Ser una persona socialmente elegante, está al alcance de cualquier persona que desee serlo. La elegancia va más allá de lo que se trae puesto. Es un estilo de vida, que se basa en la nobleza, la lealtad, la sencillez y la amabilidad, así como del respeto por los demás y por uno mismo, según afirma el equipo editorial de Mejor con Salud.

Para muchos, la elegancia es un estilo de vida | Foto: shapecharge

“Las personas elegantes son las que saben cómo comportarse, les sale el estilo del interior, son incapaces de decir algo que esté fuera de lugar, ni de criticar. Quedan bien contigo por convicción y no por hipocresía”, asegura la psicóloga española, Patricia Ramírez, en un artículo publicado por el periódico español, Huffington Post.

Ramírez añade que el “relacionarte con personas elegantes es todo un lujo, pues sabes que no te van a fallar y que no te faltarán el respeto. Además que se interesan por ti y se preocupan porque estés a gusto”.

Teniendo en cuenta lo anterior, estas son algunas de las características de las personas socialmente elegantes:

Son Auténticas

Travis Bradberry, autor del libro Inteligencia Emocional 2.0, enumera 10 hábitos que suelen tener las personas elegantes y que cada persona puede desarrollar, si lo desea. Una de ellas es que son auténticas, saben quiénes son, y no necesitan demostrar lo contrario. Fingir no está en sus ideales.

Iris Reyna, consultora en cultura organizacional, y entrenadora de líderes, manifiesta que las personas socialmente elegantes, “se sienten seguras de sí mismas y tienen claro lo que quieren, no necesitan aparentar ser lo que no son. Se sienten mejor con otras personas auténticas como ellas”.

Hay personas que buscan ser elegantes | Foto: Getty Images

No hacen comentarios hirientes o malintencionados

“Las conversaciones superficiales rompen la conexión emocional” expresa Reyna. No participan de conversaciones superficiales que puedan herir a las personas que están a su alrededor. “Su interés genuino en otras personas les facilita hacer buenas preguntas para ir más profundo en la vida y sentimientos de la otra persona, pero sin pecar de intromisión”, añade Iris.

Cuando dan su opinión frente a un tema, usualmente, felicitan los logros que alcanzan los demás, y a su vez, hacen críticas que aporten valor, de una manera respetuosa. “Son sinceras y no recurren a la ironía, ni a mensajes con doble sentido para expresar lo que no les agrada” asegura Patricia Ramírez.

El respeto es uno de sus lemas.

Las personas socialmente elegantes son amables y se interesan por el bienestar de quienes los rodean. Siempre están dispuestas a ayudar -en sus posibilidades- a quien lo necesite.

Son humildes, no se creen superiores a los demás; es por esto que tratan con respeto a cada persona. “Ya sea interactuando con su cliente más importante o con un mesero que toma su pedido, las personas elegantes son siempre educadas, respetuosas y tolerantes. Lo hacen por convicción propia y no por miedo a quedar mal”, señala Reyna en su artículo para Habilidades Blandas 5.0.

La elegancia tiene varios referentes en el mundo como Carolina Herrera. | Foto: Getty Images

Son educadas

El decir buenos días, por favor y gracias, es una regla básica de cortesía; sin embargo, hoy en día, esta está pasando a segundo plano, pues muchas personas la pasan por alto. Aún así, el hacerlo, no deja de ser una clara señal de buenos modales.

Ramírez destaca que “las personas socialmente elegantes siempre saludan incluso cuando no conocen a alguien. Es alarmante ver cómo hoy en día, algunas personas han perdido la costumbre de entrar en un banco, tienda o cualquier otro lugar, y decir buenos días con una sonrisa. En vez de esto, muchas personas entran en los comercios y evitan cualquier tipo de contacto con las personas presentes en el lugar, mirando siempre hacia el suelo”.

Mujer de negocios feliz trabajando en un café en una computadora portátil y mirando a la cámara sonriendo. La imagen en pantalla es de diseño propio. | Foto: andresr

Mantienen una sonrisa genuina

Las personas socialmente elegantes -de manera inconsciente- reflejan el lenguaje corporal de la persona con la que mantienen una conversación. Este hecho denota empatía durante la conversación, lo que hace que la contraparte se sienta a gusto.

“Sonreír es una demostración de afecto e interés hacia los demás y transmite el deseo de agradar además. Además, abre los canales de comunicación” comparte Ramírez. Lo anterior explica por qué, las personas que tienen una sonrisa auténtica, por lo general resultan agradables.

Son positivas

Tener una mente positiva, es de gran beneficio para la salud. Existen varios estudios, que revelan que “las personas con una actitud positiva son menos propensas a sufrir depresión, ansiedad e inclusive ciertas enfermedades, principalmente cardiovasculares” índica un artículo de la página web de Cisco.

Otros de los beneficios para la salud, que trae el pensar positivo, son el aumento de la expectativa de vida, mayor bienestar psicológico y físico, menor riesgo de muerte por cáncer, enfermedades respiratorias, entre otros.

Por estas razones, las personas socialmente elegantes, generalmente, encuentran razones para amar la vida, viéndola como toda una aventura. “Cuando las cosas van mal se recuerdan a sí mismas que un mal día es solo un día y mantienen la esperanza de que mañana, la próxima semana o el próximo mes será mejor”, indica Reyna.

“No es que las personas irresistibles no tengan problemas, incluso pueden tener grandes problemas, pero los abordan como obstáculos temporales y no como un destino ineludible” señala Iris.