El asesinato de cuatro personas en Norte de Santander, frontera con Venezuela, cuyos cuerpos fueron hallados en un camino ilegal que conecta a los municipios de Villa del Rosario y Los Patios, se convirtió en la masacre número 37 de lo corrido del 2024 en Colombia, de acuerdo con los registros del Instituto para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, lo que alerta a las autoridades en todo el país.
Durante este año el Valle del Cauca ha sido el departamento más afectado por esta problemática con siete masacres reportadas y 24 víctimas, siendo el caso más reciente el asesinato de tres personas en la vía pública del barrio Nuevo Horizonte, en Florida, el pasado 14 de junio, cuando fueron atacados por hombres armados que se movilizaban en una camioneta, un caso que continúa en investigación.
A pesar de que estos crímenes tienen múltiples causas, son un tipo de violencia ejemplarizante, “lo que buscan es enviar un mensaje tanto a los enemigos como a los aliados, generar control territorial y dar sensación de poder”, explicó Néstor Rosanía, experto en seguridad y corresponsal de conflictos armados.
Por ello, según Felipe Fernández, consultor en seguridad y paz, estos homicidios simultáneos son el método de estructuras armadas que buscan generar terror en el territorio y el Valle del Cauca es un escenario importante gracias a su conexión y cercanía con el departamento del Cauca.
“Estos hechos están orientados a defensores de derechos humanos, líderes sociales o líderes comunitarios que de alguna forma están a favor, por ejemplo, de que esas estructuras no estén en sus territorios o de la restitución de tierras y sustitución de cultivos”, explicó Fernández.
Otro de los motivos de estos delitos es que los grupos armados ilegales clasifican a la población como colaboradoras de una estructura o de otra, convirtiéndola en objetivos militares, sostuvo en consultor en seguridad y paz.
Es por este motivo que el Cauca es el segundo departamento más afectado por este flagelo, ya que a pesar de que se han presentado el mismo número de masacres, en esta zona hay una víctima menos. Néstor Rosanía afirmó que la concentración de estos crímenes en el suroccidente del país se debe a que el 70% de la cocaína producida en Colombia sale por este corredor, además de la dinamización de otros portafolios de economía ilegal.
“Existen líderes que han intentado separar las comunidades del tema de narcotráfico o evitar el reclutamiento forzado y eso los declara como objetivos”, añadió el investigador, sosteniendo que estos liderazgos son castigados por los grupos ilegales porque son vistos como aliados del Estado.
Por ello, a pesar de que no existe causalidad, hay correlación entre la presencia de estructuras armadas y el aumento de masacres en los territorios, por ello, los corredores fronterizos deben ser priorizados por las autoridades.
Los departamentos de Antioquia, Norte de Santander y Magdalena también son afectados por las masacres, con tres casos cada uno. Por su parte en Atlántico, Chocó y Huila se han registrado dos hechos en cada uno. En el caso de Putumayo, Cesar, Bolívar, Casanare, Risaralda, Bogotá, Guaviare y Caquetá ha ocurrido una masacre.
Cabe destacar que entre el 1 de enero y 27 de junio del año pasado se habían presentado 47 masacres, diez casos más que en 2024, pero según los expertos no se puede determinar si este año será menos violento, pues los últimos meses suele haber una escalada en los conflictos.
Para frenar esta tendencia se deben intensificar las políticas de protección integral, puesto que “evitar las masacres no corresponde solamente a la actividad policial o militar, sino a la llegada del Estado con toda la oferta y para eso se crearon los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, los cuales no se han ejecutado como se esperaba”, manifestó Néstor Rosanía.
Además, se debe fortalecer la Unidad Nacional de Protección que se queda corta frente a la demanda, según el investigador, debido a que “se ha identificado que mientras en los territorios las personas amenazadas están desprotegidas, en las capitales hay un exceso de esquemas innecesarios. Muchas de esas masacres se evitarían si tuvieran esquemas de seguridad consolidados a partir del análisis del riesgo”, concluyó.