Este año, la Organización Mundial de la Salud recomendó no usar edulcorantes no calóricos dentro de la alimentación para evitar posibles enfermedades. De acuerdo con la entidad de salud, los edulcorantes más comunes son el acesulfamo-K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la stevia y los derivados de la stevia.
En ese sentido, es importante entender la diferencia entre el azúcar y los edulcorantes no nutritivos y para ello, Bertha Inés Forero Rodríguez, nutricionista dietista, presidenta del Colegio de Nutricionistas, capítulo Bogotá-Cundinamarca y ex directora nacional de Nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, explicó que: “La primera gran diferencia es que el azúcar es un alimento que aporta nutrientes mientras que el edulcorante no calórico es un aditivo alimentario que no aporta nutrientes y que básicamente se utiliza para generar sensación de dulce al momento de consumirlo, pero que al no entregar calorías engaña al cerebro porque cree que está consumiendo un alimento que le da energía, pero realmente no la recibe, entonces lo que hace es obligar al cuerpo a buscar otras fuentes de energía, lo que hace que la persona termine comiendo más”.
De esa manera, la Organización Mundial de la Salud, OMS, sugiere no utilizar edulcorantes no calóricos para lograr el control del peso o reducir enfermedades crónicas no transmisibles en el largo plazo.
“En el estudio a profundidad que realizó la Organización nos dice que los edulcorantes no calóricos pueden aumentar el riesgo de obesidad incidente en un 76%. Asimismo, incrementar el riesgo de padecer la Diabetes tipo II en un 23%, aumentar en 32% las enfermedades cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular, en un 19% y la hipertensión arterial en un 13%”, citó Bertha Inés Forero Rodríguez, nutricionista.
Adicionalmente, seis expertas en nutrición, contando con la especialista Forero, se reunieron para desarrollar un decálogo y hacer un llamado al gobierno a adoptar políticas públicas acerca del consumo de estos productos. Recomendaron, además, incluir en las guías alimentarias advertencias acerca del consumo de los edulcorantes no nutritivos.
“La OMS nos está alertando y por esa razón buscamos que nos informen. Así como tenemos etiquetados de exceso de sodio o grasas saturadas, queremos que también haya un etiquetado que advierta sobre los edulcorantes y sus efectos en la salud”, expresó Bertha Inés Forero.
El decálogo fue presentado al Ministerio de Salud y Protección Social para que este lo tenga en cuenta en el fortalecimiento de políticas públicas sobre el consumo de edulcorantes no calóricos no nutritivos, basados en sus efectos nocivos sobre la salud y alertados por la OMS. De igual forma, se presentaron recomendaciones para la puesta en marcha de acciones de divulgación y educación que garanticen la difusión de esta guía en la población colombiana.
Los siguientes son los puntos del Decálogo a partir de la Guía de los edulcorantes no calóricosde la Organización Mundial de la Salud (OMS):
1. Bajo el principio de precaución, restringir el uso de los edulcorantes no calóricos teniendo en cuenta que los efectos indeseables superan los posibles beneficios.
2. Los edulcorantes no calóricos no son nutrientes, son aditivos. Por lo tanto, no son esenciales en la alimentación y no tienen efectos benéficos en la salud a largo plazo.
3. No se recomienda el uso de edulcorantes no calóricos durante la infancia y el periodo de gestación y lactancia.
4. El uso de edulcorantes no calóricos no es recomendado para tratar o prevenir la obesidad, se requieren políticas más efectivas desde seguridad alimentaria y nutricional.
5. El uso de edulcorantes no calóricos se relaciona con posibles efectos indeseables a largo plazo como mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y mortalidad asociada a enfermedades crónicas.
6. En pacientes con desnutrición asociada a enfermedades no se recomienda el uso de edulcorantes no calóricos. En caso de requerir su uso por condiciones médicas y/o nutricionales, su consumo debe ser estrictamente supervisado por un profesional de la salud.
7. Se recomienda implementar programas de educación alimentaria y nutricional que promuevan patrones de alimentación saludable y adviertan sobre los riesgos del consumo de edulcorantes no calóricos desde la primera infancia.
8. En el contexto de entornos saludables, instar a los sectores públicos y privados a informar y divulgar los posibles efectos de los edulcorantes no calóricos sobre la salud.
9. Incluir en las guías alimentarias basadas en alimentos para la población colombiana advertencias acerca del consumo de los edulcorantes no calóricos.
10. Incluir en la encuesta de la situación nutricional y alimentaria de la población colombiana, así como en investigaciones relacionadas, la medición del consumo de edulcorantes no calóricos.
¿Cómo llevar una alimentación balanceada?
De acuerdo con la nutricionista Bertha Inés Forero Rodríguez, se debe tener una alimentación equilibrada, suficiente y variada en las cantidades requeridas por nuestro cuerpo, que tenga todos los grupos de alimentos en las cantidades adecuadas, “Para esto existen las guías alimentarias basadas en alimentos que expide el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) donde nos enseñan a comer y nos indican cuál es el plato saludable para la familia colombiana. Además de eso, debemos implementar el consumo de agua y el ejercicio como parte de la vida”, sostuvo la experta.