El ataque con drones por parte de las disidencias de las Farc contra tropas del Ejército Nacional en Argelia, Cauca, planteó una posible nueva etapa del conflicto armado interno en Colombia. Se trató de “unos ataques a través de estos drones armados. Hemos salido avantes, afortunadamente, gracias a Dios, ante estos intentos de ataques y seguimos mejorando nuestras capacidades tácticas y técnicas para contrarrestar esta amenaza”, señaló el comandante de las Fuerzas Militares, el general Helder Giraldo, luego del atentado el pasado fin de semana.

Los drones militares además de tener cámaras precisas, también poseen capacidad térmica para detectar e identificar personas. Algunos también pueden portar explosivos y cohetería. | Foto: AP Foto/Libkos

“Desde las épocas de Íngrid Betancourt, cuando estaba secuestrada, ya había drones en Colombia. Ahora, lo que no se había desarrollado era el acceso a drones armados ilegales, los cuales se empezaron a usar”, explicó Néstor Rosanía, investigador y corresponsal de conflictos armados.

Por estos motivos, la Fuerza Aérea tiene misiones especiales, donde los uniformados usan la “aviación no tripulada, que les permite realizar registro de estas áreas para establecer su ubicación exacta, dimensiones y posibles asentamientos cercanos antes de realizar su destrucción, con lo cual se realizan operaciones de este tipo reduciendo posibles daños colaterales e incluso ambientales”, se informó desde la institución.

Según Rosanía, la utilización de estos vehículos aéreos no tripulados, tanto por parte de la Fuerza Pública como de los grupos armados ilegales, ha tenido dos fases, una inicial donde se usaron en temas de inteligencia; en el caso militar fueron empleados para localizar a cabecillas de estructuras terroristas.

La siguiente fase es la actual, en la que se realizan incursiones armadas por parte de organizaciones terroristas “la cual es muy artesanal, porque los grupos insurgentes no cuentan con un elemento artillado, sino que toman un dron convencional modificado para que pueda cargar un explosivo y lo pueda soltar”, manifestó el experto.

Cabe mencionar que los drones utilizados en la guerra son distintos a los comerciales, de venta libre, con cámaras, un alcance no superior a 150 metros de altura y que son manejados a través de un celular o control remoto.

Por su parte, los drones de uso militar o táctico tienen mayor alcance, estos pueden “estar a unos 500 o 1200 metros de altura y desde allí tienen visión perfecta. Además tienen sistemas de lanzamiento y de aumento de potencia remota que dan un alcance de aproximadamente 60 kilómetros para hacer vigilancia, control”, afirmó el coronel (e) Carlos Soler Parra, abogado experto en seguridad y justicia, consultor y asesor.

En Colombia, por ejemplo, desde 2021 la Fuerza Aérea utiliza el sistema Uav Coelum, un vehículo aéreo no tripulado usado en misiones de inteligencia civil y militar. “Este producto está concebido para trabajar de manera conjunta y coordinada con la Policía y el Ejército compartiendo información. El uso primario que se le va a dar, es apoyar específicamente a la Policía en las áreas urbanas de diferentes ciudades, esto facilita el control, vigilancia, seguridad e información en tiempo real’', afirmó el mayor general Henry Quintero Barrios, excomandante del Comando de Apoyo a la Fuerza Aérea Colombiana.

¿Cómo se modifican los drones?

Estos vehículos no tripulados se manejan desde pantallas especiales en un centro de control y tienen capacidad de grabación y transmisión en directo, sostuvieron los expertos.

Cabe mencionar que desde hace cuatro años comenzó la alerta de las Fuerzas Militares por la utilización de drones por parte de grupos ilegales tras encontrarse los primeros ensayos en el sector de La Macarena y cerca a San José del Guaviare.

Luego, en 2022, en medio de operativos de control, uniformados reportaran que cayeron explosivos desde el aire.

A pesar de ser permitidos y vendidos en Colombia, los drones comerciales requieren de un permiso especial de la Aeronáutica Civil para su utilización. Además, estos elementos no pueden ser empleados cerca a bases militares o policiales. | Foto: Libre de derechos

Posteriormente, en marzo de 2024, se reveló un video en el que las disidencias de las Farc realizaban pruebas de lanzamiento de explosivos artesanales y granadas utilizando drones, por lo que se evidenció que el grupo ilegal se encuentra en proceso de mejorar sus mecanismos de ataque bajo esta modalidad.

Ellos están haciendo pruebas con drones desde hace mucho tiempo, que soporten el peso de una granada de aproximadamente 250 gramos para que al soltarlas caigan y con un sistema de percusión al tocar el suelo se activen los explosivos”, aseguró el coronel Leonardo Cárdenas, jefe del Centro Contra Artefactos Explosivos, luego de conocerse el video de los ensayos de dicho grupo ilegal.

Por su parte, algunos vehículos aéreos no tripulados de uso militar son equipados con detonantes, los cuales están siendo ampliamente utilizados en las guerras alrededor del mundo. “Hay drones kamikazes iraníes que son los que utiliza Rusia en Ucrania, la cabeza de estos elementos parece una giba que va cargada de explosivos, se estrella contra el objetivo y estalla”, sostuvo Néstor Rosanía.

Uso de drones, el posible futuro de la guerra en Colombia

Más allá del peligro inmediato del uso de drones en el país, con los que los grupos al margen de la ley pueden llegar a atacar a la Fuerza Pública con artefactos de modificación artesanal, la mayor preocupación es que estas estructuras adquieran drones de guerra especializados para lanzar explosivos con mayor capacidad destructiva.

Los drones aumentan la capacidad operativa y estratégica, limitando la exposición personal al ser manejados de manera remota. | Foto: COLPRENSA ©

“El vehículo no tripulado ya está entrando a ser un elemento de la guerra colombiana de lado y lado, esto le da a los ilegales mayor capacidad operativa y estratégica. Aquí es cuando las Fuerzas Militares comienzan a desarrollar un sistema de mayor intensidad tecnológica, pues a futuro las guerras serán de drones, donde no se exponga al ser humano”, explicó el investigador y corresponsal de conflictos armados.

Para evitar que los ataques con vehículos aéreos no tripulados de organizaciones terroristas, afecten a la Fuerza Pública y a la población civil, se han implementado mecanismos de detección que alertan si un dron está sobrevolando, para de esa manera, iniciar las acciones correspondientes.

Además, las armas o escopetas de riego son vitales para derribar a elementos sospechosos que sobrevuelen, de esta manera se limita el riesgo de ataque.

“Estas son nuevas amenazas, lo que denominan como guerras de quinta generación y se está utilizando el ingenio y las capacidades de tecnología para disminuir el espectro y daño de los grupos armados ilegales”, concluyó Carlos Soler.