Eran las 7:20 p.m. del pasado miércoles 10 de octubre. Por seguridad, una joven diseñadora gráfica pidió un Cabify para ir del trabajo a su casa, ubicada en el barrio El Lido.

Tomaron la Autopista Sur y giraron por la Carrera 42. Cuando llegaron al cruce de la Calle 5, donde se hacen los mariachis que esperan clientes, se les acercó un hombre en motocicleta, sin casco, lo que dejó ver sus rasgos afro, con una mujer parrillera. Les tocó el vidrio del carro, exhibiendo un arma de fuego, un revólver, que ella intuyó que era de verdad, porque él lo sostenía sobre la ventanilla, como si le pesara.
–“Los celulares, los celulares”, –increpó el ladrón.

El conductor del vehículo retiró su teléfono móvil del soporte donde lo llevaba para ver la ruta a seguir. La pasajera pensó que se había librado, pero a ella también le exigieron su celular.


El atracador le ordenó al conductor entregarle las llaves del carro, pero el señor se negó. En eso el semáforo cambió a verde y el delincuente cambió de decisión:

–Ahhh no, vuelva a prender el carro y arranque–le ordenó.
Eso hizo, mientras la pareja de atracadores dio reversa y según la factura que le llegó a la usuaria del servicio de transporte, giró hasta la Carrera 39, donde se presume que apagaron los teléfonos hurtados, porque hasta allí llegó el recorrido según pudo ella revisar en el computador en su casa. El día viernes le llegó la factura por $474.769 porque el ladrón no cerró la carrera en la aplicación y curiosamente, el celular ya aparecía en Usaquén, Cundinamarca.

Ese mismo día, a esa misma hora, muy cerca de allí, en el semáforo de la Calle 5 con Carrera 56, una mujer que sale de su oficina y va hacia su casa en el sur de Cali, cuando un arma golpea el vidrio semipolarizado del carro.
–El celular, el celular,– exige el delincuente en moto y también con parrillera.

La mujer en el vehículo entra en pánico y no encuentra el aparato en la cartera, entra en un estado de nervios y rompe a llorar. El atracador ve frustradas sus intenciones y parte con rumbo desconocido. Una tragedia repetida porque allí la atracaron a pleno sol del día hace cinco años y porque ya forma parte de la leyenda urbana los robos constantes en ese cruce del Sur.


Las comunas 2 y 3, en el sector centro de la ciudad, y las comunas 17 y 19, al sur de Cali, son las más afectadas con el fenómeno del atraco a conductores y pasajeros de carros y motos, una modalidad delictiva que parecía haber disminuido, pero que vuelve a sembrar el terror en las calles de la ciudad.

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El diagnóstico lo da la misma Policía Judicial de Cali, Sijín, que ha detectado que las horas pico, entre las 8:00 a.m. y 10:00 a.m. y 5:30 p.m. a 7:30 p.m., son las más críticas para los ciudadanos que transitan en sus vehículos y deben aguardar el cambio de luz en los semáforos de esos sectores.

Un agente de la Sijín dice que esta entidad judicial ha desarticulado siete bandas delincuenciales dedicadas a esta modalidad delictiva, entre ellas, Los Pluto, Los Lisos, Los Expertos y Los del Hueco.

Estas acciones policiales han permitido identificar, individualizar y judicializar más de 45 personas que han sido capturadas.
El agente aclara que muchos son reincidentes, gente que ya ha sido procesada por el mismo delito, pero que a veces quedan libres.

Generalmente se les imputan cargos de concierto para delinquir y hurto agravado y calificado, que pueden dar penas entre cuatro y ocho años de cárcel, que con los beneficios pueden reducirse a entre 2 y 4 años, respectivamente.

“La sanción depende de la sentencia que aplique el juez, quien determina si le da pena privativa de la libertad en establecimiento carcelario o la detención domiciliaria, según el acervo probatorio que presente la Fiscalía General de la Nación”, explica.


También han observado las autoridades que la mayoría de los reincidentes son personas que gozan de la detención domiciliaria, pero infringen esta pena privativa de la libertad.

La mayoría de las veces se recuperan los celulares, pero no las joyas ni los documentos que van en las carteras.

Hace unos cinco años, cuando los atracadores eran el terror de los semáforos, la Policía Metropolitana de Cali lanzó el Plan Semáforos, consistente en varios agentes encubiertos que vigilarían los cruces más peligrosos para este tipo de robos.

El uniformado dice que el Plan Semáforos se sigue realizando e incluso, con mayor efectividad porque ahora cuenta con el apoyo de los policías del cuadrante e inteligencia policial. “Este plan continúa en marcha y nos ayuda mucho a prevenir este delito, porque se hace con el fin de disuadir a quienes lo cometen y de generar percepción de seguridad en la ciudadanía”, afirma.

El oficial indica que si bien se presentan casos de robos en semáforos, son muchos menos de los que ocurrían antes, porque hay un grupo dedicado a combatir este delito.

“La Policía Metropolitana de Cali y la Fiscalía vienen trabajando en coordinación para afectar la cadena criminal donde se hurtan elementos como celulares y joyas, los venden a un receptador que los vende de nuevo”, afirma un agente de la Policía Judicial (Sijín), de Cali.


Había poca gente en las calles. Era lunes festivo y un hombre, de 61 años, iba en su moto a las 7:30 p.m. hacia su casa. En la Avenida Ciudad de Cali, en la entrada a la Estación del MÍO, de Andrés Sanín, se detuvo en el semáforo. Estaba esperando el cambio, cuando lo interceptaron tres jóvenes, que no superaban los 20 años cada uno, dos en bicicleta y uno a pie.

–Cucho, bajate del maletín–, le dijeron dos de ellos.
Él se bajó de la moto con el ánimo de “negociar” con ellos por las buenas y decirles que en ese maletín no llevaba sino el impermeable. Ni bien se había quitado el casco, cuando se vio en el pavimento con los golpes que le dieron. Pero él ya los había analizado y seguro de que no estaban armados, se levantó como pudo y se fue a los golpes con ellos.
En eso, venían más motociclistas, más conductores de vehículos y más transeúntes, que se agolparon a defenderlo y entonces los ladrones huyeron. No lograron robarle ni el celular que lo cargaba en el bolsillo –eso sí, le dejaron el ojo colombino– aunque presume que quizás buscaban plata por ser día de quincena.

Estos son solo tres casos de los muchos atracos que suceden en los semáforos en días hábiles o fines de semana, en sitios muy transitados como los de la Calle 5 o muy solos, como en la Avenida Ciudad de Cali un festivo.

Casos que se quedan sin resolver por las dificultades como la que se le presentó a la joven que le robaron el celular en el Cabify: cuando quiso interponer la denuncia en la página web de la Policía, no pudo hacerlo porque la marca de su teléfono móvil no está incluido en el listado en dicha plataforma.


O todos no pueden resolverse yéndose a los golpes, uno contra tres, cual ‘Machete’, el personaje protagónico de la película mexicana del mismo nombre.

Consejos

Tener a mano siempre el número del cuadrante para informar y alertar a las unidades policiales de acciones o personas sospechosas en la vía.
No importa si usted tiene el número del cuadrante de su casa y el robo es en otra vía de la ciudad. Usted llama y los agentes le hacen el puente con los agentes del cuadrante del sitio donde ocurren los hechos.

Los ciudadanos que van en los otros vehículos deben procurar observar las características de los atracadores y de la moto o carro en los que se movilizan y ofrecer toda esta información a las autoridades, llamando al cuadrante o a la línea 123.