Una redada de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá dejó al descubierto los rituales de brujería a los que recurre ‘Robledo’, una peligrosa banda que asesina, secuestra, extorsiona y se dedica al tráfico de estupefacientes en Medellín.
Semana reveló que la organización delictiva, integrada por unas 170 personas, tiene ingresos de aproximadamente 500 millones de pesos mensuales por sus acciones criminales. La banda criminal opera como si se tratara de una empresa, pues los jíbaros o campaneros reciben un sueldo de 2 millones de pesos mensuales, mientras que los coordinadores de drogas obtienen una renta mensual de 4 millones 500 mil pesos al mes.
Los miembros de ‘Robledo’ son fácilmente identificados por los habitantes de algunos barrios de Medellín, pues exigen cuotas para cuidar sectores e incluso controlan el flujo vehicular.
Tras una investigación que se prolongó durante año y medio, las autoridades judiciales identificaron el extraño ‘modus operandi’ de ‘Robledo’, banda en la que alias La Bruja, un hombre de 43 años que utiliza silla de ruedas, es quien da las órdenes.
De acuerdo con Semana, el líder criminal consulta las cartas para anteponerse a los riesgos que podría tener la banda y, de esa manera, burlar a las autoridades. De hecho, en una de las habitaciones de su residencia practica toda clase de ritos de brujería con santos, plumas, muñecos y extrañas sustancias.
Al interior de ‘Robledo’, este sujeto se encarga de coordinar el tráfico de estupefacientes como marihuana, tusi y cocaína que se distribuye en tres comunas de la capital antioqueña. Sin embargo, el expediente judicial de las autoridades reseña que ‘La Bruja’ consulta frecuentemente “a las cartas” si su posición dentro de la organización delincuencial está en peligro.
Una fuente cercana contó que estas dudas tendrían su raíz en las disputas que el control territorial del tráfico de estupefacientes ha provocado al interior del grupo criminal. Al parecer, ‘La Bruja’ habría desaparecido y posteriormente asesinado a otro miembro de ‘Robledo’ por las respuestas que encuentra en la santería. “Ese día se puso una toga negra de monje, se emborrachó y cometió el hecho”, aseguró una persona, en diálogo con ese medio.
Este sujeto fue una de las 25 personas capturadas en una redada de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, en conjunto con la Fiscalía, el pasado miércoles, 4 de septiembre. Cuando se percató de la presencia de las autoridades en su apartamento, el individuo lanzó su celular por el balcón para tratar de evadir a el control, sin embargo, sus esfuerzos fueron inútiles.