El programa Perla recorre los barrios más vulnerables de Cali con el fin de reducir los índices de violencia en los jóvenes. La iniciativa impactó a 800 de ellos en 2022 y van cientos en 2023.
Desde el 2020, el programa Perla, de la Secretaría de Seguridad y Justicia ha desarrollado un modelo de prevención para disminuir las dinámicas de violencia en jóvenes entre 14 y 28 años de las comunas más vulnerables de la ciudad, a través de acciones pedagógicas.
Malby Restrepo Martínez, coordinadora del programa y licenciada en pedagogía educativa con especialización en gerencia, estableció que el nombre de la iniciativa hace referencia a la elaboración de las perlas; piedras preciosas producidas naturalmente por las ostras luego de un proceso de cicatrización.
“Las ostras solamente producen perlas cuando han sido heridas por un cuerpo extraño que ha caído en su interior. Su reacción, al no poder expulsarlo, es cubrirlo con nácar y así comienzan a generar la perla. Esto quiere decir que una ostra que no fue herida de algún modo no puede producir perlas, acotando la dinámica de algunos de nuestros jóvenes. Por ello el nombre es muy importante para nosotros”, explicó Restrepo.
De manera similar, las acciones educativas implementadas en los territorios donde los jóvenes intervenidos son, en muchas ocasiones, vulnerados por situaciones de violencia, forman parte de la construcción de sujetos sociales de gran valor para la comunidad. “Precisamente de esas situaciones difíciles podemos sacar piedras preciosas”, puntualizó.
El programa, el cual fue contemplado en el Plan de Desarrollo, se constituye como parte fundamental de la Secretaría de Seguridad por su enfoque preventivo y su labor es realizada diariamente en las calles de la ciudad en lugares públicos como parques, canchas y esquinas, por un grupo de 30 profesionales de diferentes áreas del conocimiento tales como psicólogos, trabajadores sociales, licenciados en educación y licenciados en pedagogía.
“Desde la Secretaría entendemos que, para disminuir la dinámica de violencia, no solamente se debe implementar la parte punitiva, sino también la preventiva. Se trata de ir a los sitios con propuestas y acciones pedagógicas para motivar a los jóvenes, principales víctimas y victimarios, a que se empoderen, formen parte de la comunidad y comiencen a trabajar en sus proyectos de vida”, sostuvo la líder del programa.
De esta forma, Perla impactó a 800 jóvenes en el año 2022 provenientes de 9 comunas de Cali mediante la ejecución de actividades divididas en cuatro principales componentes.
El primero de estos es el componente psicosocial, el cual consta de diferentes actividades de encuentro como chocolatadas, cine, charlas informales y atención a familias.
El segundo es la inducción a formadores, el cual se extiende a los talleres y demás actividades a los líderes comunitarios y miembros de familia para mejorar las redes de apoyo.
El tercero es la participación comunitaria, la cual permite que los jóvenes actúen como líderes y decidan las acciones a ejecutar como miembros de la sociedad.
El cuarto eje es sobre las redes institucionales, el cual forma alianzas con diferentes instituciones locales como el Sena y otras dependencias como Secretaría de Cultura, Deporte, Desarrollo Económico y de Educación con el fin de ayudar a los jóvenes en sus proyectos a futuro.
“En Perla les ofrecemos una opción distinta a la que ofrecen las bandas criminales. Nosotros tratamos de que los jóvenes ofrezcan en su grupo una amistad, cercanía, integración, alegría, deporte y cultura. Que lo aprendido en Perla sea una posibilidad de restarle a los violentos”, manifestó Restrepo.
A pesar de esto, múltiples expertos en seguridad han criticado a la Alcaldía de Ospina por la falta de recursos para la implementación de más programas como Perla, los cuales tienen el fin de reducir los índices de violencia en Cali.
En lo que va de 2023, 209 jóvenes han sido asesinados en la capital del Valle, esto según el más reciente informe del Observatorio de Seguridad de la ciudad.
Testimonios
Dacne Valeria Muñoz, de 22 años, una de las jóvenes que hace parte del programa Perla en el barrio Petecuy II, confiesa que las dinámicas de las charlas fueron el gran detonante para querer formar parte del grupo.
“Al principio era un poco reservada porque no me gustan los psicólogos, pero los juegos previos a cada charla son un gancho que atrae bastante, son muy creativos y te permiten volver a ser niño. Además, sirven para romper el hielo para luego hablar sobre nuestras historias y lo que nos duele”.
Adicionalmente, estos espacios sirven como aprendizaje a nivel personal y profesional. “Personalmente, tengo un genio muy explosivo y me altero con facilidad, pero gracias a los encuentros personales con la psicóloga, he logrado mejorarlo, ahora respiro y trato de entender la otra cara de la moneda. También me ha servido para aprender nuevas dinámicas e implementarlas para hacer mis clases más productivas”, expresa la joven, quien cumple tres meses como maestra de teatro en la Fundación Diverland.
Vale la pena resaltar que la estrategia Perla no solo se articula con las demás dependencias de la Administración, sino también con otras estrategias que también enfocan sus esfuerzos en la prevención de las violencias en los jóvenes como Preci-tip de la Policía Nacional de Colombia.
Es así como, gracias a la invitación de un grupo de uniformados, Jhon Brandon Victoria Mosquera, del barrio El Retiro, conoció la iniciativa. “Unos policías me hablaron de las charlas por primera vez y me motivaron a asistir al igual que unos amigos que ya hacían parte. A mi Perla me cambió mucho la vida, me ayudó abrir los ojos sobre el vandalismo y la violencia. Todos los consejos de los educadores me ayudaron a corregir lo malo que tenía en mi vida. Estoy muy agradecido”.
El joven también manifiesta que ahora cuenta con un proyecto de vida: “Quiero sacar a mi familia adelante, tener una casa propia en otro barrio, abrir un negocio y poder brindarles un futuro a mis hijos”, sostuvo.