Por: Anderson Zapata R / Editor de Orden
El Brigadier General Erik Rodríguez es el comandante del Comando Conjunto Número dos de las Fuerzas Militares, grupo que se encarga de brindar seguridad en las zonas más complejas y apartadas de los departamentos de Valle, Cauca y Nariño.
El militar fue uno de los invitados al VIII Foro Internacional de seguridad y Facilitación que se desarrolló ayer en Cali y donde se debatieron temas de seguridad nacional e internacional.
“Esta región del sur de Colombia tiene muchos problemas de seguridad debido a su ubicación. Hay una frontera con Ecuador que es compleja y también está atravesada por la gran cordillera occidental”, sostuvo el uniformado en medio del foro.
En entrevista con El País, el Brigadier General Erik Rodríguez explicó cómo se está trabajando en la región y dio detalles de la intervención del Ejército en el Cañón del Micay, uno de los lugares más complejos en el Cauca.
¿Cuál es actualmente su principal preocupación sobre la seguridad en el Pacífico colombiano?
Que podamos nosotros, como Fuerzas Militares y en coordinación con nuestra Policía Nacional, otras entidades del Estado y la sociedad, ser lo suficientemente efectivos y eficaces en la contención y disminución del narcotráfico.
El narcotráfico es el centro de gravedad de la inestabilidad, de la violencia y la inseguridad en la región. Las rentas ilícitas del narcotráfico y de la minería criminal son el oxígeno y el recurso principal de las organizaciones criminales existentes en Colombia.
El narcotráfico es tan productivo para los grupos ilegales que los obliga a tener que controlar poblaciones de nuestros departamentos y, aquí en el sur del país, entre Valle, Cauca, Nariño, existen más de 88.000 hectáreas de coca cultivados.
¿Por que el Estado ha permitido que los cultivos de coca aumenten, especialmente en Nariño y Cauca?
En este momento tenemos una violencia cuyo estímulo es el narcotráfico. Allí hay dos factores y el primero de ellos es que el Estado colombiano en toda su historia siempre ha sido más pequeño que el territorio nacional. El Estado como proveedor de servicios, de educación, conectividad y seguridad, siempre ha sido más pequeño que el territorio. Eso ha llevado a que durante estos 200 años reciclemos los conflictos y las violencias en las regiones.
No hay un Estado que haga presencia permanente, por ejemplo, en lugares como el Cañón del Micay, en el Catatumbo o Putumayo.
Mientras el Estado no controle estos territorios, especialmente desde el punto de vista de seguridad, siempre habrá un actor ilegal en esas zonas tratando de controlar la población y, como ocurre en este momento, con el objetivo de proteger una economía ilegal.
En el caso específico de la población del Micay, en Cauca, el 90% de lo que comen lo importan de Nariño, Huila y Valle del Cauca debido a que no producen comida, lo único que se produce en ese municipio es coca.
¿Cuál es el panorama de hoy en el Cañón del Micay?
En este momento las tropas continúan avanzando y estamos haciendo tareas de estabilización porque, como lo dije anteriormente, no hacemos nada si llega solamente el soldado y las Fuerzas Militares. Allá tenemos que llevar desarrollo y alternativas de producción diferentes a la hoja de coca.
¿Cómo han visto los pobladores de esa zona la llegada del Ejército? ¿Se han mostrado distantes?
La población está cansada de estar a merced de las organizaciones criminales. Esa región una vez estuvo a merced del ELN, luego de la Segunda Marquetalia y en este momento en manos de la estructura Carlos Patiño, del Estado Mayor Central.
Además, entre la población estos grupos ilegales tienen su principal fuerte de reclutamiento porque el departamento del Cauca es en el que más menores de edad son reclutados de manera porcentual en el país.
La actitud de la población con la llegada del Ejército al Cañón del Micay ha sido de alivio. Ellos sienten temor porque no pueden mostrarse abiertamente cercanos al Ejército y esto lo comprendemos. Sin embargo, ellos nos hacen saber su respaldo y nos piden que no los abandonemos.
Los habitantes de esta región tienen una gran expectativa de cómo el Estado colombiano les va a ayudar a transformar su actividad económica y allí es donde hacemos ese trabajo mancomunado.
Según el informe que presentó, en el Valle, Cauca y Nariño hay 25 estructuras armadas. ¿Cuál de esas es la que más le preocupa?
Son tres las que representan una mayor amenaza para la región. El ELN, el Estado Mayor Central de las disidencias Farc y la Segunda Marquetalia. A estas tres organizaciones hay que apuntarles a su centro de gravedad y esas son las finanzas ilegales que provienen