El pasado 23 de febrero el Canal Trece estrenó ‘Reportera X’, una serie de seis capítulos que mezcla la dramaturgia tradicional con elementos de un falso documental, para ofrecer un formato en el que los televidentes viajan de este siglo a los años cuarenta, con el fin de descubrir una nueva teoría sobre la muerte de Jorge Eliécer Gaitán.
El creador y co-guionista de la serie, Andrés Ospina (escritor bogotano), explica que esta nació cuando decidió revisar y analizar las muchas teorías sobre los culpables de la muerte del líder político.
En ‘Reportera X’, la joven periodista Jimena Munévar cree que ha logrado un gran hallazgo y al ser despedida del noticiero para el que trabaja, decide consagrarse a la resolución del caso en mención, siete décadas después. A medida que avanza, en complicidad con Vicente Perlaza, socio suyo en ese emprendimiento, las investigaciones van apuntando a José Joaquín Ximénez, cronista bogotano de los años 30 y 40, como la ficha indispensable del rompecabezas para dilucidar al fin las realidades detrás del no esclarecido magnicidio.
Aunque separados en el plano temporal, los destinos de Ximénez y Jimena van entrecruzándose y conformando un collage de intrigas compartidas, entre la arqueología histórica, las teorías conspirativas, la ficción, y los géneros documental y detectivesco.
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La narrativa se mezcla con testimonios de personalidades como: Gloria Amparo Gaitán (hija de Jorge Eliécer Gaitán), Daniel Samper Pizano, Roberto Pombo, Enrique Santos y Malcom Deas para incluir el formato de falso documental.
La serie fue grabada en sitios emblemáticos del centro de Bogotá y en paisajes reconocidos de los alrededores como lo es el Salto del Tequendama. Hablamos con Jorge Alí triana, director recordado por películas como ‘Tiempo de morir’, ‘Edipo alcalde’ y ‘Bolívar soy yo’.
¿Qué representa para usted que esta nueva producción sea de un canal regional?
Considero que hay un momento interesante en los canales públicos y los canales regionales, que entraron a producir dramatizados. Es muy gratificante ver que la televisión pública entra en temas que no puede tocar la privada. Y que en ese desarrollo, la televisión pública pueda hacer experimentos que nos narren y nos cuenten como país.
Los canales regionales están haciendo una gran tarea al contar la diversidad de nosotros. Creo que estos programas hechos desde los canales regionales y desde la televisión publica no deberían sorprender, es realmente la obligación de ellos, pero es lindo saber que lo hacen.
Háblenos sobre la historia de esta serie...
Está basada en el libro de Andrés Ospina, la novela de Ximénez, un periodista muy importante a finales de los años 30 y principios de los 40. Más que un periodista y cronista convencional era un especie de fabulador, que se podría acercar a lo que actualmente llamamos ‘fake news’, en el sentido en que escribía crónicas policíacas adornadas de tal manera que producía casi novelas de suspenso.
La serie se construyó con base en una periodista joven que acaba de salir de la Universidad, y que quiere hacer un reportaje e investigar quién mató a Gaitán. Ella en su investigación encuentra el personaje de Ximénez, ya que él usaba de vez en cuando un seudónimo de un poeta. La chica encuentra un poema del año 46 que es casi un presagio de los acontecimientos del 9 de abril. Desde ahí parte su investigación.
Esta serie es un formato arriesgado, mezcla dramaturgia con el falso documental. ¿Cuál fue el principal reto?
Sí es un poco curioso porque es multigenérico. Tiene testimonios de historiadores, puntos de vista muy diversos acerca del asesinato de Gaitán, tiene dramatización como de thiller y todo desde dos épocas, la de la investigación de la periodista y las recostrucciones de escenas que devuelven el tiempo. Es un formato diverso, con documentos e iconografía de la época.
Uno de los principales retos fue lograr una historia verosímil, de muy buena calidad actoral, con una muy buena producción.
¿Cuáles son esos límites que debieron existir en la producción para que no se borre la línea entre lo real y lo ficticio?
Eso no sabría como contestarlo, tiene un género arriesgado es totalmente un experimento, hemos realizado proyecciones con público y la gente lo ha recibido muy bien.
Con producciones como ‘Bolívar soy yo’, ha mostrado tener un gran gusto por la historia de nuestro país. ¿Cree que ese es su sello diferencial?
Quizá sí. Todo surge en los años 80 cuando hice una serie llamada ‘Revivamos nuestra historia’, esta hablaba sobre Bolívar, los comuneros, El Bogotazo, entre otros temas; esto me obligó a estudiar la historia y es algo apasionante, creo que un país que conoce su historia tiene menos riesgos de cometer los mismos errores y repetir. Infortunadamente conocemos poco la nuestra. Incluso, la cátedra de historia fue quitada de los colegios.
Es una responsabilidad nuestra hacer programas que trabajen grandes acontecimientos de la historia nacional, como la muerte de Gaitán, que es un episodio traumático que cambió el país y que dio inicio a esta guerra que no hemos podido terminar.
Además, desde el punto de vista dramático tienen ofrecimientos maravillosos para que sea una dramaturgia de mucho interés.
¿Considera que este tipo de propuestas son la respuesta de los canales, frente al auge de plataformas como Netflix?
Totalmente. Estamos en un momento de un cambio muy significativo y acelerado, de la manera de ver televisión, creo que tenemos que estar alerta y atentos a todos los cambios que se están dando.
La manera de consumir material televisivo está cambiando con estas nuevas plataformas que permiten que las personas hagan su propia parrilla, ellos escogen qué quieren ver, a qué hora quieren ver y la cantidad de capítulos.
La manera de ver está cambiando mucho, lo que permanecerá es el contenido, a raíz de eso las series son más cortas, no se están viendo esas novelas largas de 120 capítulos.
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