La pandemia del desamor hace sus estragos. Por eso algunos espantan la soledad con fugaces encuentros sexuales, pactados por aplicaciones donde el algoritmo toma decisiones que los humanos validan. Y otros hurgan en su pasado sentimental, en busca de algún número olvidado de la libreta telefónica.
No parece ser momento propicio para encontrar el amor superlativo. Y las emociones nacientes son brotes de escasa raíz, puestos a prueba por meses de encierro, paranoia por el contacto y profunda alteración de los ritmos de vida, no solo personales sino, sobre todo, comunitarios.
2021 parecía el faro del amor, la luz al final del túnel de la soledad, y entonces ocurre un milagro: chico conoce chica, hay conexión, hay química, hay razones para pensar que es posible, esta vez sí, dar el gran salto. Pero el amor, que de por sí era complejo en condiciones normales, tiene desafíos inéditos en 2021, un año que carga con el agotamiento del 2020 y que arrastrará -por algunos meses más- las restricciones de bioseguridad.
Las primeras citas tendrán que pactarse bajo los lineamientos del alcalde de turno, y las directrices de gobernación y presidencia. Habrá que sintonizar Acción y Prevención, o esperar hasta tarde los decretos que pueden modificarse a último minuto, según la curva ascendente o descendente del Covid.
Teléfono en mano, se espera luz verde para salir, pero solo para constatar que él tiene cédula par y ella, por supuesto, impar.
La muerte, la golpeada economía del país, los contagios cercanos, el uso o no de la Ivermectina, se convertirán en tema obligado que disipa el romanticismo naciente. Y qué decir de los fines de semana marcados casi siempre por la Ley Seca y el Toque de Queda.
Una cena romántica no contará con grandes aliados, pues los restaurantes deben seguir el decreto local que establece cierre temprano de operaciones.
Reservar una mesa, en estas condiciones se hace difícil entre tanta advertencia: a las 8:00 cerramos puertas, a las 7:30 la cocina se cierra, a las 6:30 las reservaciones con distanciamiento están llenas, llame mañana, o tal vez pasado mañana.
Habrá que apelar, quizá, a los pragmáticos domicilios, para hacerle sentir al otro que es querido en el fondo de todo el icopor, de todos los envoltorios plásticos, bolsas, cierres herméticos y materiales de reciclaje.
Si la naciente relación sobrevive a la primera cita presencial, será una verdadera hazaña: imaginemos a los dos en plena búsqueda de cables y wifi, para la conferencia telefónica de su empresa, la charla de última hora con los jefes y clientes, los chats de último minuto, las agendas cruzadas. Porque si algo borró esta era de teletrabajo fue el tiempo de oficina versus el tiempo personal. Primer damnificado: el amor.
Llegar a la segunda cita requerirá resiliencia, aparte de ingenio y tolerancia a la frustración. Llegar a la tercera cita, toda una hazaña.
Conocer a las respectivas familias podría ser un acto kamikaze para todos los involucrados, así que estas pequeñas ceremonias serán un gran medidor de lo seria que se torna una relación. Pero sin importar los obstáculos, el amor verdadero siempre se abre camino. Aquí, los consejos.
Lea además: ¿Cómo enfrentar el duelo por una pérdida en esta temporada?
Romance 2.0
Lista de ideas
1. Salir a caminar temprano en la mañana, juntos.
2. Comprar una membresía del Zoológico y encontrarse allí juntos, en medio de la naturaleza y el aire fresco, en un entorno seguro.
3. Como resulta más difícil verse con frecuencia, apele a los gestos de romance que nunca pasan de moda: enviar croissants en la mañana, regalar un buen café, flores, chocolates o un almuerzo sorpresa en plena jornada de trabajo del otro.
4. Usar la potencia de las redes sociales, conectarse por Instagram, Facebook, Telegram, Whatsapp; ver juntos una serie de Netflix, así sea a distancia, y comentarla.
5. El sexo telefónico es la mejor alternativa contra el distanciamiento. La pareja conecta desde la imaginación, el lenguaje, gana confianza y se conoce más.
Ver el vaso medio lleno
En lugar de quejarse y lamentarse por la soledad, un cambio de perspectiva puede ser útil.
Estudie e identifique quién es usted ahora, qué busca de una pareja y de usted mismo. Baile, medite, ore, cante, invoque el amor, renueve sus fotos de redes sociales, evite los mensajes pesimistas, tenga fe, compre ropa interior sexy, renueve su habitación, vaya al médico, no aplace la cita con el odontólogo, repare los objetos descuidados de casa y póngase en sintonía para la llegada de una nueva persona.
Los expertos en feng shui invitan a mover la energía y a actuar con hechos concretos que mejoren su vida cotidiana, así le enviará al universo el mensaje: estoy en movimiento, merezco la felicidad.