El primer semestre del año cerró con una noticia poco alentadora: Cali tuvo más de 500 homicidios, lo que representa un incremento del 1,6% respecto a los casos registrados durante el mismo semestre del año pasado.
Para los analistas de seguridad estas cifras representan una tendencia difícil de revertir, ya que los asesinatos no solo obedecen a la compleja situación de convivencia en Cali, sino que también influyen los fenómenos externos.
Andrés Felipe Galindo, experto en seguridad, explica que “el problema de violencia de la ciudad no depende exclusivamente de lo que pasa dentro de la misma, también está determinado por sucesos que se configuran a nivel del Pacífico”.
Según el Observatorio de Seguridad de Cali, la zona más afectada por esta ola de violencia es la Comuna 15, donde entre el 1 de enero y el 29 de junio, se presentaron 73 homicidios, 28 más que en el mismo periodo de 2022. Le siguen la Comuna 13, con 51 asesinatos y la Comuna 21, con 42.
En estas localidades, los barrios más violentos fueron Comuneros I, con 21 casos; seguido por Mojica, con 20 homicidios registrados; Sector Alto Jordán, con 15 y El Morichal, con 12.
Que los puntos con más homicidios estén ubicados en el oriente no es casualidad. Juan Camilo Cock, director de la Fundación Alvaralice y experto en prevención de la violencia, considera que, al ser una zona con gran densidad poblacional, se presentan más hechos violentos.
Además, el oriente ha tenido históricamente “mayores niveles de pobreza, una rotación de población superior y tasas de desempleo más altas”, sostuvo el experto.
De la misma manera, la mayoría de homicidios “nos muestran que se dieron por ajustes de cuentas entre bandas o por temas de control de microtráfico”, comentó Pablo Alvarado, coordinador del Observatorio de Seguridad de Cali.
La existencia de estas bandas implica el aumento de civiles armados, lo que se reflejó en que el 78% de los homicidios cometidos a junio de 2023 se perpetraron con arma de fuego, el 19% con arma blanca y el 3% con otro tipo de elementos.
Por otra parte, “hay homicidios que se derivan de problemas de convivencia y conflictos barriales que no se resuelven pacíficamente”, dijo Galindo.
El Observatorio de Seguridad también registró que los días más violentos fueron los domingos, con 126 casos; los lunes, con 82 hechos, y los martes, con 66. El día menos violento en el primer semestre fue el viernes, con 56 casos.
Otro factor que influye en estas cifras es que la ciudad tiene un presupuesto muy reducido para la cartera de seguridad, de aproximadamente cuatro mil millones, es decir, tres veces menos que lo dispuesto por Medellín.
Por otro lado, este fenómeno violento impacta principalmente a los hombres ya que 477 homicidios, es decir, el 94% de estos hechos, fue contra este género. Por su parte, 30 mujeres fueron asesinadas en el primer semestre, es decir, el 6% de las muertes.
Un freno en la disminución
Desde hace 10 años, las cifras de homicidios en Cali comenzaron a descender en el primer semestre, pasando de 986 en 2013 a un mínimo de 465 en 2020.
Si bien la pandemia jugó un papel importante debido a los meses de aislamiento obligatorio, en 2021 esta tendencia se interrumpió con el paro nacional y al estallido social.
En 2022, la ciudad cerró el año con una cifra de 982 homicidios, noticia que llevó a la Secretaría de Seguridad a fijarse una meta ambiciosa para 2023: tener menos de 800 asesinatos.
Aunque Juan Camilo Cock consideró positivo que la Alcaldía se propusiera una meta tan ambiciosa, es prácticamente imposible a la fecha. “El año pasado se produjeron aproximadamente 1000 homicidios y reducirlos en un 20% no se ha visto en Cali. Una reducción del 5% o del 10% por año es importante y más realista”.
Además, Andrés Felipe Galindo, afirmó que la meta propuesta en enero de 2023 es importante, ya que es un indicador simbólico. Sin embargo, en vista de las cifras de los primeros seis meses, es improbable que se cumpla, es más, “en el segundo semestre están los meses de octubre y diciembre que son críticos, debido a las festividades que se celebran, además, durante las elecciones suele aumentar la violencia, por lo que es probable que este año volvamos a superar la barrera de los 1000 homicidios”.
Según los expertos, para revertir esta sangrienta tendencia es necesario que se inicien a implementar acciones efectivas como fortalecer la vigilancia y control en las calles, principalmente en las comunas y barrios más afectados por la violencia, así como generar espacios de sano esparcimiento y brindar oportunidades de educación y empleo.