Por L. C. Bermeo Gamboa, reportero de El País
No se consideraba blanco, no se consideraba negro. “Mi padre era blanco, mi madre era negra, y yo aterricé en el medio. Por lo tanto, ves, no soy nada, todo lo que soy me viene de Dios”, dijo en una entrevista.
Su padre era un soldado raso nacido en Jamaica, pero de familia inglesa, llamado Norval Sinclair Marley, quien a los 60 años, cuando trabajaba como capataz en un lote de construcción, dejó embarazada a Cedella Booker, una afrodescendiente jamaicana de 17 años.
El 6 de febrero de 1945, en el pueblo Nine Mile, de esa pareja nacería un mestizo llamado Robert Nesta Marley, que el mundo entero conocería como Bob Marley, el “profeta del reggae”, compositor de himnos como “Get up, stand up”, “No woman no cry”, “War”, “Exodus”, “Could you be love”, “Redemption song”, entre otros.
Coincidiendo con el que habría sido su cumpleaños número 79, el próximo 15 de febrero se estrenará en Colombia la película ‘Bob Marley: One love’ (‘La leyenda’ para Latinoamérica), drama biográfico sobre el “rey del reggae”, dirigido por Reinaldo Marcus Green y protagonizado por Kingsley Ben-Adir. Se trata del primer biopic no documental sobre la vida y obra de Bob Marley, que tiene entre sus productores a la viuda del artista, Rita Marley, a sus hijos Ziggy y Cedella, y también a Brad Pitt.
Son conocidas las dificultades que en el pasado han tenido otros cineastas para hacer películas sobre este artista, entre ellas las que tuvieron los sucesivos directores de ‘Marley’, documental estrenado en 2012, que inicialmente iba a ser dirigido por Martin Scorsese, pero al parecer, por minucias legales con los herederos, decidió abandonar el proyecto, que finalmente terminó Kevin Macdonald.
Sin embargo, en el caso de ‘One love’, el director contó con la bendición de la familia, lo que no hizo más fácil contar la vida del músico jamaicano. “La responsabilidad era tan grande que pensé que era una locura meterse en eso”, afirmó Green, el director neoyorquino reconocido por dirigir ‘King Richard’ (2021), la película que le mereció a Will Smith el Premio Óscar a Mejor Actor.
La película sobre Marley tendrá como ejes sus dos más importantes conciertos, que marcaron la historia de Jamaica, ambos realizados en Kingston bajo circunstancias de alto riesgo para el artista. Son el ‘Smile Jamaica’, del 5 de diciembre de 1976, que salió avante aun cuando dos días antes Marley, su esposa y su mánager, habían sido víctimas de un atentado en el que pandilleros entraron a su casa y dispararon contra todo, aunque por fortuna todos sobrevivieron. Y el otro concierto, llamado ‘One love peace concert’, realizado el 22 de abril de 1978, significó el regreso de Marley a la isla después vivir exiliado en Londres durante dos años, tras el atentado.
Es en este último, cuando en medio de una crisis de violencia desmedida en Jamaica, producto de enfrentamientos entre facciones urbanas de los dos partidos políticos del país, que Bob invitó al escenario al primer ministro y líder del partido de izquierda, Michael Manley y, junto a él, llamó al líder del partido de derecha, Edward Seaga, para que frente a unas 32.000 personas, juntaran sus manos en señal de paz. Por este acto desinteresado y valiente, el cantautor recibió la Medalla de la Paz otorgada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Al respecto, el documental ‘Who shot the sheriff?’ (2018), producido por Netflix y dirigido por Kief Davidson, desentraña la puja por el poder en Jamaica, con intervención de la CIA, en la que Bob Marley, quien se mantuvo siempre apolítico y a favor de la paz en su país, fue manipulado y casi sacrificado.
En este documental, Roger Steffens, especialista en reggae y biógrafo de Marley, afirma que cuando el artista logró convocar a las dos fuerzas destructivas de Jamaica en el escenario y pedirles que hicieran la paz, cabe agregar que no solo estuvieron presentes los líderes políticos, sino los de las pandillas, el concierto adquirió una condición de ritual masivo, en el que Bob Marley “se transformó en un chamán”.
Si bien ‘One love’, aborda las teoría en torno al atentado contra el artista, también abordará el diagnóstico de cáncer (melanoma lentiginoso acral) que recibió en 1978, que obedeciendo a su credo rastafari decidió no tratarse en un principio, llevándolo a una serie de tratamientos experimentales que no impidieron su muerte el 11 de mayo de 1981 en Miami.
Para Kingsley Ben-Adir, actor británico que ya ha interpretado a grandes figuras como Malcolm X y Barack Obama en otras producciones, encarnar a Bob Marley exigió llegar a un nuevo nivel de compenetración con el personaje, para lo que recibió ayuda de los familiares de Marley. “Nunca ves a Bob haciendo algo a medias, siempre es a fondo”, afirmó.
La película también abordará la vida íntima del músico jamaicano, sobre todo su relación con Rita Marley y su estilo de vida rastafari, movimiento espiritual al que Bob Marley dedicó gran parte de su producción musical y difundió en todos los países que visitó.
Para el periodista cultural, Eduardo Arias, “la vida de Bob Marley, por su trascendencia cultural y política, merecía que se le hiciera una película, incluso cuando estaba vivo. Pero, creo que esta última producción hace parte de una tendencia relativamente reciente, que viene de retomar figuras emblemáticas de la música, como sucedió con la película de Freddie Mercury, o la de Elton John. Esto también lo podemos ver en las producciones nacionales con telenovelas sobre la vida de Diomedes Díaz, Joe Arroyo, Leandro Díaz, las Hermanitas Calle, o la de Arelys Henao”.
Comentarios de ‘One love’
Aunque la película aún no se estrena en Colombia y Latinoamérica, en Estados Unidos y Europa ya la han reseñado con apreciaciones encontradas.
Según el crítico David Fear, de la revista Rolling Stone, en ‘One love’ “tienes a Bob el padre, Bob el esposo, Bob el artista, Bob el espiritual, Bob el escéptico (incluso un profeta ha tenido momentos de fe sacudida) y, en última instancia, Bob el ícono”.
Mientras que, por el momento, de 31 reseñas recibidas por críticos norteamericanos en el portal Rotten Tomatoes, solo el 35 % ha valorado la producción en términos positivos. No obstante, aún no se conoce la valoración que dará el público.
El maestro rastafari
La verdadera figura paterna de Bob Marley fue su abuelo materno Omariah, “conocido localmente como un myalman, un practicante benigno de las artes curativas. Se dice que llegó a engendrar treinta hijos”, comenta Roger Steffens en ‘Tanto que contar: historia oral de Bob Marley’ (2019).
En el mismo libro, Cedella Booker, madre del artista, cuenta que “mi padre era una persona muy espiritual. Si alguien caía enfermo, él podía ir y darle medicina para curarlo. Él hacía sus propias medicinas a partir de arreglos y mezclas, y así curaba a la gente. Omariah enseñó a Bob a no robar, a decir la verdad, a obedecer. Era dueño de bastantes campos, repartidos por varios sitios. No eran grandes propiedades, pero eran buenas parcelas, de quince a dos hectáreas desperdigadas por varias zonas. Bob pastoreaba burros y cabras, y llevaba comida del campo a la casa. Montado en el burro recolectaba las mazorcas, y también cortaba las cañas del maíz para dar de comer a los animales”.
Los domingos en casa del abuelo se escuchaba radio, allí el pequeño Bob junto a sus primos escucharon a Elvis Presley, Fats Domino, Ray Charles y Ricky Nelson en emisoras norteamericanas, quedando fascinados con ese sonido llamado Rock and Roll.
El viejo Omariah, como un chamán, transmitió a su nieto el don de la espiritualidad y la música: “Mi padre tocaba el órgano, la guitarra y un poco el violín. Todo el mundo en la familia tocaba. Mi primo Marcenine construyó un banjo pequeñajo y le puso cordaje. Ese fue el primer instrumento de Bob. Cuando creció, ya podía sujetar una guitarra”, agrega Boo, apodada como la Mother B, quien sobrevivió por 27 años a su hijo.
La relación entre espíritu y música definió la vida de Bob Marley desde su infancia, llevándolo más tarde a adoptar el estilo de vida rastafari.
En este sentido, se conserva una anécdota muy poderosa. Cuenta su madre, que desde los 3 años, Bob mostró “poderes intuitivos de una asombrosa precisión”. Lo comprobó cuando lo veía leerle la mano a los clientes que entraban en la tienda donde ella trabajaba, al principio pensó que se trataba de un juego, pero una vez alguien le confirmó: “Todo lo que me ha contado es cierto”.
Podría haber continuado por ese camino y convertirse en alguna clase de gurú, tenía el don de la previsión. No obstante, su pasión era la música, por eso, al poco tiempo, cuando las personas lo buscaban para conocer su futuro, el niño contestaba: “No, ya no leo las manos, ahora canto”.
En 1966, a los 21 años, Bob Marley se casa con Rita Anderson, quien practicaba con devoción el credo rastafari, un movimiento espiritual afrodiaspórico surgido en los años 30 del Siglo XX en Jamaica que, en términos generales, promueve el regreso a la cuna de los ancestros en Etiopía y sostiene su doctrina en valores como la paz y el amor, por lo que son apolíticos, y la vida en condiciones humildes, pero dignas. También practican el consumo ritual de cannabis, siendo objeto de frecuentes estigmatizaciones a nivel social.
Los rastafaris tomaron el nombre de Haile Selassie I (1892-1975), último emperador de Etiopía, conocido como Ras Tafari Makonnen, quien, según los seguidores, descendía del rey Salomón y sería el encargado de salvarlos de Babilonia (el mundo capitalista y de consumo).
Acompañado de su esposa, el artista profundizó en su conexión espiritual y empezó a llenar sus canciones de referencias a esta creencia, logrando que el reggae quedara asociado de forma permanente a al movimiento rastafari.
Canciones como “Rastaman chant”, “War”, “So Jah Seh”, “Positive vibration”, “Exodus”, “Zion train”, entre otras, son consideradas expresiones de la filosofía rasta que, sin embargo, han logrado gran popularidad.
Para Eyner Valencia, artista y diseñador de Itsmina (Chocó), seguidor de la cultura rasta, “es gracias a Bob Marley que hoy muchas personas son rastafaris, aunque entre ellos, algunos son inconscientes de su mensaje y solo adoptaron la estética”.
Bob Marley en frases
“Quienes hacen este mundo peor no descansan un día, ¿por qué lo haría yo? Ilumina la oscuridad”.
“Mi vida es importante si puedo ayudar a muchos, si mi vida es para mí y mi seguridad entonces no la quiero”.
“Hay dos clases de dictadores: los impuestos y los elegidos, que son los políticos”.
“Hasta que la filosofía que sostiene que hay una raza superior y una inferior, sea finalmente desacreditada, en todas partes habrá guerra”.
Datos curiosos
Rita Marley, viuda del artista, reveló que fue sepultado con los siguientes objetos: su emblemática guitarra Gipson Les Paul, un balón de fútbol, unos brotes de marihuana, un anillo que le regaló el hijo del emperador Salassie y una Biblia.
A pesar de que sus restos quedaron en su Nine Mile (Jamaica), la esposa de Marley intentó llevárselos a una comunidad de rastafaris en Etiopía, donde según ella, Marley había deseado ser sepultado.
En 1980, de forma muy reservada y por mediación de su esposa, Marley se bautizó en la Iglesia Ortodoxa de Etiopía, asumiendo el nombre de Berhane Selassie, igual que el rey etíope, considerado el mesías por los rastafaris.
Como agradecimiento, Bob Marley regaló los créditos de la canción “No woman no cry” a su amigo Vincent Ford, el administrador de un comedor público en Kingston, que alimentó al artista en los momentos más difíciles de su juventud.
Como se sabe, Marley era un aficionado a los deportes, era buen jugador de tenis de mesa, pero sobre todo, sentía pasión por el fútbol. En cada ciudad que visitaba, en medio de sus giras de conciertos, organizaba partidos con miembros de su banda, amigos, periodistas y habitantes del lugar.
Fue uno de estos juegos, en 1977, el que desencadenó su diagnóstico de cáncer. Debido a una lesión que sufrió en un dedo de su pie derecho, en el que además había perdido la uña, que los médicos detectaron la grave enfermedad, recomendándole amputar el dedo, para evitar que se extendiera. Pero, siguiendo su credo rasta, en el que no se permite cortar ninguna parte del cuerpo, el artista se negó.
Huyendo de la amputación y la radio terapia para erradicar un melanoma, Bob Marley cayó en manos de dudosos médicos que con tratamientos experimentales prometían curarlo.
Por consejo de un amigo jamaicano, Marley aceptó ser tratado por Josef Issels, un médico alemán que había sido comandante en las SS de los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial. En una clínica de Baviera, el más grande intérprete de reggae, se dejaba torturar por un colega de Mengele. Dietas insufribles, inyecciones estomacales y cambios de sangre, minaron por completo al artista que, según su madre, quien lo visitó por esos días, estaba irreconocible.
Al morir, Bob Marley no dejó testamento, pero si una descendencia numerosa, que no solo procreó con su esposa, fueron muchas sus amantes. En total, reconocidos hasta la fecha, Marley dejó 13 hijos: 6 con Rita, entre ellos 2 adoptados, y 7 con otras mujeres. Su última hija, Makeda Marley, nació 19 días después de morir el artista.