Atravesar el mar en una moto, llegar a la isla en medio de tornados, perder la escenografía tras el naufragio de un barco y hacer una cadena humana para salvarla, convivir con 22 desconocidos y 190 más integrantes de producción han sido los desafíos que no estaban contemplados en el guión, y que han enfrentado la producción y los participantes de la nueva entrega de ‘Survivor, la isla de los famosos’, que el Canal RCN estrenó el pasado lunes.
El anfitrión es el manizaleño Sebastián ‘Tatán’ Mejía, corredor de Freestyle Motocross colombiano, nada ajeno a los programas de telerrealidad —estuvo a punto de ganar MasterChef en el 2022— ni a los desafíos de las islas desiertas, al ser uno de los finalistas de ‘La isla de los famosos’ en el 2007, cuando tenía 22 años. Y fue en este programa en el que conoció, en condiciones extremas, a la que años después sería su esposa y madre de sus dos hijas, la presentadora caleña María Alejandra Restrepo.
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“Si querían una estrella se equivocaron conmigo, yo soy uno más que trabaja con ustedes”, dijo Tatán quien llegó dispuesto a darlo todo y consciente del reto al que él, al igual que los 22 participantes y el equipo de producción enfrentan en esta experiencia de supervivencia. “Va a ser muy difícil estar al nivel de Pirry (Guillermo Arturo Prieto La Rotta, presentador de las cuatro primeras temporadas de La Isla de los Famosos), darle la talla, lo he admirado toda mi vida. Por eso me enfrenté a esa entrada en moto por el mar, solo tres deportistas del mundo se le han medido y nos preparamos mucho”, admitió Tatán, quien confesó que lidiaron con un tornado que levantó las olas, “andar en el agua es lo más difícil que he hecho en mi vida”.
Más allá de lo que ve la audiencia del reality, este cuenta con un equipo enorme detrás de cámaras para hacerlo realidad, “todo el mundo está a disposición del programa. El mismo productor general tuvo que ayudarme a levantar la moto porque algunas veces se hundía, incluso la gente de fotografía; aquí no hay egos, ni estrellas, ni celebridades, todos camellamos igual por esta vaina”.
Aunque el programa inició con 22 participantes para los retos, todo el equipo se enfrentó a las condiciones implacables que puede presentar una isla desierta, que no siempre corresponde a la publicidad de un paraíso en un folleto de vacaciones en el Caribe, como lo es República Dominicana, donde se grabó. “Todos estábamos en igualdad de condiciones. La ventaja que yo tuve es que era el único al que le daban vestuario".
Desde su experiencia, el presentador considera que “la estrategia más importante para ser un buen jugador no es la inteligencia ni la fuerza, son las habilidades sociales para convivir, para competir y para que después recuerden que al final queda un ganador. Entre los últimos 11 la gente escoge quién es”.
Después de haber vivido la experiencia en carne propia hace unos años, Tatán es rotundo al responder si volvería como participante a este reality: “No, eso ya pasó. Como presentador sí lo haría mil veces más”.
Y aún desde su posición, Tatán cuenta que no ha tenido mucho descanso en los últimos meses, ya que después de soltar los cuchillos en MasterChef, vino el entrenamiento duro. “Estuve trabajando con Juan Pablo Gaviria, director general, en todos los capítulos de Survivor. Fui obsesivo-compulsivo con el entrenamiento, en mi día a día con Maleja, me enfoqué en eso. No saben lo complicado que es tener un libreto, hablar con 22 personas que no conozco, muchas veces confundía los nombres, pero a la vez tenía que animarlos”.
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Si su labor es ardua, también lo es la de la dirección de arte. Álvaro Córdoba, uno de los encargados de esa área en el reality, detalla que se enfocaron mucho en el consejo tribal, donde los participantes dan sus votos y deciden quién sale de la isla y quién no; “le dimos un aire especial con unos galeones que se destruyeron, y ambientamos con telas, fuego y velas roídas- Otro tema es el diseño de los colores y conceptos de las tribus. Y otro son las dinámicas de las pruebas. Son muchos capítulos en condiciones bien complicadas de manejar”.
Manuela se rindió
La empresaria y exprotagonista de Nuestra Tele, Manuela Gómez se retiró del reality, tras presentar la primera prueba. Al parecer, tuvo un ataque de ansiedad y pidió ser retirada de la competencia, pese a la insistencia de varios de sus compañeros para que se quedara. “Me retiro, no me siento bien mentalmente, estoy a punto de una crisis existencial”. Mateo Carvajal confesó también su deseo de irse.
“Acá se cambian vidas, aprendes a valorar los pequeños regalos que te da la vida, aquí no sirve tener un carro, un avión o plata, sino un buen compañero”: Tatán.
Lejos de los lujosos y confortables hoteles cinco estrellas de Punta Cana, la producción también debió sobrevivir a diario, a través de largos y complejos recorridos en lancha. “El taller donde producimos, confeccionamos y elaboramos todos los elementos, está a una hora y media de ida y otra de regreso. Son tres horas diarias de viaje en alta mar, llevando escenografías enormes a los sitios, eso es bien complejo, pero lo logramos”, dice el director artístico.
El azul y cristalino mar dominicano fue testigo también de muchas vicisitudes, como la del barco perdido con elementos de la escenografía. “Salimos a buscarlo en alta mar y cuando lo encontramos había encallado. Nos tocó arrojar los objetos al agua y hacer una cadena humana para que llegaran adonde estábamos”, cuenta Córdoba.
Dosis de drama, sangre, sudor, lágrimas y traición trae este reality que regresa a la TV después de 15 años, dispuesto a ganar audiencia.