El Alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez, hizo un llamado urgente al director de la Policía Nacional, general William Salamanca, para que visite el municipio tras la ola de violencia por la que atraviesa.
“Señor Director de la Policía, reciba de Jamundí el más caluroso saludo, en este momento nuestro municipio requiere de todo el apoyo y solidaridad, extiendo respetuosamente la invitación para que nos acompañe a fin de fortalecer el trabajo hecho con @PoliciaCali y @Ejercito_Div3 para recuperar la tranquilidad de la gente. Señor General, su presencia en nuestro territorio sería un mensaje claro a la ciudadanía del respaldo y el compromiso del Gobierno Nacional para que llegue la paz a los territorios”, escribió en su cuenta de Twitter el mandatario local.
El pedido se origina luego de que en la noche del miércoles 19 de julio explotara una granada en el barrio El Jordán. En los hecho, dos uniformados resultaron heridos y también varios civiles que transitaban por la zona.
Además, en la tarde del jueves festivo 20 de julio, una granada fue lanzada a una patrulla de la policía en otro punto de la ciudad, pero afortunadamente no explotó y se activó, horas después, de manera controlada.
Finalmente, en la noche del viernes 21 de julio, un explosivo estalló en una estación de gasolina de Terpel. Afortunadamente, en el lugar no habían personas y solo se reportaron daños materiales.
Estos hechos han generado zozobra entre la comunidad que está muy nerviosa, precisamente en la mañana de este sábado, 22 de julio, hubo alarmas en el centro de Jamundí, incluso se evacuó un establecimiento comercial por miedo a una posible detonación.
Las autoridades descartaron luego la presencia de explosivos en un vehículo ubicado cerca una estación de Policía de esta población, pero la sensación de inseguridad en este municipio del Valle del Cauca va en aumento.
Las autoridades del municipio han iniciado un plan candado en las vías, con el apoyo de la secretaría de tránsito, con el objetivo de controlar la movilidad e interceptar y prevenir cualquier posible alteración del orden público.
Debido a los hechos de violencia, las autoridades ofrecieron una recompensa de hasta $30 millones para quien brinde información que ayude a identificar a los responsables de los hechos recientes que han afectado la seguridad en Jamundí, con la detonación de varios explosivos.
Violencia azota al país
En los últimos días, Colombia ha sido testigo de varios hechos de inseguridad que han conmocionado a la sociedad y han puesto de manifiesto la grave situación de inseguridad en algunas regiones del país.
El domingo 16 de julio, en Apartadó, Antioquia, fue hallado el cuerpo sin vida del ciudadano venezolano Wilder Arles García, de 51 años, con heridas de arma blanca en el cuello.
Posteriormente, otro ciudadano venezolano que había vivido en la misma residencia también fue asesinado en el mismo barrio, elevando la preocupación en la comunidad de Apartadó, donde se han registrado tres homicidios en la misma semana.
En particular se han incrementado los hurtos, siendo el hurto a personas el que más se ha incrementado, en especial el robo de celulares, que representa cerca del 40% de los hurtos a personas. Por otro lado, se detuvo la tendencia a la baja de los homicidios y ha aumentado en los dos últimos años en el país y en algunas importantes ciudades, como es el caso de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena”, explicó Hugo Acero Velásquez, experto en seguridad, defensa y justicia.
Además agregó: “detrás de este incremento de la criminalidad se tiene una criminalidad cada vez más organizada, que se disputa, de manera violenta, las distintas rentas criminales, como el narcotráfico, el microtráfico, la extorsión, los hurtos de celulares, carros y motos, la trata de personas, el comercio de armas y el contrabando”.
Otro caso que ocurrió el martes 18 de julio, en Cota, Cundinamarca, fue el tiroteo en el restaurante Balsámico Campestre que dejó un muerto y cuatro heridos. Dos hombres en moto llegaron al lugar y abrieron fuego contra las personas presentes.
La víctima fatal fue identificada como Jhon Arroyo, originario de Buenaventura, Valle del Cauca. Aunque se sospecha que pudo ser un ataque sicarial, las autoridades aún investigan los motivos detrás del incidente y si el objetivo era específicamente Arroyo. Los heridos fueron llevados a centros médicos para recibir atención, mientras los bomberos y ambulancias acudieron al lugar para asistir en la emergencia.