La noche del 8 de diciembre, los cuatro Camposantos de Funerarias y Camposantos Metropolitano se convirtieron en el epicentro de una celebración llena de luz, esperanza y recuerdos entrañables. Más de 10 mil personas se congregaron para conmemorar el Día de la Virgen de la Inmaculada Concepción, una tradición que lleva más de una década uniendo a las familias caleñas en un acto de fe y amor eterno hacia sus seres queridos.

La celebración dio inicio a las 5:00 de la tarde con una solemne eucaristía que invitó a los asistentes a reflexionar sobre los valores marianos de la Virgen María, un símbolo de consuelo y guía espiritual en los momentos más difíciles. Este primer acto fue un espacio de recogimiento donde las oraciones de quienes han perdido a un ser amado se entrelazaron con el espíritu navideño que comienza a llenar los corazones.

Tras la misa, se dio paso a uno de los momentos más emblemáticos de la jornada: la entrega de faroles. Esta tradición, que se ha convertido en un símbolo de la celebración, llenó los camposantos de pequeñas luces que iluminaban los recuerdos de los seres queridos que descansan en paz.

Luz Estella Pérez, una asistente habitual de esta celebración, compartió emocionada. “Este es el momento de venir a visitar y compartir con mi papá, quien partió hace 4 años al cielo. Siempre venimos a celebrar el inicio de las fiestas con él, porque sabemos que, aunque no esté físicamente, sigue siendo parte de nuestra Navidad”, aseguró.

Un recorrido lleno de amor y esperanza

Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue la procesión que tuvo lugar dentro de los camposantos. En este recorrido, la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción, adornada con flores y luces, paseó por los senderos donde descansan los seres queridos de miles de caleños. Familias completas se unieron al recorrido, llevando sus faroles como símbolo de amor eterno y gratitud.

El coro musical en Camposanto Metropolitano despertó nostalgias y momentos de alegría entre familiares y asistentes. | Foto: El País

En el Camposanto Metropolitano del Norte, la jornada tuvo un toque especial: un coro musical entonó villancicos que llenaron de alegría y nostalgia a los asistentes.

Pedro Pablo Arias, quien enfrentaba su primera Navidad sin su madre, expresó entre lágrimas. “Este coro no es solo bonito, le agradezco mucho a Camposanto este detalle porque mi mamá amaba la Navidad. Este año ha sido muy duro para mí, pero estos villancicos me devolvieron la esperanza de que ella siempre estará conmigo”, dijo.

El canto del coro resonó como un bálsamo para muchas familias que encontraron en la música una manera de conectar con aquellos que ya no están físicamente, pero que viven en sus corazones.

Un encuentro con la memoria y la fe

Para Funerarias y Camposantos Metropolitano de la Arquidiócesis de Cali, esta celebración no es solo una oportunidad para recordar a los seres queridos, sino también para fortalecer los valores marianos que inspiran a miles de caleños.

La conmemoración transforma el duelo en amor, y la tristeza en esperanza, como recordatorio de quienes, aun ausentes, siguen iluminando nuestras vidas con su recuerdo. | Foto: El País

Jhon Mario Gutiérrez, Gerente General de la organización, destacó el impacto de esta tradición. “En esta fecha, miles de caleños nos visitan trayendo la alegría de la Navidad y buscando la paz en sus corazones. Encender una luz en memoria de quienes han partido es un acto de amor y esperanza que ilumina tanto los camposantos como las almas de quienes acuden a ellos”, afirmó.

Los camposantos de Metropolitano del Sur, Norte, San José y Central se llenaron de color, música y un profundo sentido de comunidad. Cada rincón reflejaba el amor y la nostalgia de las familias que, en medio de la Navidad, encuentran en esta celebración una manera de mantener viva la conexión con aquellos que descansan en paz.

Una tradición que crece con el corazón caleño

Con cada año que pasa, esta celebración se consolida como una tradición entrañable para los caleños. Es un espacio donde el duelo se transforma en amor y la tristeza en esperanza. Es, además, un recordatorio de que la Navidad no solo se celebra con quienes están presentes, sino también con aquellos que, aunque ausentes, siguen iluminando nuestras vidas con su recuerdo.

El mensaje final de la jornada resonó con fuerza en las palabras del Gerente General: “Esperamos que quienes han perdido a un ser querido encuentren en esta experiencia una forma de recordar que quienes se van a la paz del Señor siempre viven en nuestros corazones. Esta luz que encendemos juntos es una promesa de amor eterno”.

La celebración del Día de la Virgen de la Inmaculada Concepción en los camposantos de Cali no solo ilumina las noches de diciembre, sino también los corazones de miles de familias.

En un acto de fe, memoria y unidad, los caleños encuentran en esta tradición una manera de compartir la Navidad con quienes han partido, en una conexión que trasciende el tiempo y el espacio.