Durante los duros cambios que ha enfrentado el mundo por cuenta de la actual pandemia, la producción de alimentos es quizás la única actividad que nunca descansó, pero hay nuevos retos para garantizar que el agro mantenga su sostenibilidad y competitividad.
Esta es precisamente la apuesta de la Universidad Icesi con la apertura de su carrera de Ingeniería Agronómica que busca convertirse en un apoyo fundamental al llamado sector primario de la economía para que pueda alcanzar mayor competitividad con las tecnológicas digitales de última generación.
María Camila Gómez, directora del programa, el cual inicia en enero del 2021, señala que “el país necesita seguir su transformación rural para que el agro de la región y del país se fortalezca utilizando las herramientas digitales, cuya importancia está demostrada en la actual emergencia sanitaria al facilitar la información a los agricultores de manera oportuna y específica”.
Explica que la meta es migrar hacia una agricultura 4.0 que permita analizar grandes volúmenes de datos (Big Data) para apoyar no solo al agricultor sino a quienes conforman la cadena de valor del sector.
“Eso permite al agricultor y al profesional del agro a tomar mejores decisiones sobre qué, dónde, cuándo y cómo sembrar, con el fin de tomar mejores decisiones en el campo”, anota la especialista.
De esta manera, agrega, lo que se busca es robustecer al sector a partir de la formación de una nueva generación de profesionales que serán capaces de aplicar estas nuevas tecnologías al campo para favorecer a productores que requieren de asistencia técnica y alfabetización digital.
En concepto de la profesora Gómez estas tecnologías de punta harán más expedito el camino de los agricultores competitivos para exportar sus productos, aprovechando las ventajas que ofrecen los mercados mediante tratados y acuerdos comerciales. “Estas herramientas digitales son claves para llegar precisamente a esos grandes mercados”, recalca.
Este tipo de tecnologías, que ya se utilizan en la mayor parte del mundo, facilitan, asimismo, que el agricultor lleve un mejor control de sus costos, manejo de insumos y el control de plagas, e incluso para identificar las tendencias de los consumidores con menos intermediarios en la cadena de comercialización de sus cosechas.
“En Icesi le apuntamos precisamente a la formación de ese futuro talento bajo esos nuevos enfoques en procura de que el agro vallecaucano y del país logre mayores niveles de competitividad con estas tecnologías digitales de última generación”, reitera.
En sectores como el de la caña de azúcar, en el cual el Valle del Cauca es líder en Colombia, se utilizan precisamente recursos de última tecnología para permitir una de las mayores productividades del mundo por hectárea.
Una nueva revolución
Frente a tales desafíos, Daniel Jiménez, Científico Alianza CIAT–Bioversity y líder global de una comunidad de práctica en agronomía digital, indica que “el rol del campo y de los agrónomos ha sido fundamental durante la pandemia al aportar la información para que no hubiera un desabastecimiento de alimentos”. Y frente a lo que viene, el experto destaca que “en ese sentido hay que prepararse ya que hacia el año 2050 habrá un planeta superpoblado y por lo tanto será clave garantizar la alimentación y el agua potable para más de 9000 millones de personas”.
En ese sentido, recuerda que la agricultura ha pasado por diferentes cambios y revoluciones, “y ahora estamos frente a la agricultura digital, o 4.0, que es justamente la nueva tendencia para utilizar esas herramientas y hacer más eficiente ese trabajo”.
Por ello, enfatiza Jiménez, la apertura de programas –como el del Icesi—permitirán, por ejemplo, identificar cuáles han sido los factores limitantes en la productividad del campo y sus condiciones ambientales, tareas que se hacen más eficientes con el uso de tecnologías digitales con las cuales no cuentan muchos de los ingenieros agrónomos en el campo. “Por eso una gran parte de los agricultores toman decisiones basadas en lo que les dijo un pariente, o un vecino, sobre lo que debía sembrar, incurriendo en riesgos y fenómenos como la superproducción”, señala.
Esa situación la reflejó el último censo agropecuario del 2016 el cual estableció que solo el 10% de los agricultores reciben asistencia técnica en el país. El resto no cuenta con ese tipo de asesorías, es decir, una planificación guiada por profesionales.
Agricultura de precisión
Por su parte, Gonzalo Ulloa, decano de la Facultad de Ingeniería de Icesi, expone que con la llegada de nuevas tecnologías y las aplicaciones digitales, la inteligencia artificial y el internet de las cosas, “los países desarrollados ya cuentan con esos recursos”.
En Colombia, indica, “apenas estamos migrando hacia allá, aunque hay sectores como el azucarero en el Valle que utiliza tecnología de punta en sus equipos, maquinarias y procesos productivos”.
Todo lo anterior, agrega, “lleva a realizar una agricultura de precisión basada en las tecnologías de la información para adecuar el manejo de suelos y cultivos, utilizando sistemas de medios electrónicos y de posicionamiento global para la obtención de datos”.
El decano Ulloa considera que el uso de esa información, por parte de los futuros profesionales, evitará crisis como la que enfrentan hoy los cultivadores de papa en materia de producción debido al desconocimiento de los mercados y de las tendencias de consumo. “Hay una desconexión entre el agricultor y los mercados, y eso solo se resuelve con el uso de herramientas tecnológicas que se vienen desarrollando para alcanzar un agro más sostenible”, afirma.
Por eso, la universidad Icesi quiere preparar un ingeniero agrónomo más digital y conectado con las nuevas realidades del campo. Bajo esos retos, recalca “que Colombia con una próxima generación de ingenieros agrónomos podrá aprovechar su potencial en diferentes cultivos, productos tropicales, frutas y muchos otros”.
Entretanto, Oswaldo Puerto, ingeniero agrónomo y profesor de la Universidad Nacional, y experto en el cultivo de la vid, pone de presente que “el nuevo programa académico de Icesi será fundamental, ya que la agronomía cada vez más cobra mayor vigencia, pues estamos destinados a convertir el campo colombiano mediante cultivos altamente competitivos”.
Y ese papel lo deberán asumir no solo los grandes, sino los pequeños productores pero, “todo eso requerirá de una ingeniería agronómica de vanguardia que está de moda en el mundo”. En ese sentido, existen ejemplos como los de Brasil y Chile, y en la misma California, en Estados Unidos. “Allí nuestra profesión se vuelve un punto fundamental para el desarrollo de las comunidades rurales”, añade.
Finalmente, Andrés Eduardo Mejía, uno de los más reconocidos expertos colombianos en el fomento del aguacate Hass y exsecretario técnico de esa cadena, manifiesta que “la iniciativa académica de la Icesi es muy oportuna y un acierto para la vocación agroindustrial que tiene hoy el país”.
Y en el caso del aguacate, enfatiza, que el apoyo de los futuros Ingenieros Agrónomos será fundamental para el caso del aguacate Hass, que presenta una expansión en cultivos “mientras se ha disparado la necesidad de más asistencia técnica bajo esta nueva vanguardia tecnológica en el campo”.
Recuerda Mejía que los centros de formación de ingenieros agrónomos que hoy se utilizan están siendo aprovechados por varias de las universidades, “pero nos quedamos cortos, ya que la oferta de tales profesionales sigue limitada, mientras los cultivos de aguacate Hass crecen cada día, incluso con la llegada de inversionistas extranjeros”.
La carrera
Los estudiantes recibirán formación sobre cómo aplicar en el campo las nuevas tecnologías como la agricultura de precisión, el internet de las cosas (IoT), el manejo de datos y su análisis para aprovechar el potencial que tienen los productos tropicales en el mercado como las frutas, verduras y hortalizas, más otros agroproductos exóticos.
El pregrado tiene una duración de nueve semestres y uno de práctica, consta de 169 créditos académicos y está dirigido a jóvenes inquietos por la naturaleza, la producción agrícola, el campo y la biología.
Icesi cuenta con la infraestructura de ciencias básicas de ingeniería, biología, química, genética, sanidad vegetal, fluidos, y tendrá un futuro laboratorio de suelos y una granja experimental con cultivos a cielo abierto.