En las cosas bellas que tiene hacer una canción, entre otras, está la de abrir caminos inimaginables en los insondables vericuetos de la creatividad y el ideario popular. En la salsa no sucede algo distinto. Muchos personajes, ya míticos, se han paseado por el cancionero popular bailable del solar latino, dando rienda suelta a la imaginación de autores, que acompañados por una composición dirigida al bailador, han sembrado en la memoria de muchos, a personajes como Juanito Alimaña, Pedro Navaja, Juana La Jicotea, Paula C, Periquito Pin Pin, el cantante, Juana Peña y Amparo Arrebato entre muchos más.
En el año 1968, para la feria de Cali, a la Caseta Panamericana, con capacidad para 7.500 personas, llegó una pareja de músicos procedentes de Nueva York, que traían en sus maletas las partituras de unos temas de salsa, lo último en guaracha en la gran manzana. Eran Richie Ray and Bobby Cruz, quienes aquel 26 de diciembre del año mencionado, inaugurando la ya legendaria caseta Panamericana, con la animación de Sady Rojas y alternando con Nelson y sus Estrellas de Venezuela, dejaron a Cali alienado y contagiado del sabor salsero.
Un año después regresaron a la Sultana del Valle, con una canción que crearía otro de los grandes mitos en torno de la salsa. Amparo Arrebato, así lo llamaban y así lo tocaron.
Hoy quiero proponer una aproximación a la verdad verdadera, no a la verdad que se alojó en la memoria de los salseros en estos últimos 40 años. “Esa negra” que según la lírica de Roberto Cruz y Ricardo Maldonado, “…tiene fama de Colombia a Panamá”, es la Caicedo bailadora o la Ramos bailarina. Las dos llamadas Amparo, las dos apasionadas por bailar salsa en los metederos de la época, paseándose y bailándose por sitios nocturnos de mucho agite, como Caborojeño, Aretama, Costeñita, el bailadero de la Negra Sonia y el Grill San Nicolás entre otros.
Las dos mujeres de la salsa, reclamaron ser el motivo de la inspiración del tema incluido en el disco de larga duración "Agúzate" publicado en el año 1969 por Richie Ray y Bobby Cruz, bajo el sello de Fania, Alegre Records. Obviamente existen argumentos de defensa del estandarte, por parte de las dos Amparos, sus amigos y familiares. A la bailarina Amparo Ramos Correa, hasta el día de su muerte, se le escuchó diciendo que ella era Amparo Arrebato, la original. Amparo Caicedo sin embargo, al menos este periodista nunca supo que se pronunciara al respecto.
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Amparo 'Arrebato' Caicedo
Han sido sus amigos de la época, bailadores y compinches de jornadas bohemias y de baile, los que han reclamado para la negra Amparo Caicedo, el apelativo de Amparo Arrebato, esgrimiendo que la Ramos era blanca, y la Caicedo negra, o mulata como afirman quienes la conocieron personalmente y que del color de su piel se desprende la inspiración de algunos párrafos de la canción. “esa negra tiene fama, de Colombia a Panamá”, “Amparo Arrebato le llaman, la negra más popular”, “oh, que esa negra es sandunguera nadie lo puede negar”.
Del libro “Vieja guardia, una salsa bien bailada”, del escritor caleño, Alfredo Caicedo Viveros, en la página 239, cito textualmente: “… conocí a Amparo Arrebato Caicedo y su inseparable corte de amigas: Lorena, la porteña y Amparo Tabera “La Cucaracha”, su mejor amiga…”, a quien llamaban así porque había tenido amores con otro de los reconocidos bailadores de la época, “Cucaracho”, Adán Martínez. Los defensores de Amparo “Arrebato”, la Caicedo, afirman entonces que el calificativo de su amiga, da que para que Richie y Bobby escribieran jocosamente “… Amparo Arrebato le llaman la negra más popular, y ella dice que la cucaracha ya no puede caminar.”
Otro de los argumentos, es que Amparo viajaba a Panamá por negocios, sobre los que no quiero detenerme a puntualizar. Allí en el vecino país se encontró en varias oportunidades en la rumba, con la orquesta de Richie. Los amigos de Amparo “Arrebato” Caicedo, argumentan que esto inspiró la frase de la canción: “…esa negra tiene fama, de Colombia a Panamá…”
A lo anterior se suman las aseveraciones de Francis Gómez, discómano y propietario del inolvidable Cabo Rojeño, el bailarín Toño Catacolí, el bailarín Félix Veintemillas y el escritor de la salsa Alfredo Caicedo Viveros, entre otros melómanos que vivieron y estuvieron presentes en esa época dorada de los inicios de la salsa en Cali y que con seguridad afirman que la original Amparo Arrebato es Amparo Caicedo.
En el programa que hacíamos en Radio Impulso 1290 AM, el Show de la Sonora Matancera, con mi recién fallecido amigo Raúl Palomino, nos contó Miguel Ángel Barrios, “el Chato”, también fallecido, artista representativo de la escena del baile popular en Cali, que Amparo Caicedo, residenciada en Nueva York, era la verdadera Amparo Arrebato, y que la Ramos era solo una impostora.
Esa sería la verdad absoluta, que realmente se aleja de la realidad, porque es a Amparo Ramos Correa a quien se le reconoce como la Amparo Arrebato, musa inspiradora de Ricardo Maldonado Morales y Roberto Cruz Feliciano.
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Amparo 'Arrebato' Ramos Correa
Consumada basquetbolista y atleta de selección en los 60 metros planos, en los que incluso llegó a destacarse por obtener el récord de 7,8 segundos en los juegos nacionales. Tuvo la oportunidad de viajar en varias oportunidades a competencias en Panamá. A esto atribuyen sus amigos y familiares, en la canción, la frase “esa negra tiene fama, de Colombia a Panamá”.
Muchos de sus amigos y colegas, como Jaime Castro “Jimmy Boogaloo”, Enrique Cabezas “Telembi King”, quien fuera su eterno compañero de baile, los dos fallecidos, siempre la defendieron y la respaldaron en la posesión, o usurpación dirían otros, del nombre Amparo Arrebato.
Argumentaban que aunque bailaba muy bien, no se podía decir que frecuentara a diario la noche, de hecho trabajaba de día como operaria de Fruco. En cambio la Caicedo, que vivía de y para la noche, fue amiga de la gran mayoría de bohemios, rumberos y sibaritas que frecuentaban el barrio hasta el amanecer.
Amparo Ramos Correa, en una entrevista realizada para el programa “Rostros y Rastros” de Universidad del Valle TV, 1989, realizado por Adolfo Cardona con Guion y entrevistas de Rafael Quintero, manifiesta que aquel 26 de diciembre de 1968 conoció a Richie Ray y a Bobby Cruz, quienes quedaron impresionados al verla bailar, lo que los motivó a invitarla a su mesa, naciendo desde ahí una gran amistad. De hecho, cuatro días después, el 30 de diciembre, día del cumpleaños de Amparo, asistieron Richie y Bobby, a una a una tamaleada vallecaucana de celebración en su casa.
Argumentos sólidos o no, ya a estas alturas, qué importa cuál de ellas es la dueña del título, si en la realidad y la práctica, fue la Ramos la ganadora por encima de todo y de todos, del título eterno de Amparo Arrebato.
Richie Ray y Bobby Cruz, la verdad verdadera.
Sobre la reclamación histórica de la responsabilidad del mito Amparo Arrebato.
En el marco de la realización del IV Festival Internacional de Cine de Cali, en el año 2012, en el que se estrenó el documental “Sonido Bestial” con la presencia de las dos leyendas vivas de la salsa, aproveché para preguntarle a Bobby y a Richie, en un lugar poco convencional para hacer una entrevista, un ascensor en el que anecdóticamente nos quedamos casi 15 minutos atrapados por desperfectos en su funcionamiento. Era el momento y los abordé sobre la pregunta de a quién realmente le compusieron Amparo Arrebato. Con un poco de angustia por la situación que vivíamos en el elevador, me respondió: “Yo recuerdo que entre todas las mujeres bellas que había esa noche de nuestro debut, tanto para Richie como para mí, sobresalían dos. Una blanca y una mulata. Cuando quisimos abordarlas nos dijeron sus amigas, que se llamaban Amparo Arrebato. Esto nos pareció muy simpático. Incluso llegamos a preguntarnos si había más Amparos Arrebato en Cali. Realmente esto fue lo que nos motivó a componer la canción, como un homenaje a la mujer bailadora de Cali.” Esta puede ser y así se lo dije a Bobby, quien junto a Richie respondieron con una enorme carcajada, una manera de cortar por el centro y no entrar a dirimir. Le dio el título, no solo a las dos Amparos, sino a todas las bailarinas y bailadoras caleñas.
Es que así debió haber sido siempre, como hicieron Dámaso Pérez Prado y su cantante invitado Benny Moré, cuando a principios de los años 50 del siglo pasado, con el mambo “Las Mangoleles” le rindieron homenaje a la mujer bailarina, en cabeza de la norteamericana Yolanda Yvonne Montes Farrington, Tongolele, pero sin olvidar a otras bailarinas como Yara, Francia, Su Muy Key, Yira, Dailú, Friné, María Antonieta Pons, Ninón Sevilla, Josefina del Mar, Gina y Krumba. Con emoción entona en el mambo, el Bárbaro del Ritmo, “Me gustan todas, la Tongolele me gusta más…” pero le gustan todas que fue lo importante.