Solo días después de la histórica llegada de las tropas del Ejército al corregimiento de El Plateado (Argelia - Cauca) la comunidad exigió, al parecer presionada por los cabecillas de las disidencias, la salida de los uniformados del casco urbano del corregimiento.
Desde hace varios días los residentes en El Plateado venían solicitando el retiro de los hombres del Ejército Nacional, desplegados en el marco de la Operación Trueno, con el propósito de evitar posibles enfrentamientos entre grupos armados en este sector del cañón del Micay, para no poner en riesgo a la población civil.
De acuerdo con información entregada por líderes en la zona, personas residentes en El Plateado y otras veredas cercanas presionaron las tropas hasta lograr que se retiraran a las afueras del casco urbano del corregimiento hacia una zona en las afueras del sector.
“Hola compañeros, para el día de mañana movilizar toda la gente; no va a haber trabajo, no van a haber negocios abiertos, no va a haber absolutamente nadie en esas fincas; todo el mundo a salir para El Plateado, de 8 a 9 de la mañana ya estar allá. No es si quieren, es obligatorio, pasar el dato, para el día de mañana a las 9 ya estar en ese Plateado”, se lee en uno de los mensajes que a través de WathsApp les hicieron llegar a los residentes.
Advierten además a través de esos mensajes que para el caso del transporte: “persona que tenga carro, moto, cicla, y todo en lo que se pueda movilizar, que lo saque; carro que se mire trabajando y que no esté movilizando gente, carro que quitamos, y carro que se haga pasar por dañado, carro que quitamos. Entonces todo el mundo a salir”.
“Mañana mando gente a todas las veredas. Ojalá y alguien se oponga y verán cómo los hacemos retirar del área y no les dejo sacar ni una gallina”, concluye la amenaza de los disidentes a los habitantes de El Plateado, un corregimiento que es incluso más grande que el casco urbano del municipio de Argelia (cauca).
“Lo primero que se dijo era que no iban a instrumentalizar a la gente en ese supuesto acuerdo de cese el fuego y resulta que eso es lo primero que hacen. No le están cumpliendo en nada al Gobierno y por el contrario, esto parece más una burla”, asegura uno de los líderes en el sector de El Plateado en diálogo con El País.
Minutos después se conocieron también unos audios, supuestamente de uno de los jefes de finanzas de la disidencia Carlos Patiño de las Farc, en los que alerta que el Ejército se está desplegando hacia la cordillera, “pero la gente no quiere copiar”.
“Compañeros y compañeras, por aquí con el grande; yo quiero saber qué es lo que está pasando realmente porque esta no es la maniobra que yo esperaba; esto me tiene completamente decepcionado como se están comportando. La unificación de líderes no la conozco, no sé dónde están; no sé qué están haciendo; me han dejado solo y realmente por eso se me están saliendo de las cosas de las manos”, dice la voz que ha empezado a circular.
La situación de orden público en el cañón del Micay
Tal como lo informó El País en un informe reciente, el pasado 1 de octubre se quedó ‘sin combustible’ la avanzada del Ejército ordenada por el gobierno del presidente Gustavo Petro, y con la cual el Estado le arrebataría a las disidencias de las Farc el control del cañón del Micay, en el norte del departamento del Cauca, y todo el corredor que desemboca en el océano Pacífico.
Tras un mes y medio de combates, muerte y desplazamiento, las tropas ingresaron por primera vez en décadas a un sector geoestratégico para las economías ilícitas de los grupos armados ilegales; pero ese impulso se detuvo 500 metros antes de ingresar en el corregimiento de El Plateado, en el municipio de Argelia (Cauca), como le contaron a El País algunos líderes.
“Estamos en un momento de nervios y de terror porque no sabemos qué esperar. El Ejército avanzó hasta donde quiso y pudo liberar muchas comunidades y hubo tranquilidad porque se limpiaron sectores donde había minas antipersona. Eso es espectacular para la gente porque ya no están sometidos a desplazamientos y porque con el Ejército se puede tratar, pero con los otros (las disidencias) es someterse a lo que ellos digan”, asegura el líder de una de las veredas del cañón del Micay, luego de aclarar que entrega “toda la información pero no me vayan a mencionar porque me hacen matar”.