El pasado 1 de diciembre la Defensoría del Pueblo emitió una Alerta Temprana de Inminencia, ATI, (038), en la que advierte que tres grupos del crimen organizado “están extorsionando, realizan amenazas de muerte, restricciones a la movilidad, reclutan forzosamente a niñas, niños y adolescentes, cometen homicidios y controlan el tráfico de estupefacientes” en los municipios de Trujillo y Bolívar, al noroccidente del Valle del Cauca.
Se trataría, según la entidad, de Los Guatines, Nueva Corporación y otro grupo delincuencial, en proceso de identificación por las autoridades.
Todo parece indicar que en estas zonas se estarían reactivando grupos delincuenciales conformados por exintegrantes de la extinta banda criminal Los Rastrojos, que pretenden retomar el control del territorio, en donde históricamente también ha tenido presencia el ELN y otros grupos.
Como se sabe, Bolívar y Trujillo por su cercanía o ubicación estratégica hacia el Cañón de Garrapatas y camino entre el norte del país y el Pacífico, los convierten en municipios estratégicos para las operaciones de grupos, esto hace que lleguen nuevos actores a disputar el territorio.
Precisamente, la llegada de nuevos grupos armados, ha hecho que se incremente el reclutamiento forzado, el uso y utilización de niños, niñas y adolescentes en estas zonas.
“¿Por qué niñas, niños y adolescentes? Porque es más fácil, es más barato y, en este momento, hay muchísima impunidad. Es un delito que ni siquiera se está contando. O sea, hoy en día no sabemos cuántos reclutamientos puede haber. Por ejemplo, el ICBF dice que solamente 14 menores entraron al sistema el año pasado, esto es absurdo, no se compadece con la realidad”, afirma Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares.
Y agrega: “El ICBF no está atendiendo, las instituciones están muy temerosas y hay zonas donde ni siquiera están llegando las denuncias, pero las alertas tempranas de la Defensoría muestran otra cosa, muestran que es un tema que está en ascenso permanente”, reitera Bonilla.
Esta dinámica de violencia, que ha dejado 18 homicidios en Trujillo cuatro casos más que el año pasado, y cinco en Bolívar, “pasa por la utilización de niños, niñas y adolescentes”, informó el defensor regional del Pueblo, Gerson Vergara.
Dijo también que aunque lograron evidenciar algunos casos, no obstante “hay un subregistro porque las familias tienen miedo a denunciar, pero la información que hemos podido establecer por algunos actores y personas de la comunidad, es que se ha venido tratando de utilizar algunos niños, de involucrarlos en algunas actividades, a efectos de poder tener esa presencia en los territorios y ejercer de alguna manera el control, por eso se emite la alerta temprana”, subrayó Vergara.
Métodos de seducción
La situación económica de algunos niños o su deseo de reconocimiento hace más fácil su reclutamiento por parte de organizaciones criminales, además “cuando ellos son utilizados se establece un nivel de flexibilización de la norma, por eso se utilizan, y esto genera algún tipo de facilidad para el cometimiento de algunas acciones”, indicó el Defensor Regional.
Pero, más allá del reclutamiento forzado, está la vulneración de los derechos de los menores al ser “usados” y “utilizados”, por estos grupos para “el paso de información o campaneo”, agua, armas, etcétera. Esto se ha evidenciado en Buga, Tuluá, Cali y ahora en Bolívar y Trujillo.
Para Alejandra Rojas, politóloga y analista del conflicto armado, tras la desaparición de Los Rastrojos hace una década, quedaron unos reductos que son los que están ahora de nuevo emergiendo, específicamente en Trujillo, como vía hacia el Cañón de Garrapatas y el Pacífico para controlar el negocio del narcotráfico.
“Tengo información de que la situación actual es a raíz de nuevas disputas entre estos exintegrantes de Los Rastrojos. Hay un antecedente muy importante y es que en noviembre de este año fueron asesinados tres hombres en Trujillo, entre ellos, un excabecillas de Los Rastrojos”, indicó Rojas.
Se refiere a alias Pata Rancia asesinado el pasado 18 de noviembre, en la vereda La Culebra, zona rural de Trujillo, cuando se movilizaba en una camioneta en compañía de Jaime Orlando Paz y Carlos Humberto Serna, alias ‘Gato cero´.
Anotó que, principalmente, el incentivo del narcotráfico siempre va a ser económico. “Cuando se trata de grupos armados ilegales es más por la fascinación de las armas, por tener un estatus, pero con las organizaciones criminales sí es por motivos económicos, sobre todo en estas zonas rurales donde no existe una oferta educativa ni laboral”.
Además, explicó Rojas, estos grupos delincuenciales no se enfrentan directamente con las Fuerzas del Estado y tampoco con otros grupos armados, excepto a través de vendettas y acciones sicariales. “No tienen esa vocación de crear un ejército armado robusto, no vinculan a los menores para confrontaciones, sino como vendedores de sustancias estupefacientes en los colegios, como informantes, es decir, más que el reclutamiento son los usos que les están dando”, reiteró.
Policía no tiene denuncias sobre reclutamiento
Por su parte, el comandante (e) de la Policía Valle, coronel Oleskyenio Enrique Flórez, aseguró que “no está determinado un grupo nuevo como tal. Lo que está claro es que allí había un actor criminal que fue asesinado hace poco, el cual había traído un grupo, como una especie de outsurcing del Chocó, y parece ser que esta misma gente la que lo ultimó”.
En cuanto al reclutamiento de menores, precisó que en días pasados, en El Naranjal, zona rural de Bolívar, se rescató un menor de edad, se aprehendió otro y sometieron dos personas más que hacían parte de la columna Adán Izquierdo. “Evidentemente sí hay un reclutamiento de menores, pero no aquí, en la zona, sino de departamentos como Cauca y Chocó. Cuando uno habla con ellos se da cuenta que no son de Trujillo, ni de Bolívar, sino de otras partes”, enfatizó el oficial.
Asimismo, aseguró que la Policía no ha recibido denuncias de reclutamiento o desapariciones y enfatizó que “la intención de la Policía en un trabajo articulado con el Ejército, es hacer intervenciones para desescalar la situación que se esté presentado y, sobre todo, poder anticiparnos”