidad, lo llegó a ubicar en el techo y en el capó. Este 2024 lo colocó en la repisa frente a su volante y le incluyó una fuente de agua eléctrica. Además de ser una experiencia espiritual gratificante para sus pasajeros, él cuenta que lo ha protegido, pues un intento de atraco se frenó gracias a este homenaje a Jesús que descrestó al ladrón. Todos los días, Antonio realiza la Novena de Aguinaldos durante las carreras, en las que programa villancicos y brinda galletas a sus clientes.
Heredero de tradición
Michael Vivas, residente del barrio Floralia, ha continuado y perfeccionado la tradición de construir pesebres legada de su abuela. Desde hace más de 10 años los elabora, manteniendo proporciones realistas entre las figuras y las casas. Con el tiempo ha incorporado nuevas técnicas y materiales, la mayoría reciclables, como cartón, icopor, estropajo pintado y fibra de coco, para cuidar el medio ambiente. Este año, su pesebre incluye un río que atraviesa toda la estructura desde una cascada hasta un acuario; detalles hechos a mano, como casas, murallas, frutas y panes. Su pasión lo llevó a compartir tutoriales en TikTok y ha elaborado pesebres para su parroquia, San Felipe Apóstol.