El 10 de marzo también fue la noche más esperada para los diseñadores y estilistas de Hollywood, quien vieron a sus clientes pasearse por la alfombra roja después de meses de negociaciones y pruebas.
Emma Stone, una de las más esperadas de la velada acaparó todas las miradas con una bella creación en seda color verde menta de Louis Vuitton. La falda estilo ‘peplum’, ideal para mujeres muy delgadas, no pasó desapercibida, como tampoco el diamante amarillo de 30 quilates que lució en el collar que rodeaba su cuello”, comentó Jorge Dusterdieck, periodista experto en moda.
Aunque no se llevaron el Óscar a casa por el que Emily Blunt estaba nominada, ella y su esposo, el también actor John Krasinski, debieron ser premiados como “la pareja perfecta”. En su paso ante los fotógrafos, le dieron al mundo una lección de buen gusto.
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“Ella iba vestida con un diseño blanco de alta costura de Schiaparelli, con una abertura en la pierna. Junto a Krasinski iban en color off-white (blanco crema). Punto a favor del esposo haber usado un ‘tuxedo’, complementando a la perfección el elegantísimo vestido de su pareja”, agregó Dusterdieck.
En el lado opuesto está Billie Eilish, quien pisó la alfombra roja decepcionando a los críticos de moda, pero siendo fiel a su estilo irreverente.
Para el periodista y experto en moda, “ella, indiferente desde siempre a los cánones de la moda, eligió un top blanco mezclado con una chaqueta negra y una falda a cuadros, todo de Chanel. Su cabellera lisa y suelta complementaban este look un tanto oscuro de estudiante de bachillerato, que no fue uno de los favoritos para una alfombra que está acostumbrada a vestidos largos y enjoyados”.