Ya está disponible en la plataforma de HBO Max la docuserie ‘Arquis’, un producto audiovisual que busca retratar la vida y obra de reconocidos arquitectos latinoamericanos, entre los que se incluyó al colombiano Simón Vélez, quien se ha destacado por hacer una arquitectura más naturalista y que innovó con sus ideas del uso de la guadua. El capítulo de este colombiano llegará a la plataforma el próximo jueves 29 de julio.
“Es un honor hacer parte de ‘Arquis’. Conozco a Gustavo y Emilio, que tienen que ver con la producción de este video, somos viejos amigos, obviamente les dije que sí, pero también es un honor haber sido invitado a esto y que hayan hecho realidad este documental. Yo no pertenezco al mundo académico, ni al económico, entonces ese tema de la arquitectura no es que me resbale, sino que no alcanza a interesarme. Pero obviamente aprecio mucho que me hayan invitado”, comentó Simón Vélez.
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El arquitecto, nacido el 2 de febrero de 1949 en Manizales, heredó su pasión por la arquitectura de su padre, que fue arquitecto, “al igual que su papá, que no era arquitecto exactamente, porque la profesión no existía, pero era el equivalente a lo que sería hoy un arquitecto”. Además de eso, su abuelo materno también era una especie de arquitecto, “aunque a él le gustaba era hacer las casas de sus haciendas, de sus fincas, y las hacía siempre en unos lugares muy extraños”. En conclusión, la profesión viene de familia.
“Siempre tuve claro que quería ser arquitecto, pero una especie de arquitecto descalzo, rural, no urbano. Lo que más me ha interesado siempre, como hippie, es tener una actitud frente a la naturaleza. Desde un amor hacia los materiales”, aclara Vélez, quien está de acuerdo con el dicho de que la arquitectura es una máquina para ver el paisaje, motivo por el que prefiere hacer casas de campo.
Vélez comenta que por los bajos ingresos de su juventud tuvo que estudiar en el país y no en una de las grandes escuelas de arquitectura del mundo, como soñó hacerlo en un principio. “Si hubiera recibido una mejor educación habría sido una mejor persona y con seguridad un mejor arquitecto. Aquí a las universidades les falta algo muy importante y es la libertad de cátedra. Además, aquí no hay gran libertad de expresión en las universidades y sin libertad de expresión es imposible la educación”, dice.
Cuando salió al mercado laboral nacional, Vélez dice que descubrió otro problema: en Colombia solamente se mira y aprueba en arquitectura lo que sale en revistas europeas y gringas, opina. “Tenemos el complejo de inferioridad de que tenemos que parecernos a lo que publican esas revistas. Yo no estoy de acuerdo con eso. Debemos mirar, desde el punto de vista de nuestra biodiversidad, cómo deberíamos trabajar. En las revistas de afuera todo es minerales, pero ahora hay mucho internet y he visto mucha construcción en bambú, en Bali y en Vietnam, muy interesante”.
Y continúa, “yo siempre digo que la arquitectura, con la industria de la construcción, es la más importante de cualquier país, sobre todo en un país en desarrollo como Colombia. La arquitectura tiene que involucrar a la agricultura, tiene que ser una profesión más ‘vegetariana’. La arquitectura debe ser como la culinaria, un porcentaje debe ser mineral, como el concreto, el acero y el vidrio, y el otro porcentaje tiene que ser de madera y fibras. Esa combinación de materiales da un equilibrio que nosotros no tenemos. Toda la arquitectura moderna en Colombia es totalmente mineral, es concreto, acero, vidrio y ahora plástico. Yo jamás uso algo que tenga que ver con plástico”.
Es por esos pensamiento que Vélez utiliza mucho en sus construcciones la madera y la guadua, elemento por el que se lo conoce en el mundo de la arquitectura, ya que con ella descubrió una técnica constructiva “muy sencilla”, que consiste en inyectar cemento donde hay uniones.
“Eso no lo habían hecho los orientales ni nadie. Pero es realmente algo demasiado sencillo, que no es ni siquiera patentable y si lo fuera tampoco me importa, pero eso me permitió usar la guadua como un acero vegetal. La guadua es un material de altísima tecnología de la naturaleza. No estoy en contra del uso del carbono o el metal, pero la naturaleza tiene unos elementos igual de prodigiosamente estructurales, como la fibra de los bambúes, entonces por qué no usarlas”, opina.
No obstante, el uso de la guadua requiere algunos permisos difíciles de obtener, algo que a Vélez le parece un disparate. “Lo más perjudicial para la tala, es que esté prohibida”, dice, lo mejor es que se controle y se pueda aprovechar este producto natural.
Otros arquitectos invitados a ‘Arquis’ son el chileno Alejandro Aravena, los mexicanos Mauricio Rocha y Alberto Kalach y la brasileña Carla Juaçaba.
Arquitecto en Colombia
Según Vélez, ser un arquitecto, que además se dedica al diseño, en un país como Colombia es algo complicado y más ahora con todos los problemas que ha traído consigo la pandemia, situación que ha empeorado con los paros nacionales. “Yo solía tener más de 200 obreros trabajando en proyectos míos y ahora hay cero trabajo y eso tendrá consecuencias muy graves”.
Sin embargo, y con todo el reconocimiento que ya ha ido adquiriendo a nivel internacional, Vélez nunca ha pensado en irse del país. En parte, porque ya se siente viejo y cree que “ya sería muy tarde” para partir. Pero, además, al arquitecto le gusta mucho este país. “Así fuera rico, igual viviría aquí. Nuestros paisajes son realmente interesantes y bonitos y fértiles”, dice Vélez, quien reitera su pasión por la arquitectura en madera.