Sigue impactando en redes sociales y medios de comunicación el drástico cambio físico de la Reina del Pop, Madonna, tras su aparición el pasado domingo, en los premios Grammy, en los que presentó a los galardonados Sam Smith y Kim Petras.
A sus 64 años, según médicos cirujanos, la artista de la ‘Ciao bella’ tiene implantes de colágeno, bótox y exfoliaciones faciales, algo que salta a la vista para sus seguidores —y detractores—, quienes quedaron asombrados con su hinchado y extraño rostro.
Las transformaciones más notorias en la cara de Madonna comenzaron a principios del año 2000, a sus 42 años, pero fue a partir del 2021 cuando su rostro comenzó a parecer inflamado. El año pasado, durante el concierto con el colombiano Maluma en Medellín, se notaba ya una completa transformación de la diva que tuvo su mayor apogeo en los años 80’s.
Frente a las críticas a su fisonomía, después de su última aparición, la artista de ‘Like a virgin’ publicó: “una vez más estoy atrapada por el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia que impregna el mundo en el que vivimos”. Y no se quedó callada ante sus casi 19 millones de seguidores en esa cuenta. Para una cantante que siempre ha sido polémica por sus declaraciones y forma de ser, no pretende pedir perdón por su nueva imagen.
Además agregó en su cuenta que este es “un mundo que se niega a celebrar que las mujeres pasen de los 45 años y que siente la necesidad de castigarla si continúa siendo fuerte, trabajadora y aventurera”. Su énfasis con este comentario trasciende el plano personal y plantea una discusión sobre el cuestionamiento constante de la sociedad y su manera de juzgar el cuerpo y la decisión de la mujer sobre sí misma.
Frente a la pregunta de muchos de los seguidores sobre el posible uso bótox por parte de la cantante, El País consultó a Alan González, médico especialista en cirugía plástica estética y reconstructiva, “no podemos generalizar cuando las personas presentan cambios en las características normales de su expresión y rasgos faciales y asociarlos con la utilización de la toxina botulínica (nombre médico para el bótox). Considero que existen muchos procedimientos que no bien orientados generen cambios que producen pérdida de la expresividad, de la naturalidad y en muchos de los pacientes, de los rasgos. En el caso de Madonna lo que le están criticando es que no se ve como estaba antes y no parece ser ella misma. Pero no considero que podamos generalizar que sean asociados a esta toxina”.
A la luz de los psicólogos, la obsesión por la eterna juventud puede convertirse en una droga y tiene nombre propio: dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal (TDC). “Es una distorsión de la percepción y valoración corporal, de una preocupación exagerada por algún defecto inexistente en la apariencia física, o bien, en una valoración desproporcionada de posibles anomalías físicas que pudiera presentar un individuo aparentemente normal”, según la psicóloga Raquel Fernández, de la clínica de psicología, sexología y estética Ishtar Beauty.
Se trata, de acuerdo con la experta, de “gente temerosa respecto a la opinión que otros puedan tener sobre ellas o su físico. Pueden llegar a verse como monstruos o deformes porque tienen una imagen distorsionada de sí mismos, cuando en realidad son normales. Eso les genera gran ansiedad y tienden a no racionalizar, afectándoles a su vida cotidiana, volviéndoles inseguros e infelices”. Muchos se convierten en adictos a la cirugía plástica. Siempre encuentran una imperfección imaginaria, que los motiva a volver al quirófano una y otra vez.
Es el caso de Madonna, quien se ha levantado y estirado, a través de lifting la piel del cuello, la cara y la frente; se ha practicado blefaroplastia completa o cirugía de los párpados y elevación del tercio medio, para eliminar el exceso de piel y las bolsas, y además ha rasgado la mirada con cantopexia.
Sin contar una rinoplastia con la que adelgazó su tabique y elevó la punta nasal y con la queiloplastia para elevar el labio superior. Sumemos el aumento de volumen de sus labios con ácido hialurónico y la perfilación de mentón y maxilar inferior con infiltración; retoques con bótox, y un tratamiento con láser facial o peeling médico profundo, para “rejuvenecer la piel”. En esto se habría gastado unos 20.000 euros.
La cantante en los años 80 siempre se presentó muy a la vanguardia de la moda con una mezcla que iba del catolicismo al punk.
La Reina del Pop es un un ícono musical, de liberación sexual, de feminismo y de moda de las décadas de 1980 y 1990.
Lifting, blefaroplastia, foxy eyes, rinoplastia y perfilado de mentón son las intervenciones palpables en 2022 para la Reina del Pop. Podrían sumar unos 20.000 euros el monto total que han tenido estos cambios extremos para la artista. Cambios evidentes que los espectadores pudieron evidenciar a su paso por Colombia en concierto con Maluma el año pasado.
Después del 2012, los fans sospecharon que se había puesto implantes de glúteos, después de verla en una actuación sorpresa por las fiestas de fin de año en Nueva York, ella respondió “tengo derecho sobre mi cuerpo”.