Honestidad. Tal vez no haya una mejor palabra para definir a Willie Rosario, el hombre que hace ya casi 60 años creó una de las orquestas más emblemáticas de la Salsa en Puerto Rico.
‘Mister Afinque’, como se le conoce, se reencontrará con Cali la próxima semana, durante varios conciertos privados que se realizarán en el marco de la Feria 60. Sobre lo que significa ese reencuentro con una ciudad que ama su obra, y sobre lo que significa llegar a seis décadas de carrera artística, habló con El País.
Maestro, ¿qué recuerdos tiene de su relación con la ciudad de Cali?
Por Cali tengo una gratitud profunda, porque Cali es una ciudad que ha comprendido nuestra música, la ha valorado y la ha apoyado. Ustedes los caleños son gente hospitalaria, muy educada y muy cortés, que nos han dado trabajo y amor. Y por otra parte, las orquestas de Cali han progresado una cosa tremenda. El Grupo Niche, que fundó mi gran amigo Jairo, es un ejemplo de eso.
Recuerdo especialmente la música en la Avenida Sexta. Tú pasas por ahí y es de lado y lado de la calle que se escucha salsa. Y ves a toda la gente afuera disfrutando. Por eso Cali, sin lugar a dudas, es la Capital de la Salsa. Así que es un gran honor regresar.
En el 2018 se conmemoran sus 60 años de vida artística. ¿Cómo ha logrado mantenerse vigente en el corazón del salsero?
Sí, el año que viene, si es la voluntad de Dios, vamos a cumplir los 60 años de haber fundado esta orquesta en Nueva York. Después de la Sonora Ponceña, mi orquesta es la de la más tiempo. Luego están las de Roberto Roena y Bobby Valentín, entre otras.
Yo creo que lo he logrado por dos cosas. Primero, porque Dios quiere que tenga ese propósito. Y segundo, porque siempre he tratado de ser honesto, responsable, porque le doy dignidad a lo que hago.
A mí me han ofrecido muchos contratos para que vaya a actuar solo con los cantantes, y me dicen que me hacen la orquesta allá. Y si yo dijera que sí, económicamente saldría mejor, pero a mí no me interesa eso. Yo no le voy a faltar al respeto a mi público. Siempre me he cuidado de hacer las cosas de esa forma y así seguiré.
Y le doy muchas gracias Dios porque me ha dado muchas bendiciones. Y en Puerto Rico hay orquestas grandes, sin pecar de inmodesto, que siguen los pasos de nosotros, como nosotros seguimos los pasos de Tito Puente, Tito Rodríguez o Machito.
Usted inicia su orquesta con un formato de cuatro trompetas y un barítono, algo que nadie había ensayado en la Salsa. ¿Mantiene aún esa estructura o ha cambiado?
Sigue igual. Yo fui el primero que sacó el barítono de una sección de big band. Yo estaba buscando darle un sonido distinto a la orquesta y no quería ponerle trombones, porque todo el mundo los tenía.
Pero en una oportunidad en la que vi a Gerry Mulligan tocando Bossa Nova en el Blue Note, me vino la idea. Se me ocurrió que los mismos pasajes que hacían el bajo y el piano en la era del mambo, en el 62, esos mismos los podía hacer el barítono con más fuerza, más producción.
Recuerdo que lo consulté con Bobby Valentín, que me dijo “eso está un poco raro”, pero así lo hice.
Y mira: hoy día un 98% de las orquestas tienen un barítono, pero me encuentro gente en la calle que me dice: “Oye, tiene un barítono, pero no suena como tu orquesta”.
Y el timbal, ¿qué tanta importancia le da a ese instrumento que usted toca en su banda?
Mira, en la era del mambo de Tito Puente casi todo el mundo hacía solo de timbal. Y yo cuando tocaba con otras orquestas de Nueva York hacía solo de timbal, pero eso era porque yo era uno de esas orquestas.
Pero cuando hice mi orquesta no quise entrar en eso de hacer solos en las grabaciones. No ha sido nunca mi interés hacer solos de timbal.
Una vez mi abuelo me dijo: “Trate de ser siempre ‘Number One’, para segundo no”. Y yo sabía que el mejor para hacer solos de timbal era Tito Puente. Sabía que lo único que yo podría hacer era un poco más de ese mismo estilo que él tenía.
Entonces me dije: yo voy a tocar el instrumento y voy a buscar un sonido compacto para bailar. Y lo hice. En eso empecé a trabajar y a alguien en Nueva York le dio por llamarme ‘El rey del ritmo’. Y luego no se quién me puso ‘Mister Afinque’, supongo porque tocábamos ‘afincado’. Pero yo soy simplemente Willie Rosario. Un hombre al que Dios le dio el don de hacer música.
¿Qué es ‘tocar afincado’ y por qué usted se ha empeñado en defender ese estilo?
Es, simplemente, tocar para bailar. Una orquesta afincada es una orquesta de sonido compacto. O sea, no es una orquesta en la que se van dando golpes, platillazos, que el conguero suena solo, o el bongosero hace lo otro. No. Cada uno hace lo que tiene que hacer para producir al final un sonido para bailar. Eso es sonar afincado.
¿Y por qué, de unos años para acá, en la Salsa se ha perdido tanto el ‘sonido afincado’?
Lo que pasa es que todo el mundo quiere hacer lo suyo, o lo que le da la gana, o tienen un director que no tiene ideas claras sobre lo que quiere.
Pero la cuestión del afinque es algo muy serio y muy importante. Tito Rodríguez tocaba afincado, Machito tocaba afincado, la Sonora Ponceña toca afincado, Bobby Valentín y El Gran Combo tocan afincado. Todas esas son orquestas de afinque, que tocan para bailar.
Lo que pasa es que en algunas orquestas se buscan ciertos protagonismos, y creo que eso pasa con todas las profesiones. Mi orquesta no está alrededor mío. Pero la orquesta de Tito Puente sí estaba alrededor de Tito Puente y sus solos de timbal. Y lo mismo pasaba con las de Eddie Palmieri o Ray Barreto. Son propuestas distintas.
Yo veo que en Colombia el Grupo Niche, Guayacán, la orquesta Galé tocan muy bien la Salsa.
Hay mucha gente que dice que la Salsa se acabó. Creen que, como usted dijo en un tema, ahora sí ‘Los salseros se van’. ¿Qué piensa de eso?
El mundo tiene que evolucionar. Pero la salsa nunca se va a morir.
Yo recuerdo que eso ya lo habían dicho cuando hubo un movimiento, por allá en el 87, de coger las baladas y hacer salsa.
A eso lo llamaron ‘salsa de alcoba’ o ‘salsa monga’. Y ese fue un movimiento en el que empezaron a salir los cantantes solistas. Todo estaba alrededor del solista. A la gente no le importaba el sonido de la orquesta ni su esencia. Ese movimiento en la cuestión de arreglos no trajo muchos aportes porque todo era el solista.
Pero la Salsa no va a morir. Esa música viene de Cuba y allá sigue hoy viva con muchas agrupaciones como Los Van Van, que tocan mucha timba.
Hablemos de su música. Si usted tuviera que mencionar los tres grandes temas musicales de la orquesta Willie Rosario, ¿cuáles elegiría?, ¿cuáles son esos temas que usted más quiere?
Es una pregunta difícil. Quiero a unos más que a otros. Hay un número llamado ‘A toda Cuba le gusta’, que hizo Tony Vega. Lo he tocado tres millones de veces y me gustan mucho sus arreglos. Pero hay otros que me gustan mucho, como ‘Anuncio Clasificado’, ‘Lluvia’, ‘La mitad’, que tiene arreglos de Bobby; Y ‘Busca el ritmo’, arreglado por el fenecido Jose Lugo. Son muchos.
En Cali hay un tema emblemático que no puede faltar en la rumba, y es
‘A Maína’...
‘Maína’ siempre lo toco. ‘Maína’ es de un compositor de Caracas que se llamaba Alfreddy Bogado. Cuando íbamos a Caracas siempre se aparecía y subía con nosotros a tocar ‘Maína’. Lo que es ‘Maína’, La Mitad, ‘Del barrio Obrero a la 15’, no pueden faltar. Todo eso lo vamos a tocar en Cali.
Muchos de los salseros jóvenes de Cali creen que esa última que menciona es una canción compuesta a Cali, porque habla de dos sitios muy caleños, el barrio Obrero y la Calle 15 ¿Cómo es la historia de esa canción?
Puerto Rico tiene un barrio que se llama el Obrero y la 15 es una parada de transporte. Y había un muchacho Triny Clemente, que me traía muchos números para que yo se los grabara. Y entonces pensando en él, yo le hice ese número y lo grabamos. Y es el hit más grande que se ha hecho en Puerto Rico. Lo cantó Chamaco Rivera, un gran artista, que cuando quiso hacer de solista le tuve que dar sus números para que se encaminara.
¿Y en Cali hay un sitio que se llama igual? Bueno, qué casualidad.
A propósito, su orquesta se ha caracterizado por ser un semillero de cantantes que hoy tienen mucho éxito como Gilberto Santa Rosa, Tony Vega. ¿Cuál de todos esos cantantes fue con el que usted se sintió más a gusto?
Esa es como la pregunta de los temas favoritos. Cuando tuve a Junior Toledo fue una época fenomenal. Mucha gente me dice que fue el mejor que pasó por mi orquesta. También Guillo Rivera o Frankie Figueroa, o Chamaco.
Igual la época de Gilberto Santa Rosa, sin lugar a dudas un tipo muy talentoso, de mucha personalidad escénica. Cuando hice ‘Anuncio clasificado’ con Primmy Cruz o ‘A Maína’ con Puppy Cantor, también tuve un momento fantástico. En fin, yo no sabría a quién escoger.
¿Y con qué cantantes viene a Cali?
El problema que tengo con mi orquesta es que como por acá pasaron grandes estrellas, la gente está muy pendiente de quién yo tengo al frente, quiénes son los cantantes. Ahora voy a Cali con un muchacho nuevo que se llama Erick Robles. Lo voy a llevar como cuando traje a Gilberto jovencito. Es un muchacho joven al que le estamos dando la oportunidad, y sé que les va a gustar, es muy talentoso.
¿Cómo son las navidades para Willie Rosario?
Años atrás en la temporada de las navidades se trabajaba mucho. Había muchas fiestas de empresas privadas. Ahora ya no porque tienen una cosa que se llama ‘Secuencia’. Va un tipo que toca piano, canta, pone una amplificación y tira todo el sonido como de una orquesta, y a los que lo contratan les sale mucho más barato.
Pero siempre hay unos bailes muy famosos, como el de Navidad, en el que vamos a tocar nosotros con la orquesta Mulenze y el sobrino de Ismael Rivera. Ese baile del día 25 es una tradición.
Yo siempre me cuidé de honrar esa idea de que la primera patria que tú tienes es la familia. Por eso en la despedida del año, si tocaba cuatro veces, era mucho. Cuando yo toco en una despedida del año pongo la condición de que cada músico pueda llevar a su familia. Sin esas condiciones yo no toco porque no vale la pena.