En muchas culturas, el martes 13 es considerado un día de mala suerte, una creencia que ha perdurado a lo largo del tiempo y que influye en las decisiones de las personas, desde evitar compromisos importantes hasta no viajar. Pero, ¿cuál es el origen de esta superstición y por qué ha arraigado tan profundamente en la conciencia colectiva?
El martes, como día de la semana, ha estado históricamente vinculado a Marte, el dios romano de la guerra. En la mitología romana, Marte era una deidad feroz, asociada con la violencia, el conflicto y la destrucción. Este vínculo con la guerra y la muerte impregnó a este día con una connotación negativa, particularmente en las culturas que absorbieron elementos de la mitología romana. En estas tradiciones, se cree que el martes es un día propicio para las calamidades y la violencia, un día en el que es mejor evitar actividades importantes o arriesgadas.
Además, en la numerología, el número 13 ha sido visto como portador de infortunios. Aunque en otras culturas y contextos este valor puede tener connotaciones diferentes, en la tradición cristiana se relaciona con el mal presagio. Por ejemplo, en la Última Cena, eran trece los comensales presentes, y Judas, el traidor, es considerado el decimotercer invitado.
Por lo anterior, esta combinación de día y número, martes y 13, ha generado un día que muchos evitan por considerarlo de mala suerte.
La influencia de la religión y los mitos en la cultura hispana
La tradición cristiana ha jugado un papel crucial en la consolidación de la superstición del martes 13. La crucifixión de Cristo, según algunas interpretaciones, tuvo lugar un viernes 13, lo que añade un peso adicional al número en el imaginario colectivo. Sin embargo, en las culturas hispanas, la asociación del martes 13 con la mala suerte se ha fortalecido debido a la fusión de creencias precristianas con las enseñanzas cristianas.
Por otro lado, en la mitología griega, el martes estaba asociado con Ares, el dios griego de la guerra, equivalente a Marte. Al igual que en la tradición romana, Ares era una figura temida, conocida por su agresividad y su influencia en las batallas. Esta percepción negativa del martes ha trascendido a lo largo de los siglos, alimentando la creencia de que este día es propenso a eventos desafortunados.
En la cultura popular, estas creencias se han perpetuado a través de refranes y dichos populares, como “En martes, ni te cases, ni te embarques”, que refuerzan la idea de que este día es de mala suerte. A lo largo de generaciones, estas advertencias se han transmitido, solidificando la superstición en la vida cotidiana.
A pesar de vivir en una era de avances tecnológicos y científicos, muchas personas siguen evitando realizar ciertas actividades en martes 13, como casarse, viajar o iniciar proyectos importantes. Incluso, en algunas regiones, es común ver a personas posponer eventos o decisiones significativas para otro día, evitando así cualquier posible mal augurio.
Sin embargo, también hay quienes desafían esta superstición, viéndola como una creencia sin fundamento. Psicólogos y expertos en comportamiento señalan que esto es un ejemplo de cómo las creencias culturales y los mitos pueden influir en el comportamiento humano, a pesar de la falta de evidencia lógica que las respalde.
El martes 13 se ha convertido en un tema recurrente en la literatura, el cine y la televisión, donde se explora el temor a lo desconocido y las consecuencias de ignorar las supersticiones. Esta representación en los medios refuerza la presencia del martes 13 en la cultura popular, manteniendo viva la tradición y, en muchos casos, ampliando su alcance a nuevas generaciones.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.