Las ondas focales son una terapia no invasiva usada ampliamente en medicina desde hace varias décadas para tratar diferentes enfermedades en huesos, músculos, tendones, piel e incluso el corazón. Actualmente, se usa en tratamientos para mejorar la función eréctil en hombres que presentan problemas de erección por causas vasculares, y esto se logra gracias al efecto regenerativo que produce en los vasos sanguíneos sin causar consecuencias secundarias.
Respecto a la efectividad del tratamiento para la disfunción eréctil, se han realizado estudios de investigación de ondas focales, tanto en animales como en hombres con esta dificultad en diferentes países de Europa, Asia y América, entre ellos Colombia. Allí se pudo evidenciar que esta clase de ondas mejoran la erección cuando existe un daño a nivel de los vasos sanguíneos del pene.
Sin embargo, no todas las terapias que se ofrecen para este tratamiento son ondas focales, en algunos casos se trata de ondas de presión radiales, las cuales difieren sustancialmente sus características físicas por la forma que se generan, por lo tanto, es diferente el efecto que producen en el pene.
Diferencias entre las ondas
Para reconocer la diferencia entre estos dos tipos de ondas es importante entender cómo se producen cada una de ellas.
En primer lugar, las ondas focales también llamadas onda de choque, viajan más rápido que la velocidad del sonido en el medio que se producen y pueden ser generadas por tres fuentes de energía: electromagnética, piezoeléctrica o electrohidráulica. Esto causa un pico alto y abrupto en la presión durante un período de tiempo muy corto (menos de 2 microsegundos) sin disiparse, lo cual permite que la onda penetre la piel y llegue de forma directa hasta los vasos sanguíneos, aumentando la producción de sustancias que activan la regeneración del tejido vascular.
Por otra parte, las ondas radiales, también llamadas ondas balísticas, son generadas por el desplazamiento de un balín o proyectil en un tubo, impulsado por alta presión de aire controlado, el cual impacta en una superficie que transmite la fuerza generada a otra superficie adyacente, en este caso la piel forma ondas de más baja presión y concentra la energía máxima en el punto de contacto para luego disiparse según aumenta la distancia, por este motivo su efecto es muy superficial.
Estas diferencias son reconocidas también por las agencias gubernamentales que aprueban el uso y hacen control de los medicamentos y dispositivos médicos. En ese sentido, los equipos de ondas focales son clasificados como dispositivos médicos clase 2, que requieren aprobación para su uso y comercialización, mientras que los equipos de ondas radiales son clasificados como dispositivos médicos clase 1, que no requieren aprobación para su uso y comercialización.
Así mismo, las ondas focales deben ser aplicadas por personal profesional entrenado porque pueden llegar a causar daño si no se hace el procedimiento correctamente, mientras que para aplicar las ondas radiales no se necesita capacitación profesional, por lo que se pueden comercializar a precios más bajos.
Soporte científico
Recientemente en la prestigiosa revista The Journal of Sexual Medicine fue publicado un estudio desarrollado por el centro de investigaciones Elexial Research y el equipo médico de Boston Medical Group con pacientes colombianos, el cual indica que las ondas radiales no generan ninguna mejoría en la erección y su efecto es similar a la terapia simulada o terapia placebo.
Cuando quiera acceder a tratamientos con ondas focales, es necesario acuda a centros médicos especializados de salud sexual masculina y confirme con el profesional de la salud el tipo de ondas que emplea. De esta manera evitará falsas expectativas en resultados con tratamientos que no son útiles para la disfunción eréctil.
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