Jessica escucha constantemente un estruendoso sonido, un retumbar que no la deja dormir. A veces estos ruidos se entremezclan con el silbido de las aves o el susurrar del viento y el repicar del río. Esta cultivadora de orquídeas emprenderá un viaje en busca de ese ‘bang’ que la desvela…
Jessica es la protagonista de la película del tailandés Apichatpong Weerasethakul, galardonada con el Premio del Jurado del pasado Festival de Cine de Cannes, el 17 de julio, en la edición 74 del evento.
El filme fue rodado en distintas locaciones de nuestro país y cuenta con talento nacional como el de Diana Bustamante, quien fue coproductora, y el de los actores Juan Pablo Urrego, Elkin Díaz y Aida Morales.
La cinta es un proyecto trasnacional, ya que cuenta con un elenco de diversas naciones, como la oscarizada Tilda Swinton de Escocia, quien hace el papel protagónico, y la actriz francesa Jeanne Balibar.
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Para la productora Diana Bustamante, más que un filme convencional, esta es una película de las trazas, de las huellas a veces muy pequeñitas que ha dejado una vivencia histórica de muchos tipos de violencia y abandonos, pero, sobre todo, de la profunda sutileza y de las sensaciones.
Esta no es una película de contar historias, sino de sentir, de sentir cosas. Ya ha causado diversas sensaciones y ha puesto a vibrar al mundo Recibió una ovación de siete minutos en su premiere en Cannes y ganó el premio del Jurado entre 24 películas de la Competencia Oficial del festival. El galardón se convierte en uno de los reconocimientos más importantes para el cine colombiano.
Su co-productora es reconocida en toda Latinoamérica y ha contribuido durante los últimos años a la internacionalización del cine colombiano. Se ha desempeñado en el campo audiovisual como productora y asesora.
También ha trabajado en proyectos de gestión cultural y cooperación internacional y es cofundadora de Burning, empresa productora con la que ha participado en diversos proyectos, entre estos ‘Memoria’.
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¿Cómo llega a coproducir esta película?
Yo era la directora artística del Festival de Cine de Cartagena, lo fui entre el 2014 y el 2018. Desde siempre he tenido un interés importante por las cinematografías asiáticas, pero, sobre todo, por esas cinematografías asiáticas más periféricas. Empecé a entrar en ese mundo y Apichatpong me impresionó muchísimo, era un director que me interesaba mucho para el festival. Entonces le pedí el contacto a un amigo programador, le escribí un correo al director y allí empezó esta historia. Fue un email así como de amor absoluto que me pasé toda la noche escribiendo y él me respondió como a las dos horas: este año no puedo, pero por supuesto que voy. Así fue como nos conocimos y nos hicimos amigos.
¿Por qué se rodó en Colombia?
Él cuando decide venir a Colombia hace un viaje por su cuenta para conocer el país, pero ahí todo empieza a encajar. Él venía hablando con Tilda, su amiga de hace catorce años, de hacer una película juntos, pero no sabían muy bien dónde, sabían que no querían trabajar en Tailandia, querían deslocalizar un poco la mirada de lo que pudiera ser la película.
Coincide todo también. Cuando hace este viaje por Colombia hablábamos todo el tiempo, sumado a que él está padeciendo un síndrome auditivo que lo hace más consciente de sus sentidos durante el trayecto, que es precisamente lo que aporta esa sensibilidad que tiene la película respecto a hacerte sentir y le da esa riqueza sonora. Entonces, ahí empieza a cocinarse la estructura de la película.
¿Cómo fue trabajar con un equipo de diferentes países, qué retos tuvieron?
Fue un equipo muy armónico en todo el sentido. Las personas somos muy diferentes, pero la cultura hace que estas diferencias sean más. El equipo ‘Tai’ creo que sufrió un poco con la comida, acá como que todo les parecía muy salado o muy dulce o con muchas harinas. Ellos extrañaban su comida, pero ahora es muy gracioso porque extrañan la comida colombiana.
También teníamos un tema de idioma porque el director de fotografía no habla español, solamente habla inglés y los técnicos en su mayoría solo hablaban español. Entonces él me decía: no hay problema, nosotros hablamos cine y de verdad hablaban, no sé qué cosa hacían (risas) pero montaban la escena en diez minutos, es una vaina súper loca. Yo creo que todos hablábamos cine y eso nos ayudaba a superar las diferencias culturales.
¿Y cómo fue trabajar con Swinton?
Ella es una mujer maravillosa. Yo siempre le hago una pregunta a modo de chiste: ¿En serio tú eres de las estrellas, eres marciana? y ella se muere de la risa. Y me dice: soy de la Tierra y la Tierra también hace parte de los planetas. Es una persona muy particular, en el mejor de los sentidos. Es de las mujeres más generosas que he conocido en toda mi vida; generosa con su tiempo, con lo que tiene. Ella se entrega a las personas de una manera completa, no hay ninguna barrera entre ella y los demás.
A mí me pueden preguntar, ¿cómo es trabajar con una estrella? y yo voy a decir no sé, porque yo trabajé con Tilda Swinton. Mi experiencia es excepcional porque ella es una mujer excepcional. Lo hablamos ahora que estábamos juntas, ninguna de las dos siente que está trabajando. Este no es mi trabajo, es mi vida. También es muy impresionante verla actuar, es bestial su capacidad para comprender cosas y de ser como un telón que encuentra otros lugares para la representación.
Y el idioma…
Fue muy lindo cuando le preguntaron sobre eso en la rueda de prensa en Cannes. Ella dijo: Yo no hablo español, yo hablo colombiano. Y es muy lindo porque ella realmente creó un vínculo con el país, con la gente, con sentir a las personas.
Ella habla como la gente que aprende español acá, lo hicimos pensando en la sonoridad del idioma, entenderlo como una pieza musical y eso le sirvió para manejar sus diálogos en español. También hubo un trabajo muy arduo con Juanita Delgado, que fue nuestra preparadora de acento. Memoria fue una de las películas de la selección oficial del Festival de Cannes.
¿Cómo fue esta experiencia?
Cada experiencia es diferente, como cada película. Cada película es un hijo diferente, una identidad diferente, un espíritu que moviliza también cosas diferentes. Esta peli que ha estado rodeada de mucho amor, de mucha magia y de tranquilidad fue una vivencia muy linda. Una película de la selección oficial significa mucho trabajo, es un equipo de muchas personas trabajando para que todo funcione, para que todo salga bien. Fue emocionante e intenso, un año muy bonito y un Cannes muy especial.
En varias ocasiones ha participado de este festival, a veces presentando producciones propias o como en 2017 cuando fue jurado. ¿Qué tuvo de diferente esta versión?
Era un año muy raro. En 2020 no hubo festival, ha sido la única edición del Cannes que se canceló en sus 74 años. Todos teníamos muchas expectativas de si se iba a poder realizar este año o no, y de cómo iba a ser. Por la misma cancelación hubo películas represadas del año pasado que se iban a ver este, fue una edición bastante atípica. En la competencia oficial había 24 películas, eso es una locura, nunca son tantas.
Pero fue muy bonito, muy emocionante para todos los que estábamos allí volvernos a encontrar. Llevábamos un año y medio sin vernos, fue muy lindo reencontrarse con la gente que uno quiere. También fue extraño lidiar con el miedo de contagiarte. Ver amigos tuyos y no abrazarlos, es rarísimo.
¿Cómo eran las medidas de bioseguridad?
Las medidas allá eran muy eficientes. Todos los que íbamos de países en luz roja teníamos que hacernos una prueba PCR diaria. Todo estaba súper bien diseñado, hacías una cita en una app, a la hora que fueras te demorabas un minuto, era muy rápido, dos horas después te llegaba el resultado al correo y ya podías andar tranquilamente. También era necesario el uso del tapabocas todo el tiempo.
Durante la premiere hubo un mensaje de SOS Colombia en la bandera colombiana. Esa acción para muchos tuvo un tinte político. ¿Pero, cuál es ese tinte político en ‘Memoria’?
'Memoria' no es una historia tan convencional, claro, hay una historia que puedes leer en la sinopsis, pero finalmente de eso no se trata la película. Para mí es una película que habla de las infinitas relaciones que hay entre los seres humanos y los seres vivientes (las montañas, las aves, las piedras), de las memorias que compartimos como habitantes de este territorio llamado Tierra y también de esas memorias que no son las mías, sino de mis papás, de los abuelos. Habla sobre eso, sobre las relaciones entre los seres y cómo los pasados que compartimos nos unen y nos hacen una sola cosa.
Entender a los seres humanos como otro yo es el principio precisamente de la empatía, de abrazarnos y de escucharnos. Creo que eso es un acto bastante político en la película. Creo que la memoria también tiene mucho que ver en relación de la película con el territorio colombiano.
Memoria es una película de sensaciones, de sonidos. ¿A qué suena memoria?
Memoria es como un sonido que viene del corazón de la tierra, creo que suena a escuchar la tierra de manera atenta. Me suena a órganos, a viento, a respiración, al roce de las pieles. Creo que es una película que suena a algo orgánico, a algo vivo.
¿Y de esos sonidos qué parte de ‘Memoria’ suena a Colombia?
Hay muchos. Este es un país con una sonoridad muy intensa; los carros, el caos, pero también el silencio. Un pueblo como Pijao, donde nosotros filmamos, es un lugar donde todo sucede lentamente, donde hay mucho silencio y ese silencio te permite, por ejemplo, escuchar las aves, sentir el viento sobre los árboles. Hay muchas de esas cosas chiquiticas que a veces no percibimos, hay mucho de esa naturaleza pequeña y delicada, esas sutilezas que finalmente son la vida.
¿Qué expectativa tiene con el público?
Quiero que la gente la vea en salas, esta no es una película para ver en alguna plataforma. Si tú quieres un regalo cinemático en tu vida hay que ir a ver esta película en las salas de cine. Yo esperaría que la gente abrazara este regresar al cine viendo una película que está hecha para el cine, para la sala oscura, para la gran pantalla, porque está llena de cosas muy chiquitas que solo puedes apreciar en esa dimisión y vivir esa casi que hipnosis que genera la película solamente puede pasar en la sala de cine.
La película ‘Memoria’ del director tailandés Apichatpong Weerasethakul, será estrenada en todas las salas de cine del país en septiembre.