Los perros, seres extraordinarios que brindan amor y compañía incondicional, ocasionalmente manifiestan comportamientos que desconciertan a quienes los rodean, como la ingestión de heces de gato. Este fenómeno, conocido como coprofagia, puede resultar alarmante para los propietarios de mascotas, pero es imperativo comprender las razones subyacentes que lo motivan a fin de abordarlo eficazmente.
Las posibles causas de la coprofagia
La coprofagia en perros, es decir, el acto de consumir heces, ya sean de gato u otros animales, es más común de lo que comúnmente se piensa. Para comprender por qué los perros se involucran en este comportamiento, se hace esencial investigar las potenciales causas que lo motivan.
Una de las causas principales de la coprofagia es la búsqueda de nutrientes. Estos animales, por naturaleza, siguen sus instintos y, en el entorno salvaje, podrían consumir heces de otros animales en busca de nutrientes adicionales o con el fin de eliminar cualquier rastro que revele su presencia. Aunque en los hogares donde los perros suelen recibir una alimentación equilibrada esta motivación es menos común, aún puede manifestarse.
La ansiedad y el aburrimiento constituyen otras causas significativas de la coprofagia en los caninos. Los perros son criaturas sociales que, cuando carecen de la atención o estimulación adecuadas, pueden experimentar estrés o soledad. Cuando no cuentan con otras fuentes de entretenimiento, algunos perros pueden recurrir a la ingesta de heces como una actividad autocalmante o simplemente como una forma de lidiar con el aburrimiento.
Problemas de salud también pueden contribuir a la coprofagia. Los perros que padecen trastornos digestivos o presentan deficiencias nutricionales tienen una mayor predisposición a manifestar este comportamiento. En ocasiones, la coprofagia se convierte en un recurso instintivo para aliviar molestias gastrointestinales o para compensar la falta de nutrientes en su dieta.
Entre las razones por las que los perros consumen heces de gato, hay una que sorprende a muchos dueños de mascotas la cual menciona el portal expertoanimal: el sabor palatable. Aunque nos resulte difícil de entender, este comportamiento se relaciona con el intenso aroma de las heces felinas que atrae a los caninos, convirtiéndolas en una tentación que les resulta irresistible.
Cómo abordar el problema
Aunque la coprofagia puede resultar desconcertante y desagradable para los dueños de perros, es importante que aborden el problema de manera efectiva sin recurrir a castigos severos o medidas drásticas. Aquí se presentan algunas estrategias que pueden ayudar:
- Consultar a un veterinario: Si se nota que el perro ha desarrollado un comportamiento de coprofagia de manera repentina o si existe preocupación por su salud, es esencial que se consulte a un veterinario. El profesional veterinario puede descartar posibles problemas de salud subyacentes que puedan estar contribuyendo al problema.
- Garantizar una alimentación adecuada: Asegurarse de que el perro esté recibiendo una dieta equilibrada y nutritiva es fundamental. Es recomendable hablar con el veterinario acerca de las opciones de alimentos apropiados para la mascota y seguir las recomendaciones específicas relacionadas con su raza y edad.
- Proporcionar estimulación y ejercicio: Mantener al perro ocupado y mentalmente estimulado puede reducir la probabilidad de que recurra a la coprofagia por aburrimiento. Paseos regulares, la utilización de juguetes interactivos y brindar tiempo de juego son elementos esenciales para mantener al perro activo y feliz.
- Aplicar entrenamiento y refuerzo positivo: Se pueden emplear técnicas de entrenamiento para corregir el comportamiento de coprofagia. Cuando el perro sea sorprendido en pleno acto, se le puede redirigir utilizando un comando como “deja”, y se le recompensará con elogios y premios cuando obedezca. Es importante evitar el uso de castigos físicos o regaños severos, ya que esto podría empeorar la ansiedad del animal.
- Mantener la supervisión: Si el perro tiene un historial de coprofagia, es recomendable mantenerlo bajo supervisión cuando esté al aire libre. Es importante recoger rápidamente las heces de gato u otros animales en el jardín para evitar que el perro tenga acceso a ellas.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.