¿Un clavo saca otro clavo? Muchas veces se ha escuchado este consejo cuando una persona tiene un rompimiento amoroso, ¿pero, esto es realmente cierto?, ¿influye de manera positiva pasar rápidamente a una nueva relación? En realidad, esta decisión puede tener consecuencias negativas, ya que, posiblemente, en vez de escribir una linda historia de amor, lo más probable es que se generen nuevas heridas, tanto en quien acaba de salir de un romance, como en la otra persona con la que se vincula.

Se suele escuchar que existen personas que “no han salido de una relación y ya están entrando a otra”, e incluso es posible que quienes no tienen esta costumbre, en algún momento de su vida, lo hayan hecho, el psicólogo Carlos Alberto Londoño cuenta que “es común y frecuente este tipo de relaciones. Pero, se dan principalmente en aquellos que son más dependientes emocionalmente”.

Las relaciones rebote. Así se llama cuando una persona entra en un nuevo amor, sin haber superado el dolor de la relación pasada. | Foto: 123RF

A este modelo de romances, se les llama ‘relaciones rebote’, porque implica que la persona —quien acaba de salir de un amor— está utilizando esta nueva unión como un “rebote emocional”, para superar o distraerse de los sentimientos negativos asociados con la ruptura anterior. “La relación rebote es cuando se establece un nuevo amor sin haber procesado de manera adecuada el aprendizaje y las experiencias que se tuvieron con otra persona”, comenta Rómulo Jaramillo Ramírez, psicólogo de Univalle y programador neurolingüístico.

En ese orden de ideas, la psicóloga clínica Paula Jaramillo aconseja evitar entrar en relaciones rebote y tomarse un tiempo de soledad para el autoconocimiento y la sanación, “toda relación al finalizar nos deja unos aprendizajes, que ameritan hacer un ejercicio de evaluación de temas como: mi postura frente a la misma, ¿Cómo me vinculé?, ¿Cuáles fueron las causas del rompimiento?, es importante esta retroalimentación porque permite sanar y mejorar. Un resultado que no solo es bueno para mí, sino para cuando llegue una nueva relación. Cuando me empalmo rápidamente, me evito el malestar del duelo, pero pierdo la oportunidad del aprendizaje desde la soledad”.

El amor propio es fundamental para sanar las heridas que quedan después de un rompimiento. | Foto: Jamie Grill Photography

Por su parte, el psicólogo Carlos Alberto Londoño añade que este tipo de relaciones se pueden explicar desde un concepto llamado “vínculo”, que es “reconocido por una zona de nuestro cerebro como una condición de supervivencia; para esta, el vínculo es la diferencia entre la vida y la muerte. Dicha zona tiene dos áreas, una que promueve el vínculo y la otra lo protege, cuando estas dos entran en conflicto se pueden desencadenar sentimientos como temor a la soledad, necesidad de validación y falta de autoestima”. Tres estados que llevan a la persona a querer evitar enfrentarse al duelo, dejando como resultado comportamientos como las relaciones rebote.

Miedo a la soledad

El temor a la soledad es una sensación de ansiedad que se presenta en especial, en quienes tienen un apego o dependencia emocional de su pareja, “muchas veces cuando se rompe una relación, se genera una especie de vacío; algunos buscan llenarlo, y en vez de hacerlo con un proceso propio de aprendizaje, lo que hacen es invitar a otro para que lo llene”, dice Rómulo Jaramillo, quien también es maestro del método Feldenkrais.

“Cuando se inicia un nuevo amor se crea una nueva rutina, pero esto es algo que se debería hacer más bien en soledad para aprender a vivir con la ausencia” aporta Paula Dávila.

Es importante vivir una temporada de soledad y sanación. | Foto: Kathrin Ziegler

Método para evitar el dolor

Buscar las maneras de disminuir lo que duele es natural, en especial cuando se presentan situaciones emocionalmente difíciles. La psicóloga clínica Paula Dávila explica que “las relaciones que arrancan como un salvavidas, son una evasión a un estado de dolor que no se quiere experimentar. Pero, ahí hay que hacer una evaluación para reconocer como se está en soledad, y preguntarse, ¿realmente estoy evadiendo el duelo?”. Idea con la que concuerda Rómulo Jaramillo, “cuando no se está acostumbrando a encontrarse consigo mismo y a aprender, se va creando un ciclo de relaciones rebote, porque entrar en una nueva relación ayuda a evitar la confrontación personal, que obliga a la persona a reconocer y enfrentarse a sus propias fallas”.

Necesidad de validación

La autoestima es la manera como una persona se percibe a sí misma, para reconocer sus debilidades y abrazar sus fortalezas. Pero cuando el individuo no pasa por un proceso de autoconocimiento, sino que depende de lo que sus allegados, en especial lo que sus parejas piensen de ellas, suelen entrar en relaciones rebote, ya que constantemente están buscando la aceptación de una segunda persona.

“Cuando se está con alguien, se comparte una parte de nuestra vida, de lo que somos; esto debe suceder desde mi plenitud, no desde mis faltas, porque si es desde mis vacíos, le doy el poder al otro de jugar con la manera como me reconozco”, explica Rómulo Jaramillo, psicólogo de la Universidad del Valle.

El efecto ‘rebote’

Dependencia emocional

Cuando se entra en el ciclo de las relaciones ‘rebote’, las personas suelen empezar a tener una dependencia de los demás, y no solo de la primera relación, sino de todas aquellas personas que están llegando a hacer parte de su vida.

Manipulación

El psicólogo Rómulo Jaramillo explica que al querer evitar la confrontación a la soledad y el autoconocimiento, quien tiene como costumbre mantener relaciones ‘rebote’, suele empezar a tomar comportamientos de manipulación para evitar que la pareja se aleje.

Una de las consecuencias de las relaciones rebote es las comparaciones entre la nueva pareja y las antiguas. | Foto: Getty Images

Infidelidades o comparaciones