Sebastián Osorio es uno de los actores jóvenes más reconocidos del momento, tanto en la televisión, como en las grandes plataformas internacionales de streaming como Netflix. El actor bogotano tiene una gran versatilidad para interpretar a distintos personajes, desde un joven problemático que hace parte de las pandillas hasta una estrella del boxeo colombiano como Pambelé.
Su sueño de niño no era ser actor, incluso en un momento de su vida consideró estudiar administración de empresas. Y aunque no estaba en sus planes, el talento por las artes lo heredó de sus padres, Aura María Mercado, artista plástica y de Sergio Osorio, actor y director.
“Cuando era pequeño me gustaba interpretar distintos personajes. Me encantan los superhéroes y mis papás me dejaban ir disfrazado a la escuela, entonces siempre tenía alguien distinto al cual quería imitar”, cuenta Sebastián Osorio.
Actualmente, aparece en las pantallas de la televisión colombiana como Emmanuel Villegas, en la novela del Caracol T.V. ‘El Cartel de los Sapos. El Origen’, una interpretación por la cual tuvo que sumergirse en la cultura caleña.
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Admite que uno de sus retos más grandes fue aprender el acento que caracteriza a los vallecaucanos. “La mayoría de los que hicimos parte de la producción no somos caleños y hacer que este “hablado” saliera bien, fue una de las tareas más complejas”, comenta el actor.
Emmanuel es el segundo de los hermanos Villegas, una familia que en la década de los años 80 puso en jaque el país, a causa de sus nexos con el narcotráfico. “Es un personaje, que más allá de resaltar a un narcotraficante, es hermano, padre, hijo, y abogado. Esta historia es muy linda porque está concentrada en la familia, y en todo lo que les toca vivir a causa de la ambición y las malas decisiones de estos dos hermanos”, comenta Osorio.
Para Sebastián, otro de los grandes desafíos que implicó interpretar ese personaje fue grabar en una época de tapabocas, alcohol y bioseguridad. Principalmente, las escenas románticas.
“Era muy extraño, pero nos fuimos acoplando a esta nueva vida. Teníamos que fingir que nos besábamos estando a dos metros de distancia”, recuerda, entre risas, el actor, quien también interpretó a Andrés Colmenares, en la serie tipo documental de Netflix ‘Historia de un crimen: Colmenares’.
“No hay nada más en lo que quiera trabajar”
Muchos profesionales en el campo de la actuación consideran que los personajes hacen parte de su realidad, ya que de cada uno pueden adquirir nuevas enseñanzas, así como en cada interpretación dejan un poco de sí mismos.
“Uno le presta a cada persona un poco de su personalidad, al igual que adopta algo de ellos. Trato que siempre sea lo bueno”, cuenta el jóven bogotano, que también es un apasionado por la guitarra, la cual aprendió a tocar desde los 12 años y ahora es una de sus actividades para relajarse.
Para Sebastián, dar lo mejor de sí en todos los campos de su vida es una de sus frases motivadoras, “las cosas hay que hacerlas de verdad y yo trabajo, cada día, por hacer todo mejor. Esa es la idea principal”.
Una enseñanza heredada de su padre, quien también en su juventud lo motivó a leer, principalmente ficción, “porque uno viaja, a través de un libro,a mundos lejanos. Mi papá también me enseñó a entrenar la imaginación”.
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Una pasión que se ha formado tanto en él, que su objetivo principal no es “volverse famoso”, sino disfrutar su trabajo.
“Cada personaje merece todo de ti. Yo amo la actuación, es un arte que me ha permitido conocerme, saber las cosas buenas y malas que me identifican. Y esto me lleva a tratar de mejorar cada día”, manifiesta. Tal vez esta pasión por su oficio es una de las razones que lo han convertido en uno de los actores más cotizados de su generación.
Considera que el gran reto del actor es ser verosímil y contar historias que lleguen al corazón del público, dejando una enseñanza, “me gusta dejar una reflexión con mis personajes, creo en la tarea del arte”.
Como es de esperarse, Sebastián piensa, en algún momento, seguir los pasos de su padre y conocer el detrás de cámaras y todo el proceso de producción que implica realizar un proyecto audiovisual. “La dirección es un campo que me gustaría explorar, en un momento cercano de mi carrera”, explica.
“El mar limpia las energías”
Para Osorio, uno de sus rituales es ir al mar, para despedirse del personaje de las producciones que va terminando. “A mí me sirve mucho. Soy un poco supersticioso con eso. El mar limpia la energía, su olor, el calor que hay en la playa, me ayudan a valorar aún más las cosas de la vida”, dice.
Volver a conectarse con el azul del mar, es recordar sus raíces, la casa de Cartagena donde vivió gran parte de su adolescencia, el mar le recuerda las costumbres sucreñas de su familia materna.
Es por esta razón que siempre que tiene la oportunidad, busca estar cerca de esta creación de la naturaleza, “Una vez buceando, estábamos a 20 metros por debajo del mar y el instructor nos pregunta si queremos ver caballitos de mar, a lo que todos afirmamos que sí, pero los animalitos nada que aparecían y yo trate de aguantar, hasta que perdí todo mi oxigeno”, cuenta el actor.
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Otro adiós
‘Sombra en Pambelé’, fue la primera serie en la que trabajó. Personaje del cual no se despidió frente al mar; sino que lo hizo en Nueva York.
“Guardé un escapulario que en la serie era un amuleto de Pambelé (boxeador), una tarde en un parque me despedí del personaje y dejé ese recuerdo ahí”, cuenta el actor, que, además, interpretó a Milan, en la novela ‘La nieta elegida’.