Formación de joroba, cuello encogido, mano de garra, codo en ángulo de 90 grados, nacimiento de un segundo párpado, un cráneo más grueso y un cerebro más pequeño, son las posibles consecuencias de los malos hábitos en cuanto al uso de las nuevas tecnologías.

Ese es el panorama de cómo se verá el ser humano en el año 3000, de acuerdo con una serie de investigaciones desarrolladas por la empresa de telecomunicaciones Toll Free Forwarding, que creó Mindy, un modelo 3D de Inteligencia Artificial, que refleja los efectos de la utilización de teléfonos móviles, computadoras y otros dispositivos, en el cuerpo humano.

Estudios detallaron que una de las primeras características morfológicas que adquirirán las personas es una joroba, a la que llamaron “cuello tecnológico”. “No sería descabellado pensar en algún tipo de alteraciones a nivel de la columna cervical, como un aumento de la cifosis, una curvatura exagerada hacia adelante de la parte superior de la espalda, que puede ser causada por la postura inadecuada al leer o manejar los dispositivos electrónicos”, opina José David Mejía Zapata, médico especialista en gestión de la salud y magíster en salud ocupacional.

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Mejía, docente del programa de Medicina de la Universidad Icesi, consultado por El País, advierte que “el abuso de las tecnologías y la adicción al Internet y a las redes sociales, puede causar déficit de atención y del aprendizaje, trastornos del sueño y hay casos de convulsiones, asociadas a la luz que emiten las pantallas y los dispositivos”.

Según especialistas en bienestar, los malos hábitos tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y nos paramos. “Mirar hacia abajo a nuestro teléfono o hacia arriba en la pantalla de nuestra oficina tensa partes del cuerpo que determinan la postura”, aseguran en las conclusiones de las investigaciones.

Además, se pronostica que por el exceso y la manera de usar los teléfonos celulares, en mil años las manos de las personas tendrán la forma de una garra cerrada. Para la especialista Nikola Djodjevic, el estudio se relacionó con el actual síndrome del túnel carpiano, que tiene entre sus posibles causas la “sujeción” del teléfono.

Mindy o la proyección del ser humano en un futuro no tan lejano, tiene los codos doblados en un ángulo de 90 grados, debido a que, las personas inclinan su cabeza y levantan el brazo para leer su celular. El estudio concluye que mantener el codo doblado por mucho tiempo, la mayoría de las veces mientras se sostiene el teléfono, puede estirar el nervio detrás del codo y ejercer presión sobre este.

De acuerdo con la investigación, el grueso del cráneo se expandirá debido a la radiación emitida por los celulares, una afirmación que causa controversia entre los más científicos, porque no se ha demostrado aún que la leve radiación emitida por los teléfonos afecte al ser humano.

También parece increíble pensar en la aparición de un segundo párpado por el uso excesivo de pantallas que pueden provocar dolor de cabeza o fatiga visual. Sin embargo, Kasun Ratnayake, de la Universidad de Toledo, en Estados Unidos, citado por el estudio, señala que “los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante, pero no otras luces de alta longitud de onda como el verde, amarillo o rojo”.

Expertos recomiendan durante las jornadas hacer estiramientos osteomusculares, a nivel de codos, antebrazos, manos y dedos. Así como dedicar tiempo a las pausas activas durante la jornada laboral, para hacer ejercicios de movilidad, dinámicos y disminuir la fatiga laboral y el estrés.


Se menciona en la investigación la teoría de la idiocracia y cómo el cerebro humano se ha encogido durante la evolución.

El doctor Mejía Zapata considera que ya se están viendo consecuencias, como la fatiga visual y agravamiento de los defectos refractivos. Se estima que el 60% de adultos en EEUU la padecen, asociada a medios digitales como pantallas o celulares. Los síntomas son ojos secos, rojos o visión borrosa.

También da cuenta este magíster en salud ocupacional, de pacientes con patologías o alteraciones del sistema osteomuscular o músculo-esquelético: músculos, tendones y huesos, siendo la principal, la cervicalgia crónica, tendinitis en las manos o en los dedos, y por las posturas se puede presentar lumbalgia.

La disminución de la actividad física por permanecer embebido en la tecnología y en las redes sociales, según el especialista, hace que se dé una propensión a desarrollar patologías cardiovasculares o enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes mellitus, obesidad y síndromes metabólicos. El uso de los medios tecnológicos y la asiduidad o presencialidad en redes sociales, agrega, “conlleva al aumento de patologías psiquiátricas, como trastornos de ansiedad y depresivos. La persona tiende a compararse con lo que ve en las redes de otros. También se dan trastornos del sueño, por la alteración del ritmo circadiano”.

Se estima que el 90 % de la gente mira el celular una hora antes de irse a dormir. La luz del dispositivo dispara mecanismos que llevan a la alteración del sueño y posteriormente, a la ansiedad o a la depresión. Se pueden dar, asimismo, alteraciones a nivel del cerebro, de la atención y del aprendizaje.

Los sentidos se verán también afectados, de acuerdo con Daniela Sánchez, fisioterapeuta, de la Secretaría de Salud Departamental, “no solo el sistema visual, el alto volumen al que se exponen los individuos con el uso de audífonos puede afectar, a largo plazo, el oído”. 

Para Sánchez, es posible que a largo plazo se produzcan modificaciones posturales a temprana edad, afectando el desarrollo de los niños. “el sistema locomotor está diseñado para permanecer en movimiento y al adoptar, permanentemente, las mismas posiciones, los músculos posturales realizan modificaciones según las necesidades antigravitacionales del cuerpo. Los huesos aumentan su volumen trabecular al requerir una estructura más fuerte para vencer la gravedad y cargar peso”.

Cifras alarmantes


  • La adicción al internet está entre el 1.5 y 8.2 %. La dependencia a las redes sociales está entre un 5 y un 10 %.
  • El promedio de uso del celular al día en los adultos, en Estados Unidos, es de tres horas 43 minutos. En Colombia superamos ese tiempo.
  • Más de seis horas viendo televisión o usando computadores puede llevar a grados delicados de depresión y ansiedad. Se estima que el 56 % de los jóvenes ha tenido algún tipo de acoso o de bullying a través de las redes sociales.
  • Asociaciones americanas de Pediatría y de Psiquiatría recomiendan que los niños menores de tres años tengan el menor contacto con los celulares, prácticamente nulo, porque esto afecta su madurez visual, sus hábitos. Se trata de un cerebro en desarrollo, en temas de aprendizaje, de atención. En los niños es necesario establecer adecuadas relaciones interpersonales y el compartir socialmente con amigos y con padres, disminuye su egocentrismo.