La Gorda Fabiola dejó una huella imborrable en este plano terrenal, además, de una chispa de amor, de humor y de empatía, que continúa encendida.
Sus hijos, Alejandra Valencia y Juan Valencia recordaron algunas anécdotas en una entrevista exclusiva que concedieron al programa de Caracol, ‘Día a Día’. Dijeron que aparte del amor, de la impecable carrera artística y de su humor, Fabiola Posada se caracterizaba por tener una buena sazón.
“Los ‘corrientazos’ eran deliciosos hasta tal puto de que me engordé horrible por culpa de mi mamá y me tocó operarme, hacerme la manga gástrica”, sostuvo Juan Valencia.
El joven, también, aseguró que creía que su buena sazón era lo que mantenía feliz a Nelson Polanía, conocido como ‘Polilla’.
De hecho, Juan se devolvió al pasado y resaltó la generosidad de su madre, especialmente con la comida. “Algo que nos sorprendía a todos eran los mercados que hacía, unos mercados tan grandes. Le decía como ‘mamá están solo Poli y David en la casa, nosotros ya vivimos aparte”, añadió.
Pero confesó que la famosa “alimentaba a un ‘batallón’”. “Ella alimentaba al paseador de perro, a todos sus compañeros, al señor que venía el aguacate. Por lo menos, hacía comida para 15 personas al día y para quienes realmente lo necesitaban. Hay que hablar del amor y de la buena cocina de mamá”, dijo.
En la misma entrevista con Iván Lalinde, los hijos de la Gorda Fabiola la recordaron como una persona amorosa, que siempre estaba dispuesta a ayudar, que era valiente y fuerte. También, como alguien que se movía por las ganas de hacer y de querer ser mejor día a día.