En las últimas décadas se acuñaron las nociones de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación, conceptos y amenazas que superaron su definición para convertirse en el pronóstico de un mundo indiferente a la conservación y el cuidado del ambiente.

En medio de ese afligido panorama y con los interrogantes sobre un cambio significativo, aparece un pulmón de vida para Cali, una extensión de 100 hectáreas con una barrera que protege los recursos naturales de la expansión urbana.

Estos jardines polinizadores proveen alimento, refugio, agua y espacio a mariposas, abejas, abejorros, colibríes y otros polinizadores. | Foto: El País

El Parque Ambiental Corazón de Pance es un santuario para la naturaleza, un espacio de conexión con la tierra y de desconexión con la urbe como un templo donde florecen más de 100 especies de plantas y habitan alrededor de 150 especies de fauna, entre aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces.

“Es uno de los proyectos más ambiciosos que haya construido nuestra ciudad. Se trata de un parque ubicado en las riberas del río Pance y que nace como respuesta a la expansión urbana en espacios naturales y de conservación”, expresó Jorge Iván Ospina Gómez, el mandatario de los caleños.

Gracias a la declaratoria de utilidad pública por parte del Concejo Distrital (Acuerdo 471 de 2020), la Administración del ‘Puro Corazón’ invirtió una cifra cercana a los $27 mil millones, con miras a garantizar que estos predios sean destinados, única y exclusivamente, a la conservación y disfrute de la comunidad.

Y un plus adicional: el 75% de estos terrenos son suelo de recarga prioritaria del acuífero de Cali, es decir, una zona estratégica que contribuye a la seguridad hídrica de las comunidades locales y en las actividades empresariales que se abastecen de agua subterránea, pero que, a la vez, es el banco de agua para el futuro. “Es un sitio para el desarrollo integral de la biodiversidad y del ser humano; una plegaria por el agua que le entregaremos como legado a las generaciones venideras”, añadió el alcalde Ospina.

El Alcalde Jorge Iván Ospina recorre los predios del parque. | Foto: El País

El encanto natural del lugar se fusionará con infraestructuras livianas que permitirán su disfrute sin impactos negativos en la naturaleza; habrá senderos entrelazados que invitarán a explorar el misterio que yace en cada rincón del Corazón de Pance; estaciones con paneles solares que aprovecharán al máximo las energías renovables; además de cubiertas diseñadas para captar y aprovechar el agua lluvia o conducirla a infiltración.

Es inevitable cerrar los ojos y pensar en ese paraíso e imaginar por un momento el sonido del riachuelo, a la vez que se quitan los zapatos y se conecta con el césped, mientras se escucha el canto magestuoso de las aves.

“La primera fase del proyecto se ejecuta sobre 44 hectáreas, dentro de las cuales se dejarán 1600 metros lineales de senderos elevados; 1900 de senderos a nivel; estaciones de bienestar; 1500 metros del Jardín Lineal; dos miradores; una tienda de souvenirs y edificios administrativos”, detalló Francy Restrepo, directora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente -Dagma.

Gavilán garrapatero o Pigua (milvago chimachima): esta especie desempeña diferentes roles ecológicos en el parque. Enfrenta amenazas como la destrucción de su hábitat, debido a la expansión urbana y la deforestación. | Foto: El País

Este lugar se erige con un palpitar inagotable, la esperanza de un mejor futuro; un santuario verde que mucho más que un simple parque es un proyecto desarrollado por y para la tierra misma: un latido para siempre.