En una casa del barrio Capri, al sur de Cali, se encuentra el taller Benedicta, una marca de ropa femenina que le ha apostado a las mujeres de la ciudad para generar prendas enfocadas en la moda caleña.
La historia de Benedicta, cuyo nombre significa ‘la mujer bendecida por Dios’ es más que curiosa, nació en el 2009 como una respuesta al difícil panorama económico que se vivía en Colombia debido a la crisis financiera mundial que había brotado desde Estados Unidos en 2008. Angelica Findlay, una caleña que para aquel entonces tenía 35 años de edad, emprendió un pequeño negocio de ropa con el fin de no solo salir de la situación, sino de brindar oportunidades a otras mujeres de la ciudad.
Carmen es una mujer de 65 años y que, desde el 2013, trabaja con Benedicta, con una sonrisa, ‘carmencita’, como le dicen todas en el taller de cariño, es la persona de experiencia que le enseña a las demás como hacer ciertos cortes.
“Trabajé muchos años en Faride, hoy conocido como Studio F, de allí salí con 45 años, luego me fui a laborar con una diseñadora, pero se fue al extranjero, sin embargo, ella era amiga de Angelica y me recomendó, me llamaron y desde hace 10 años estoy aquí”, dijo Carmencita mientras enseñaba uno de los chalecos que había terminado minutos atrás.
En el taller de Benedicta, todas se sienten bendecidas, haciendo alusión al nombre de la marca, las mujeres de distintas edades, entre recién egresadas, personas con experiencia y madres cabeza de hogar, trabajan en el crecimiento de la empresa que pasó de solo realizar prendas deportivas y vestidos de baño a tener un amplio catálogo que va hasta pantalones, blusas, vestidos y sobretodos.
Para conocer más detalles de esta historia sigue a Benedicta en sus redes sociales y conoce todos los detalles sobre sus prendas elaboradas 100% por manos caleñas. @benedictaswimwear.