Las comunidades indígenas del norte del Cauca están aterrorizadas por la intensidad de la violencia que ahora se vive en esta parte del país, a raíz de la confrontación entre grupos armados al margen de la ley.
“La degradación de la violencia parece cada vez tener menos límites, acaba de ser asesinado un hombre posteriormente incinerado. Los hechos se dieron en límites del resguardo de Huellas y Tóez, Caloto, zona utilizada para matar”, denunciaron los representantes de estas comunidades.
Y es el que el terror de los indígenas y campesinos de esta zona no es para menos: en la madrugada del pasado lunes 18 de noviembre fue asesinado bajo la misma modalidad Luis Fernando Casso Rivera, comunero de la zona rural de Corinto, de aproximadamente 30 años de edad.
“Este muchacho fue baleado cuando iba en su motocicleta por el barrio El Jardín, después procedieron a incinerarlo junto con el vehículo”, denunciaron por su momento periodistas de este municipio nortecaucano.
Por eso, y buscando una posible explicación a estos graves hechos de violencia, los representantes sociales, indígenas y campesinos de la zona denunciaron que todo se debe a la intensa confrontación entre los integrantes del frente Dagoberto Ramos de las Farc y el frente 57 Yair Bermúdez, organizaciones armadas al margen de la ley que ahora se disputan el control de municipios como Caloto, Corinto, Miranda, Toribío, Jambaló, entre otros.
“Esta guerra está en su máximo nivel, y como los de la Dagoberto Ramos no quieren perder terreno, entonces envían a sus sicarios para que acaben con todo, y eso mismo pasa con el 57, cuyos integrantes están es baleando a los disidentes donde sean, por eso la gente en estos municipios está muy asustada porque quedan en medio de las balaceras”, denunciaron los representantes indígenas al exponer que buscan detener esta violencia adelantando la denominada minga hacia adentro con el fin de proteger sus territorios y comunidades.