Según la organización Internet Watch Foundation, en el 2021 se detectaron 252.000 páginas web a nivel mundial que contenían material de explotación sexual de niñas, niños y adolescentes. Esto representa un incremento del 60 % en comparación con 2020.

Hoy se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes y Colombia no es ajeno a esta problemática, pues de acuerdo con datos de la Fiscalía General de la Nación, en 2020 se presentaron 1425 casos de explotación sexual a menores de edad, en los cuales se vieron involucradas 2486 víctimas.

Además, en lo corrido de este año la línea de reporte Te Protejo ha recibido 113 denuncias de explotación sexual a menores en Colombia, de ellas 40 han ocurrido en el Valle del Cauca.

“Cuando hablamos de explotación sexual nos referimos a la utilización de un menor de 18 años para cualquier fin de satisfacción sexual. Es importante aclarar que no es necesario acceder al menor físicamente para cometer el delito, basta con que esté al otro lado de la pantalla de un computador o celular para que cuente como abuso”, le explicó a El País Judy Benavides, jefe del Proyecto Centro de Internet Seguro de Red PaPaz, y añadió que es importante aclarar que si el abusador sexual le promete algo al niño, (Así no sea dinero) a cambio de satisfacción sexual, también cuenta como delito.

La creciente interconectividad a través de Internet y el acceso a toda clase de dispositivos electrónicos ha facilitado la comisión de este delito.

Una de las manifestaciones más preocupantes de este crimen es la transmisión en vivo de abuso sexual de menores de edad.

Para realizar denuncias sobre explotación sexual a menores se pueden comunicar a la línea 141 del Icbf, el CAI Virtual de la Policía o la página web de la Fiscalía: adenunciar.policia.gov.co.

“Gran parte de lo que sucede es porque todavía tenemos mucho desconocimiento sobre este tema. Los abusadores usualmente son personas cercanas a los menores, pues aprovechan la familiaridad para intimidarlos. Pero hay que dejar claro algo porque el explotador no solo es quien abusa del menor, sino también las personas que están detrás de la pantalla y consumen o pagan por ver la transmisión del crimen. Este es un delito transnacional, es decir, que el primer abusador está aquí en América Latina, pero el segundo es la persona que consume estos contenidos”, aseguró Judy Benavides.

En muchas ocasiones, esta transmisión se realiza con el propósito de obtener una ganancia económica. Por ende, un agresor, denominado como consumidor, le paga un monto de dinero a otro agresor, llamado facilitador, quien tiene acceso a un menor de edad, para que transmita a través de videollamada el abuso sexual de dicha niña, niño o adolescente.

“El Internet fue un servicio que no fue pensado para los niños sino para los adultos. En Colombia tenemos necesidades gigantes de pensar que la explotación sexual de menores también ocurre en la red. En otros lugares del mundo se les exige a las plataformas que estén diseñadas para menores de 18 años. Allá no son los padres los que tienen que instalar controles parentales en los dispositivos móviles, pues por lo general los jóvenes ya saben cómo se desinstalan estas aplicaciones”, aclaró Benavides.

Los agresores que consumen este tipo de contenidos en los que abusan de los menores, son hombres de edad madura y residentes en países de altos ingresos como Australia, Estados Unidos e Inglaterra. Además, realizan los pagos a través de empresas de transferencias de remesas.

¿Por qué hay oferta de contenidos ilegales?

Legislación insuficiente en términos de protección a menores. Esta insuficiencia ya era aprovechada previamente por los agresores para la comisión de explotación en contexto de viajes y turismo.

Incremento de su conectividad a Internet sin un proceso paralelo de fortalecimiento en habilidades digitales y autocuidado en estos entornos.

Consejos para evitar la explotación sexual online de menores de edad

  1. Conocer las redes sociales. Es necesario que los padres de familia se empoderen en línea para cerrar la brecha digital que tienen con sus hijos. Deben conocer las configuraciones de seguridad que existen en todas las redes sociales para impedir que la persona menor de edad deje en público toda su información. También es necesario manejar la dinámica de los juegos en línea.
  2.  Dialogo abierto. Lo más importante es establecer una relación de confianza con su hijo o hija para conversar sobre su actividad diaria. Si se les prohíbe el uso de las redes sociales abrirá un perfil secreto o modificará la privacidad para restringirle información. Explore Internet con sus hijos, y empiece el diálogo tanto sobre los beneficios del uso de Internet como de los riesgos.
  3. Establezca horarios. Elabore un itinerario consensuado de actividades de su niño, niña o adolescente en el que considere un momento adecuado para que use equipos tecnológicos conectados a Internet, de manera que no interfiera con sus relaciones o responsabilidades diarias y, sobre todo, no se aísle por el exceso de tiempo dedicado a Internet.
  4. Ser vigilantes. Observe con detenimiento el comportamiento de sus hijos cuando están en línea o cuando están sin conexión para identificar potenciales indicios de que su hijo está en una situación de explotación.

Algunos comportamientos que más se evidencian son: ponerse triste o preocupado después de recibir mensajes o conectarse, exceder el tiempo de conexión, navegar por la madrugada, tener muchos contactos de personas desconocidas y pedir mayor privacidad para el uso de sus equipos.