Por: Anderson Zapata Reyes / Editor de Orden
Aproximadamente a las 5:30 de la tarde del jueves 18 de julio fue la última vez que José Arón Medina Aranda y Alexánder Ante se comunicaron con sus esposas a través de WhatsApp. Les avisaron que ya habían aterrizado en Caracas, Venezuela y al día siguiente se encontrarían en Cali luego de varios meses de ausencia tras irse a integrar las filas del ejercito ucraniano. Sin embargo, días después ambos aparecieron detenidos en Rusia por militares de ese país.
Los familiares de José Arón y de Alexánder se enteraron de que estaban en poder del ejercito ruso por un video que fue publicado en redes sociales. En la grabación uno de los uniformados de Rusia lleva sometido, agarrado del cuello y con la cabeza mirando hacia el piso a José.
En la publicación ambos dicen sus nombres e informan el batallón ucraniano en el que combatieron, están vestidos con uniforme militar, se les ve visiblemente afectados y muestran sus documentos de identidad, licencias de conducción y tarjetas bancarias. Hasta ahora, no se sabe cómo estos dos colombianos, que estaban a punto de regresar a casa, terminaron a 12.000 kilómetros de distancia en territorio del ejército ruso, justo al que habían combatido durante aproximadamente 8 meses.
“Cuando observé ese video quedé destrozada al verlo flaco, preocupado y bajo de ánimo. Me partió el alma ver a mi esposo así. Fue en Venezuela que lo secuestraron y lo enviaron a Rusia. Todo esto lo hicieron sin avisarle a la cancillería colombiana, era a Colombia que tenían que enviarlos, no a Rusia”, reclamó Cielo Yasmín Paz, esposa desde hace 14 años de José Arón.
La ruta de regreso de estos connacionales inició dejando Ucrania y viajando hasta Polonia, para desde allí tomar un vuelo a Madrid. Luego viajaron de la capital española hasta Caracas, donde debían pasar una noche para al día siguiente volar a Bogotá y terminar su travesía en Cali.
“Se vino por Venezuela porque creo que por esta ruta el pasaje era más económico. Yo le pregunté por qué no viajaba de España a Bogotá y me dijo que eran más costosos los tiquetes”, dijo su esposa.
José nació en Morales, Cauca, tiene 36 años, es padre de una niña de 9 años y de un niño de 16. Fue soldado profesional entre el 2014 y 2018, pero se retiró de las Fuerzas Militares porque hubo una masacre en Corinto de la cual casi no sale con vida.
Su esposa cuenta que él decidió viajar a unirse al ejército de Ucrania porque se encontraba sin trabajo y recibió dicha oferta por redes sociales.
“Viajó en noviembre del año pasado. Los primeros meses en Ucrania él me contaba que salía de trabajar cinco días y luego volvía a descansar. Siempre tuve comunicación con él y me enviaba dinero mensualmente para los gastos de los niños. Pero ya luego me contó que quería regresar a Colombia porque había compañeros que habían muerto en combate y eso le daba miedo”, recordó Cielo.
El mismo drama está viviendo la familia de Alexánder Ante, de 48 años y padre de María Angel, una pequeña de solo 5 años que todos los días pregunta por el paradero de su papá.
Este payanés también había sido soldado profesional, pero no continuó en la filas militares por lo complejo de las zonas a las que era enviado, por esta razón trabajó como auxiliar de seguridad en la empresa Prosegur desde el 26 de junio de 2012 hasta el pasado 25 de junio de 2023. Según Carolina, hermana de Alexander, el contrato en dicha compañía se le terminó por un problema en la visión.
“Él decidió irse a Ucrania porque conoció ofertas por redes sociales. Nosotros le suplicamos que no se fuera por allá. Recuerdo que le dije: ‘Mi amor eso lo pueden estar engañando’, pero por más que le hablé no me escuchó, pues estaba un poco desesperado porque no se encontraba trabajando y tenía deudas”, relató Carolina Ante, quien es la única mujer de los cuatro hermanos.
“Cuando nos confirmó que se iba a ir para allá nosotros lloramos, eso fue algo brutal porque nos habían contado malas experiencias de otras personas que se habían ido para Ucrania, pero él decía que le iba a ir bien porque se le estaban dando las cosas”, dijo Carolina.
“Mientras estuvo allá yo vi que se encontraba cuidando casas que parecía que estuviesen destruidas. Él se comunicaba por teléfono con mi mamá porque ella, desde que él se fue, mantiene muy preocupada y se la pasa haciendo oraciones. Ella le decía mijo vengase, hasta que un día por fin él le contó que se iba a devolver porque no aguantaba más, le hacía mucha falta su hija y que eso por allá en la guerra era muy duro”, dice su hermana.
Una de las más afectadas con este drama es la madre de Alexander, quien tiene 80 años y está recibiendo terapias de psicología.
“Han sido días horribles. Nosotros estamos aquí solicitándole al Gobierno que se apiade de estos dos jóvenes. Somos familias humildes y trabajadoras. Hemos enviado papeles y documentos, pero no han contestado de los consulados. Nosotros por lo menos quisiéramos escucharlos, saber cómo se encuentran de salud, pero no hemos obtenido respuestas. Esto es algo muy tremendo”, dijo Carolina en medio del llanto.
Por su parte, Cielo Yasmín dice que psicológicamente toda su familia está muy mal, pero aprovechó para enviarle un mensaje de aliento a su esposo en caso de que llegue a leer este artículo en Internet: “Me siento feliz porque estás vivo. Te amamos mucho, ten mucha fortaleza ya que todo esto va a pasar. Toda tu familia te está esperando. Me haces mucha falta”.
“Al Gobierno Nacional le pido que por favor nos ayude para que nos devuelvan a mi esposo y a su amigo porque los necesitamos aquí en Colombia con vida. Las familias están mal”, suplicó Cielo, y contó que la semana pasada la llamaron del Consulado para decirle que iban a estar pendientes del proceso, por lo que le dieron un teléfono de WhatsApp en el que le informarían cualquier tipo de novedad.
El 25 de julio, la embajada de Colombia en Caracas envió una carta al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela para preguntar si Medina y Ante habían sido detenidos por alguna autoridad de ese país. El oficio fue respondido 10 días después, pero sin mucha información: “Sobre el particular, sirva la presente para informar a esa Misión Diplomática, que su solicitud ha sido remitida a la autoridad nacional competente, cuyas resultados serán informados”.
Desde Rusia no ha habido ningún pronunciamiento y tampoco se han conocido más videos de los dos colombianos que en 10 días cumplirán dos meses en poder del ejército ruso y, entre más pasan las horas y los días, la angustia en incertidumbre aumenta. “Solo pedimos que lleguen vivos, que nos los devuelvan porque ellos no son malos”, claman las familias.