Luego de una pausa de siete años en su producción musical, la barranquillera Shakira volvió a brillar con ‘Las mujeres ya no lloran’. Desde hace meses, el álbum ha sido promocionado con el lanzamiento de varios exitosos sencillos, como Te felicito, Monotonía, Acróstico, Copa vacía o El jefe.
A solo días de su estreno, la barranquillera ha batido récords de reproducciones con este álbum que no solo generó expectativa por su foco en la industria, sino también por lo que representa. En ‘Las mujeres ya no lloran’, la cantante abre su corazón para compartir todo lo que ha vivido desde la infidelidad de su expareja y padre de sus hijos, el exfutbolista Gerard Piqué.
“Nadie planea enfrentar tantas dificultades y las complejas experiencias que he tenido que pasar...Es la primera vez que tengo que lidiar con tantas cosas como madre soltera. Hice lo que creí que era necesario para mí”, expresó la cantante colombiana en diálogo con la Revista Aló.
Según la compositora, el nuevo disco nació de sacar el máximo partido a esas experiencias traumáticas que atravesó, pues ve en la música la mejor herramienta para hacer catarsis de sus emociones.
“Intento sublimar muchos deseos y elaborar mis propias frustraciones: mi ira, mi desilusión y transformarlos en algo productivo, en creatividad, en resistencia y fuerza. Es un proceso, pero la música ha jugado un papel muy terapéutico. Cuando compongo música, es como ir al psiquiatra, solo que más barato”, contó Shak.
A pesar de las situaciones que vivió por el fin de su relación sentimental, la interprete de Última reconoce en el amor la lección más valiosa que ha tenido en su vida. “Es mejor confiar que no haber confiado nunca. Es mejor confiar y ser traicionado que no confiar nunca”, señaló.
La barranquillera de 47 años también se atrevió a hablar sobre su antigua vida en Barcelona. Aunque al principio se sentía “culpable” y “desgarrada” por el fin de su relación, con el paso del tiempo ha logrado ver de otra forma esta etapa de su vida. Incluso, la estrella confesó que su relación con Piqué la “estaba arrastrando”.
“Por un lado, es más difícil porque ahora estoy a cargo de estos dos niños, dos bebés que dependen de mí por ser una madre soltera, y no tengo un marido en casa para ayudar con cualquier cosa. Pero, en cierto modo, es una suerte no tener un marido porque, no sé por qué, me estaba arrastrando hacia abajo... Ahora siento ganas de trabajar, tengo ganas de escribir canciones, de hacer música. Es una necesidad compulsiva, que no sentía antes”, comentó.