En medio de un operativo liderado por la inteligencia del Gaula Militar de Cundinamarca en compañía de funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación y con el apoyo de la Secretaría de Seguridad de Bogotá, fue capturado un delincuente que proveía de municiones a la estructura criminal del Tren de Aragua.
“En el marco del Plan Ayacucho, tropas del Gaula militar Cundinamarca, adscritas a la Décimo Tercera Brigada del Ejército en coordinación con el CTI de la Fiscalía, logramos hacer un allanamiento en la localidad de Puente Aranda, donde en flagrancia capturamos al jefe de una estructura criminal que dotaba de municiones al ´Tren de Aragua´, sujeto que ya se encuentra tras las rejas”, confirmó al respecto el coronel Óscar Reyes, comandante del Gaula Militar de Cundinamarca.
El uniformado de alto rango agregó que “así, damos un contundente golpe a esta estructura criminal dedicada a la extorsión, y además incautamos un gigantesco cargamento de medicamentos que serían destinados al uso de actividades criminales en las que escopolamina a los ciudadanos para hurtar sus pertenencias”.
El capturado es señalado de ser el jefe del Tren de Aragua para la venta de armas y sustancias psicoactivas. Su captura se dio en flagrancia y en estos momentos ya permanece en prisión. Además, 15 millones de pesos, un celular y una pistola 9 milímetros con proveedor, valorada en más de $30.000.000, fueron identificados en su poder al momento de su arresto.
Como lo afirmó el alto oficial, esta captura se dio al mismo tiempo en que los funcionarios de las autoridades mencionadas hicieron un allanamiento a una vivienda ubicada en el barrio Santa Matilde de la localidad de Puente Aranda en Bogotá, en donde se incautó más de 6.100 cartuchos para armas de diferentes calibres, entre estos más de 5.700 para calibre 9mm, de Winchester, una marca norteamericana que no es tan común en territorio colombiano.
Además, las autoridades encontraron otros objetos como más de 800 cajas de benzodiacepinas entre Rivotril y Clonazepam, las cuales son usadas para escopolaminar a personas, con el fin de que permanezcan indefensas para que sean hurtadas. Las medicinas se avalúan en más de 1.200 millones de pesos y cada una de las cajas halladas contenía 120 pastillas.