La tecnología ha permitido el avance de la humanidad en muchos aspectos e incluso es considerado uno de los medios que dará lugar al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. Igualmente encontró en las ciencias jurídicas un punto de convergencia para cambiar la forma en la que se estudian y se resuelven los casos.
Llevar a cabo un juicio apoyado de IA- Inteligencia artificial- ya no es ciencia ficción. Cada vez toma más fuerza y su aplicación el ejercicio del Derecho es una realidad, porque la tecnología permite agilidad y fluidez en los procesos gracias a:
- Los abogados tendrán a su disposición toda la jurisprudencia relativa a un caso, procesarla automáticamente, a través de una herramienta con IA y emitir una solución jurídica más eficaz y precisa.
- Liberar al profesional del Derecho de tareas repetitivas o mecánicas con procesos automatizados, lo que permitirá concentrarse en labores más especializadas.
- Facilitará el aprendizaje de normas, leyes, términos y conceptos jurídicos con mayor alcance y con una consulta ágil.
- Reducirá el tiempo empleado en recolección de pruebas, documentación e investigación.
- Facilitará el análisis de normas y leyes que puedan cambiar con el tiempo.
- Permitirá el estudio de nuevas aplicaciones de la jurisprudencia y la aparición de nuevos campos de aplicación de las ciencias jurídicas.
Esto no significa que los abogados de carne y hueso con capacidad de razonar, considerando incluso componentes sentimentales para evaluar un caso y/o emitir un veredicto, están mandados a recoger. Todo lo contrario, siempre será importante la visión humana a la hora de establecer razones, argumentos, consideraciones, veredictos y fallos, pues a pesar de que las máquinas tienen la capacidad de aprender, gracias al machine learning, no está concebido aún que puedan desarrollar habilidades como:
- Entender y procesar naturalmente el lenguaje humano, el doble significado de algún término, la ambigüedad de conceptos.
- Los análisis de temas o casos a través de la IA pueden caer en imprecisiones o limitaciones por falta de información, se necesitará siempre la revisión de un profesional para identificar este tipo de situaciones.
Finalmente serán los mismos ingenieros del conocimiento y expertos en derecho, quienes determinarán la legislación que regule el uso y la aplicación de la inteligencia artificial en las ciencias jurídicas y el ejercicio del derecho. Mientras seguimos el largo recorrido que nos ofrece esta aplicación de la tecnología.
El derecho entonces sigue vigente, al ritmo del mundo. No pasará de moda, todo lo contrario, se adaptará a las necesidades que surjan de acuerdo con el avance de la humanidad.
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