Integrantes de la Policía desactivaron varias cargas explosivas que no alcanzaron a ser activadas por los disidentes de las Farc que ejecutaron el ataque a la estación de Policía del municipio de Silvia, Cauca, hecho registrado entre la noche del pasado martes 22 de abril y en la madrugada de este miércoles 23 de abril.

Como es de recordar, integrantes del frente Dagoberto Ramos de las Farc ametrallaron por varias horas a los uniformados que laboran en este municipio del centro del departamento, causando mucho temor entre la población civil asentada en el área urbana.

Uno de los puntos que más resalta el Derecho Internacional Humanitario es la prohibición de armas no convencionales, porque estas pueden afectar, de manera indiscriminada, y no controlada, a combatientes y a civiles que no hacen parte de las hostilidades. | Foto: Tomadas de las Redes Sociales

También activaron varias cargas explosivas, aumentando el terror esa noche, como bien lo denunciaron sus habitantes, aportando vídeos donde se aprecia los momentos del ataque.

En las grabaciones se ve cómo los alzados en armas permanecen por las calles de este poblado, al momento de disparar contra los policías, quienes se atrincheraron en la estación hasta que al tiempo recibieron apoyo por parte del Ejército.

Después, y tras la intervención del Ejército, el hostigamiento terminó. Por eso, en la mañana de ese mismo miércoles, los policías y soldados realizaron un recorrido por los alrededores del pueblo, encontraron varios cilindros acondicionados como rampas, y en su interior, estaban otros de estos elementos, repletos de metralla y explosivos.

El uso de cilindros, para acondicionarlos con explosivos, es una técnica que los disidentes heredaron de la antigua guerrilla de las Farc. | Foto: Tomadas de las Redes Sociales

“Tras el hallazgo de estos cilindros y explosivos, técnicos en el manejo de esta clase de elementos procedieron a desactivarlos de forma controlada, todo con el fin de evitar afectaciones a la población civil. Estos cilindros fueron amarrados a los arbustos del lugar, buscando formar rampas, evidenciándose que estaban dirigidos hacia la estación de Policía, por fortuna no alcanzaron a activarlos, porque no solo nos afectan a nosotros, sino a la comunidad”, relataron integrantes de esta institución.

Por eso, y tras alertar a los pobladores, los técnicos antiexplosivos ubicaron y accionaron después contracargas al interior de estos cilindros, reduciendo así a cero su poder destructivo, luego retiraron estos elementos de la zona.

“A raíz de la posibilidad de más ataques, las autoridades de este municipio suspendieron las tradicionales procesiones chiquitas, la cuales cada año se adelantan después de la Semana Santa, la medida busca proteger a la población civil”, relataron líderes sociales de este poblado, ubicado aproximadamente a tres horas de Popayán, capital del departamento.

A raíz de esta situación, las autoridades y la fuerza pública incrementaron el número de efectivos en esta parte del centro del departamento, ante la amenaza de nuevos hostigamientos por parte de los integrantes de esta facción disidente, la cual también tiene presencia en los municipios vecinos de Totoró, Inzá y Páez-Belalcázar.

Un desmovilizado de las disidencias que delinquió en Argelia, Cauca, contó en detalle cómo los alzados en armas construyen sus cilindros bomba, también conocidos como tatucos, para después usarlos en los ataques a la fuerza pública. | Foto: Tomadas de las Redes Sociales