La crisis humanitaria en la subregión de Catatumbo continúa luego de una semana de enfrentamientos entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de las Farc, que delinquen en el territorio.
De acuerdo con las más recientes cifras de la Defensoría del Pueblo, al menos 32.000 personas han sido desplazadas de sus hogares, centenares continúan confinadas y se han registrado aproximadamente 80 homicidios; 5 de las víctimas se ha comprobado que eran firmantes del Acuerdo de Paz.
“Continúa la operación de levantamiento de cuerpos cuando ha sido posible y han sido entregados a Medicina Legal”, aseguró la defensora nacional del Pueblo, Iris Marín.
Por su parte, Medicina Legal reveló ayer que la Dirección Regional Nororiente recibió 41 cadáveres, de los cuales 39 ya han sido identificados y 32 fueron entregados a sus familiares.
El resultado de esta ola de violencia ha afectado a miles de colombianos, entre ellos poblaciones vulnerables como niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas en condición de discapacidad, pues la guerra entre los dos grupos al margen de la ley parece no dar tregua.
De acuerdo con los cálculos del Ejército Nacional, el ELN tiene unos 1940 hombres en el Catatumbo, bajo el mando de alias Alfredo, cabecilla del Frente de Guerra Nororiental de la organización terrorista, quienes están distribuidos en 16 estructuras que buscan hacerse con el control de la subregión, una zona estratégica por ser frontera con Venezuela.
Lo anterior significa también tener dominio de las economías ilegales como el narcotráfico, pues hay más de 50.000 hectáreas sembradas con hoja de coca en esta zona de Norte de Santander, por lo que combaten con el Frente 33 de las disidencias de las Farc, quienes también hacen presencia en esta área.
De la misma manera, el ELN tiene el dominio del contrabando ilegal en entre Colombia y Venezuela, así como la ‘regulación’ de las rutas de migración irregular entre los dos países, la extorsión, el secuestro y la explotación de recursos naturales.
Cabe resaltar que la violencia del ELN no es una situación nueva, ya que en los últimos 60 años ha delinquido en diferentes regiones, incluyendo Norte de Santander, y, en lugar de debilitarse, en tiempos recientes ha aumentado su presencia en el país.
Según una investigación de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, el ELN se ha expandido, pasando de tener presencia en 215 municipios, en marzo de 2023, a alcanzar injerencia en 231 municipios ubicados en 20 departamentos de Colombia en 2024, lo que indica un incremento del 7 %.
Asimismo, un informe de Inteligencia Militar señaló que el grupo armado ilegal tiene en sus filas cerca de seis mil miembros activos, de los cuales por lo menos mil estarían en territorio venezolano, lo que quiere decir que tiene esta guerrilla presencia binacional.
Disidencias, otro actor del conflicto
Antes de la firma del Acuerdo de Paz de 2016 entre el Gobierno Nacional y las extintas Farc, un grupo importante del Frente Primero Armando Ríos, liderado por ‘Gentil Duarte’, dejó el proceso y posteriormente se le unieron el Frente 10, el Frente 28 y el Frente Carolina Ramírez, creando las disidencias conocidas como el Estado Mayor Central, EMC, que comenzó a extenderse por gran parte del territorio nacional.
El crecimiento del EMC ha sido exponencial y se consolidó en los departamentos de Cauca, Antioquia, Norte de Santander, Arauca, Putumayo y Valle del Cauca, afectando a civiles y a la Fuerza Pública.
Actualmente, el Frente 33 de las disidencias de las Farc está en guerra con el ELN en Catatumbo y, de acuerdo con las estimaciones del Ejército Nacional, esta facción tiene 412 hombres especialmente en Tibú, Norte de Santander, bajo el mando de alias Richard, quien, de acuerdo con comunicados de sus rivales, debe rendirse para que acabe el conflicto que hay en la zona.
Según el estudio de la Fundación Pares, en 2024 el Estado Mayor Central tenía presencia en 209 municipios ubicados en 22 departamentos, 43 localidades más que 2023, cuando tenía injerencia en 166.
La expansión de esa guerrilla se relaciona con el número de integrantes que posee, ya que, de acuerdo con cifras de Inteligencia, el año anterior tenía 3480 miembros, 2149 de ellos en armas y 1331 en redes de apoyo.
El segundo grupo de disidencias, denominadas Segunda Marquetalia, se compone de una facción armada que abandonó el Acuerdo de Paz tras la firma. Fueron liderados por alias Iván Márquez y ‘Jesús Santrich’, entre otros, quienes aseguraron que volvieron a delinquir en 2019 ante los incumplimientos del Estado.
Este último grupo opera en la frontera entre Colombia y Venezuela, principalmente en Arauca, y, de acuerdo con el informe de la Fundación Pares, incluso en Apure, Venezuela.
Según la investigación, en 2023 el grupo armado ilegal tenía presencia en 33 municipios del país, pero en 2024 la cifra aumentó a 66, los cuales están distribuidos en doce departamentos.
Por otro lado, según Inteligencia de las Fuerzas Militares, la Segunda Marquetalia contaba con cerca de 1646 integrantes en 2024, de los cuales 1048 serían combatientes y 598 pertenecerían a redes de apoyo.
Situación con Venezuela
La crisis humanitaria que vive el Catatumbo llevó a cientos de colombianos a cruzar la frontera para refugiarse en Venezuela y el ministro del Interior de ese país, Diosdado Cabello los recibió ayer personalmente.
“Es una estrategia política que le sirve a la Revolución Bolivariana para lavarse la cara frente a la poca popularidad que tiene tras el presunto fraude electoral y por la posesión presidencial del pasado 10 de enero”, explicó Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, en Bogotá.
Cabe resaltar que ayer el presidente Nicolás Maduro aseguró que el Ministro estaba en el Catatumbo, por lo que se pensó que había cruzado a Colombia, sin embargo, se dio a conocer que se trasladó fue al aeropuerto Relámpago, de Catatumbo, en Venezuela.
Además, Maduro desplegó a 150.000 efectivos militares a la frontera con Colombia, con el supuesto objetivo de evitar que los guerrilleros ingresen a su territorio, pues, pese a las buenas relaciones entre los dos países, Rodríguez explicó que los uniformados se tienen una histórica desconfianza.
Por otra parte, el canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, pidió a Venezuela no permitir la llegada de guerrilleros a su territorio.
“Es necesario garantizar que los integrantes del ELN no utilicen el territorio de Venezuela como plataforma para moverse”, subrayó el funcionario colombiano.