Aplicar las vacunas es una de las mayores responsabilidades cuando se cuenta en el hogar con un perro o un gato como mascota, ya que, al igual que en los humanos, la función de los biológicos es hacer que el organismo del animal sea inmune frente a determinadas enfermedades.

Cada año se realizan campañas de vacunación para la prevención de la rabia, pero este antídoto contra esa enfermedad no es el único que se debe aplicar a nuestras mascotas, ya que existen otras patologías, igual de importantes, que normalmente los dueños de los animales desconocen.

Muchas enfermedades zoonóticas se mantienen bajo control gracias a la responsabilidad que tienen los dueños con sus mascotas, ya que en la mayoría de los casos las enfermedades a prevenir son graves. Y se debe de cumplir con un cronograma establecido.

Para esto, usted puede acudir al veterinario de cabecera o llevar al animal a una clínica veterinaria.

La médica veterinaria Angélica Angulo Ortiz, quien trabaja en la clínica veterinaria Mr. Pets, de Cali, explica el plan de salud preventivo tanto para caninos y felinos: “En primer lugar, consta de 3 a 4 aplicaciones, según lo que el médico veterinario considere necesario. La primera dosis es a las 6 semanas de haber nacido, después de cumplir con las demás aplicaciones, se hace una actualización, es decir una revacunación cada año, para que su poder efectivo siga activo”.

Antes de realizar el proceso de inmunización se pide primero a los dueños de la mascota contar su historia de cómo fue la adopción, su edad, peso, raza y así poder programar su plan preventivo de salud. Esto busca evitar complicaciones futuras, que pueden ser tratadas a tiempo.

La doctora Angulo señala que generalmente no se dan reacciones secundarias en la mascota a raíz de la aplicación de una vacuna, pero que existe la probabilidad de que se presente un dolor o una picazón en la zona corporal donde se inyectó al animal, inflamación o aparición de pequeños bultos, y en ciertos casos, aunque con menor frecuencia estadística, afectaciones gastrointestinales.

Hay muchas enfermedades que pueden ser prevenidas al ser tratadas con un sistema de vacunas administrado por un médico veterinario, tales como el distemper canino y felino, más conocida como moquillo; parvovirus canino, gripe felina, hepatitis canina, peritonitis infecciosa felina (PIF), leptospirosis y leucemia felina.

Coco tiene 3 años, es una gata criolla, negro con blanco, que cuenta con la vacuna de la rabia a los 3 meses de haber nacido y la de leucogen, contra la leucemia felina a los 4 meses.

“Me la encontré en un bote de basura, estaba recién nacida, no tenía más de dos meses, así que al día siguiente la llevé al veterinario, y procedieron a realizarle estudios. Le aplicaron la vacuna contra la rabia, la leucogen y ahora que tiene 2 años se le aplicará la trivalente, antes no se pudo porque yo no tenía mucho dinero”, cuenta Angie Perdomo, la dueña de la felina.

Vacunación en felinos

Un gato se considera cachorro hasta los 12 meses de vida y al menos se le debe aplicar 5 vacunas para una inmunización primaria:

A los primeros 2 meses después de nacer, la vacuna trivalente, más conocida como la triple viral, que lo protege de la panleucopenia, el calcivirus y la rinotraqueitis.

La leucogen contra la leucemia felina.

A los 3 meses se debe hacer una revacunación de la trivalente (segunda dosis).

A los 3 meses y medio hay que hacer la revacunación de la leucogen (contra la leucemia, segunda dosis) y a los 4 meses la vacuna contra la rabia.

La inyección de la trivalente es la más importante.

Para los gatos existen algunas que se consideran optativas, aunque recomendables, según el criterio del veterinario y la zona en la que la mascota viva, ya que pueden ser de riesgo u obligatorias.

A su vez, la vacuna de la leucemia es fundamental para proteger a los gatos que salen al exterior y se relacionan con otros gatos.

Se considera que un gato es adulto a partir de los 2 años de vida y con las vacunas principales aplicadas se debe anualmente hacer la revacunación para garantizar su protección frente a las enfermedades. Esta vez, se vacuna una sola dosis de cada una para mantener sus efectos activos durante otro año más.

Vacunación en caninos

Un perro se considera adulto a partir del primer año, por lo que antes de esa edad debe de tener las siguientes vacunas: contra el moquillo canino, la trivalente para caninos, la hepatitis infecciosa, la leucogen contra la leucemia canina, la parvovirosis, la leptospirosis. Se aplican entre las 8 semanas y 12 semanas de nacido para una inmunización primaria.

El biológico contra la rabia solo es puesto a las 12 semanas y 16 semanas después de nacer.

Luego, se debe aplicar una segunda dosis, a las 16 semanas de la primera dosis. A su vez, cada año debe realizarse el mismo procedimiento para mantener los efectivos activos.

Gladys Ledesma, una ama de casa dueña de Lucas, un canino adulto, blanco, que tiene 9 años de edad, de raza French Poodle, cuenta cómo ha sido el proceso de inmunización del animal con un veterinario de cabecera.

“La mayoría de veces lo acompañamos para que no le dé miedo y como siempre le da fiebre después de la vacunación le damos un acetaminofén. También se ve bajo de ánimo, pero es completamente normal”, comenta la señora Ledesma.

La médica veterinaria Angélica Angulo comenta que existen vacunas que son opcionales, pero este hecho no significa que sean menos importantes, sino que las enfermedades que combaten no afectan a todos los perros de igual forma.

La importancia de que los caninos sean inmunizados depende de varios factores, como son la edad, la constitución y el entorno, por lo tanto, cada caso se considera diferente y habrá que clarificar si es conveniente vacunar, advierte Angulo.

Por otra parte, las vacunas opcionales son aquellas que protegen contra leptospirosis, parainfluenza, tos de las perreras causadas por bordetella (una bacteria infecciosa que se puede encontrar en los lugares de albergue), enfermedad de Lyme, y leishmaniasis, siendo esta última enfermedad una de las más susceptibles de contraerse en verano. Lo ideal, según los expertos, es ponérsela en marzo para que así ya estén protegidos cuando llegue el momento de riesgo. Asimismo, hay que destacar que, aunque esta patología es más propia de los climas húmedos y cálidos, no es raro que pueda darse en poblaciones de mascotas del interior del país.

Costos de las vacunas

Los precios de las vacunas varían de acuerdo con la edad del animal, el tipo de biológico y el profesional o veterinaria a donde se acuda aplicarlas.

Por ejemplo la vacuna Trivalente para ambas mascotas, por lo general tiene un valor de $480.000, en cambio la vacuna Leucogen contra la leucemia vale $300.000 en felinos y en caninos es de 280.000, pero esto también depende de la veterinaria al que sea llevado el animal para realizar su inmunización.

Es por ello que adoptar una mascota también es una responsabilidad económica, pues se necesita una estabilidad financiera y un plan preventivo de salud establecido por el médico veterinario para poder cuidarlas y protegerlas.