Los dos hombres detenidos señalados por las autoridades de la masacre en Llano Verde afirmaron que no son vigilantes del cañaduzal donde se hallaron los cuerpos de los cinco menores asesinados el pasado 11 de agosto.
Así lo reveló Elmer Montaña, abogado de una de las familias de las víctimas, tras la audiencia de legalización de captura que se llevó a cabo entre el viernes y este sábado.
En esa diligencia Jefferson Marcial Angulo Quiñonez y Juan Carlos Loaiza Ocampo, presuntos responsables del crimen, afirmaron trabajar para una empresa de transporte logístico con sede en Bucaramanga que ofrece servicios de seguridad, y que que actualmente adelanta trabajos en el sector del Jarillón.
Según el jurista, Angulo y Quiñonez reconocieron que emboscaron a los niños y afirman que Gabriel Alejandro Bejarano, aún prófugo, fue quien los mató de manera intempestiva.
Lea además: Autoridades identifican al tercer sospechoso de la masacre en Llano Verde
El defensor de Álvaro José Caicedo, padre de uno de los niños asesinados, también detalló que uno de ellos es operario de máquina pesada y otro es vigilante.
En horas de la mañana se adelantó la segunda jornada de la audiencia en la que los capturados no aceptaron cargos.