Junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) presentó el ‘Estudio de caracterización de la niñez desvinculada de grupos armados organizados en Colombia 2013-2022′, donde analizaron la situación de 2.181 víctimas de este delito, atendidas por el ICBF durante ese periodo.
Ahora, en este seguimiento, se analizó la situación de 2.181 niños, niñas y adolescentes víctimas de reclutamiento, atendidos por el Programa de Atención Especializada del ICBF entre 2013 y 2022. Y señalan que aunque estas cifras no son una expresión de la magnitud del reclutamiento, sí permiten hacer una caracterización que aborda causas, perfiles y condiciones de vinculación a los grupos, para proponer políticas públicas que atiendan la situación.
“Tras la firma del Acuerdo de Paz, el reclutamiento, uso y utilización de niñas, niños y adolescentes sigue siendo una dinámica que persiste y se transforma, en virtud del control territorial de los actores armados, con formas más sutiles y complejas que combinan las formas tradicionales de grupos armados organizados con prácticas más propias de otras estructuras armadas y el crimen organizado”, dice el estudio.
A la pregunta sobre si habían percibido cambios a nivel territorial posterior al Acuerdo de Paz, uno de los jóvenes entrevistados, desde su experiencia en el grupo, contestó: “Desde el conocimiento, cambió literalmente todo porque como tal las Farc siempre han dominado lo que era el Cauca; cuando ellos se salieron, obviamente ese territorio lo tomaron los elenos y fue un cambio brusco también porque, de tener estas normas a pasar a tener estas normas, a cumplir ya no para estos, sino para estos de acá, y que mucha gente que tenga hijos, primos, familiares metidos en la guerrilla de las Farc… los fueron sacando, los fueron pelando. O se van o los pelamos. Fue un cambio brusquísimo. Y cuando entró de nuevo las FARC a recuperar territorio, fue mucho más brusco porque ya no eran esas familias de los farianos, sino que esas familias… eran elenos. Obviamente tuvieron que desplazarse también”.
Por otro lado, se acuerdo con el Sistema de Información del Programa del ICBF, de los 2.181 ingresos entre 2013 y 2022, el 1,78 % (39 casos) corresponde a niñas, niños y adolescentes con nacionalidad extranjera. De hecho, 35 casos son de Venezuela, dos casos son de Ecuador y dos casos son de Panamá.
En comparación con el estudio de caracterización realizado para los años 2007-2013, esto representa un aumento importante al pasar de 7 a 39 casos. “Sin embargo, con respecto a la cantidad total de ingresos, lo anterior no permite concluir que el programa haya percibido un ingreso significativamente mayor de población migrante”, añadieron.
“Niños y niñas que por su propio contexto de migración ya son vulnerables, cierto (…) no han podido acceder a un colegio (…) los tramos entre su casa y el colegio son bastante largos y, por lo tanto, el riesgo de ser reclutados, pues puede ser mucho. Al respecto, se debe precisar que, en aquellos casos en que las niñas, niños y adolescentes cuentan con nacionalidad colombo venezolana, el registro en el programa se hace como colombianos.2120 mayor (…) los entornos protectores son muy débiles. Sí, hay poca presencia en el Estado, también con el miedo y además también por la naturalización de estas personas”, dice el estudio.
Por otro lado, el estudio indica que entre enero de 2013 y agosto de 2022, se reportaron 2.181 niñas, niños, adolescentes y jóvenes desvinculados de grupos armados organizados al margen de la ley, que han sido atendidos por el Programa del ICBF.
De este grupo, el 34 % (750) son mujeres y el 66 % (1.431) son hombres. Respecto al estudio de la Universidad Nacional de Colombia y UNICEF (2013), entre 2007 y 2013, los resultados muestran un aumento de la participación de mujeres en cuatro puntos porcentuales.
De igual forma, entre sus principales hallazgos, el estudio registra un aumento en el ingreso al programa de desvinculados de niñas, niños y adolescentes de comunidades étnicas, pasando de un 14% a un 34% en población indígena y de un 12% a un 17% en población afrocolombiana.
Del total de niñas, niños, adolescentes y jóvenes atendidos en el programa del ICBF durante el período de análisis, 877 (40,2 %) fueron reclutados por las FARC-EP, mientras que 587 (26,9 %) fueron reclutados por el ELN.
A las disidencias, el ‘Estado Mayor Central’ y la ‘Segunda Marquetalia’, se les atribuyen 406 casos (18,6 %), mientras que 118 (5,4 %) fueron reclutados por el Clan del Golfo o AGC.
De acuerdo con el estudio, las Bacrim y el Clan del Golfo se caracterizan por tener una mayor proporción de hombres (más del 80 %), mientras que grupos como las FARC, ELN, EPL y GAOr tienen una participación más importante de niñas y adolescentes mujeres con porcentajes entre el 30 % y el 40 %.
De hecho, el estudio destaca que dentro del conjunto de niñas, niños, adolescentes y jóvenes reclutados por el ELN, los que pertenecen a grupos étnicos representan el 45 %.
Por otro lado, según el estudio realizado con niñez desvinculada, los departamentos que más registraron casos de reclutamiento en este período fueron: Antioquia (13,94 %), Chocó (13,25 %), Cauca (12,93 %), Nariño (10,82 %), Caquetá (8,48 %), Arauca (5,87 %), Meta (5,59 %) y Putumayo (5,14 %). En términos de municipios, Tumaco, en Nariño, fue el lugar donde más se registraron reclutamientos, seguido de Cáceres (Antioquia) y Tadó (Chocó).