Cada fin de año, las personas realizan rituales de paso de origen religioso y popular, con los cuales se predisponen para empezar un nuevo ciclo con buena actitud y esperanza. Entre estos ritos se encuentra la costumbre comer 12 uvas a las 12 de la noche, esparcir arroz y lentejas por la casa y, una de las más singulares, usar ropa interior de color amarillo el 31 de diciembre.
En los países latinoamericanos esta costumbre es muy practicada, lo que se puede evidenciar en las múltiples tiendas de ropa que hay en las ciudades, en cuyos escaparates se exhibe solo ropa interior de color amarillo de todas las tallas y marcas, por esta temporada.
Aunque el ritual se atribuye a la idiosincrasia latina, tiene justificaciones de diferente orden: en primer lugar, que el color amarillo está relacionado con la riqueza y la abundancia, por lo que llevarlo en la ropa interior alude al deseo de tener mejores condiciones económicas y mayor actividad sexual, o incluso encontrar una pareja, o tener hijos. Cada persona enfoca el ritual de acuerdo a sus deseos y necesidades, pero por lo general, apunta a la riqueza material.
No es casualidad que el color elegido sea el amarillo, de hecho, puesto que según la psicología del color, está asociado con la luz del sol y se considera un color que representa la positividad, la energía y la claridad mental. De hecho, incluso, usar prendas de este color en fin de año, no necesariamente ropa interior, se interpreta como una señal que atraerá buenas vibraciones en el periodo de tiempo que inicia.
Con los años, esta tradición ha evolucionado y se ha extendido a diferentes países, principalmente, a los que han migrado muchas poblaciones latinas. De esta forma, se ha hecho más popular en el mundo. En algunos lugares, se cree que llevar ropa interior amarilla también se propiciará la buena fortuna sentimental, pero no solo a nivel sexual, sino para atraer relaciones estables con las que haya posibilidad de formas una familia.
Más allá de las garantías que pueda tener usar o no ropa interior en la Noche Vieja de este 2023, lo que se busca con estos rituales es motivar y animar a las personas para proyectar de forma positiva algunos objetivos pendientes en su vida. Por otro lado, también es una forma divertida de empezar el nuevo año.