En los años 20, el estadounidense George Parker vendió dos veces el puente de Brooklyn, en Nueva York, y luego encontró un comprador para la Estatua de la Libertad. Unas décadas después, en París, dos multimillonarios se dieron cuenta que fueron timados por Victor Lustig, cuando ambos fueron a reclamar la supuesta propiedad sobre la Torre Eiffel.

Aunque suene insólito, los magos del engaño y la manipulación han existido siempre y han demostrado la capacidad que tienen algunas personas de arrastrar a otras para invertir en los negocios más absurdos bajo la premisa de rentabilidades desbordadas.

La estafa es quizá el único delito en el que tanto la víctima como el victimario son movidos por las mismas pasiones: la ilusión y la ambición.

Juan Carlos Criollo, en medio de los dos boxeadores, es el supuesto millonario que pagaría $2,5 millones de dólares para que Óscar Rivas defendiera su título mundial en Cali. Todo fue un engaño. | Foto: El País

Sobre esos sentimientos se basó en épocas más recientes una de las mayores estafas orquestadas en el mundo, cuando Bernard Madoff, un financista estadounidense que logró, mediante un sistema piramidal, captar alrededor de 68.000 millones de dólares, en el que utilizaba el dinero de los nuevos inversionistas para cubrir las utilidades de sus clientes más antiguos.

En Colombia, su mayor imitador fue David Murcia, dueño del Grupo DMG, que, mediante ‘pirámides’, engañó a cerca de un millón de personas que confiaron en rentabilidades absurdas. Incluso, muchos vendieron casas, carros y propiedades esperando obtener las jugosas ganancias que les prometió Murcia, quien purga condena en una cárcel de Valledupar por la captación ilegal de alrededor de $70.000 millones.

¿Por qué ha resultado tan fácil para los estafadores conseguir víctimas en Colombia? ¿Cómo se construye el engaño? ¿Por qué ceden con tanta facilidad sus víctimas?

Diana Obando, psicóloga clínica con un doctorado en esta especialidad, destaca que detrás del estafador hay unos rasgos de personalidad antisocial: son manipuladores, cautivadores y supremamente hábiles para engañar. “Son personas que no sienten remordimiento cuando cometen ese tipo de engaños, pero cuando ya se sienten atrapados, se tornan muy agresivos”.

Felipe Rocha Medina convenció a amigos de invertir en un negocio con jugosa rentabilidad, que resultó ser una estafa. | Foto: Guillermo Torres- Semana/API

“Cuando a un ser humano se le ofrece una oportunidad de adquisición, de poder, pues lógicamente le va a gustar. Es lo que llamamos unos reforzadores universales, porque es muy raro encontrar a alguien que diga que no le gusta el dinero o que no quisiera tener una buena posición social; y si viene alguien y le garantiza que lo va a lograr, lo más probable es que muchas personas acepten”, explica Obando, directora de investigación de la Facultad de Psicología y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de la Sabana.

Distintas modalidades

Pero no es solo a través de ‘pirámides’ que se configura la estafa. El vallecaucano Juan Carlos Guzmán es considerado el ‘rey de la estafa’ y es conocido internacionalmente por su habilidad para suplantar identidades.

Hace solo unos años era buscado como el mayor estafador del mundo y se presentó en varios países como hijo de monarcas o descendiente de reyes hasta que fue capturado y condenado en el 2016 por el robo de joyas avaluadas en un cuarto de millón de euros y el uso de tarjetas de crédito robadas.

En Colombia algunos casos se han hecho famosos, como la venta de vacas que no existen, millonarios empresarios que no tienen un centavo en sus bolsillos o delegados de organismos internacionales que suplantaron identidades para obtener recursos de administraciones municipales o fundaciones sin ánimo de lucro. Estos son algunos de los casos más sonados.

El estafador que fue condecorado en Washington

Mucho antes de saberse que Andrés Gutiérrez Serna era un impostor y un estafador, y que no era ningún delegado de la Organización de Naciones Unidas, fue condecorado en Washington con el Premio Napolitan Victory, de la Academia de Artes y Ciencias Políticas al Liderazgo Juvenil (Youth Leadership Award) en 2019, y recibió varios reconocimientos en Colombia.

Andrés Gutiérrez falsificó documentos y se presentó durante años como delegado de la ONU en América Latina y el Caribe para la Niñez y la Juventud. | Foto: El País

Gutiérrez no tenía las capacidades ni la preparación que dijo tener, pero un día se despertó convencido de que era el delegado para América Latina de la UN Major Group For Children and Youth (Grupo de la ONU para niñas, niños y jóvenes) y logró convencer también a altos funcionarios del Gobierno Nacional, quienes lo invitaron a participar en reuniones y asambleas en la mismísima Casa de Nariño.

El enigmático joven es egresado de la Universidad del Rosario, pero donde tiene un mayor recorrido es en los estrados judiciales, en los que enfrenta más de una treintena de denuncias que se le han interpuesto desde el año 2016 por delitos como estafa, suplantación de identidad, abuso de confianza y acoso sexual.

Aún así, el falso delegado les otorgó a varios alcaldes del país el reconocimiento como embajadores de la Niñez y la Juventud en América Latina y el Caribe ante la Oficina de las Naciones Unidas, dignidades que, aunque falsas, aún conservan algunos dirigentes en sus perfiles en redes como reconocimiento a su trabajo social.

“El señor Andrés Gutiérrez no ostenta ninguna representación local, regional, nacional o global de la entidad y todos los nombramientos honoríficos que generó, como cargos de embajadores u otros que realizó este joven, no tienen ningún tipo de validez”, señaló Rosario Díaz, la verdadera coordinadora regional de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe de Juventudes y Niñez de la ONU.

ASÍ SE DESCUBRIÓ EL ENGAÑO

Andrés Gutiérrez recibió en marzo del 2019 el Youth Leadership Award, un reconocimiento entregado en el marco de los premios Napolitan Victory en Washington.

La ‘carrera diplomática’ de Andrés Gutiérrez concluyó cuando el abogado y árbitro de la Cámara de Comercio de Bogotá Julio José Orozco, denunció que el falso delegado de la ONU lo venía suplantando para el cobro de pagos por supuestos servicios como representante el organismo multinacional.

“Me presentaba como supuesto inspector de la ONU utilizando mi segundo nombre y mi apellido. Con eso se ha hecho a unos contratos y ha cobrado unos dineros; eso es estafa”, manifestó entonces el denunciante.

También en junio del 2020 la Oficina de las Naciones Unidas anunció desde su sede principal, a través de un comunicado, que había eliminado un video realizado por Gutiérrez Serna en el 2017, utilizando como fondo el logotipo de la ONU y en el que envíaba un mensaje a los jóvenes de toda América Latinas sobre asuntos de violencia.

De acuerdo con las denuncias conocidas, durante la época de pandemia y algunos años antes, Gutiérrez había realizado acuerdos de cooperación internacional entre la ONU y algunas administraciones y fundaciones por millonarios recursos.

También, al expresidente Iván Duque y a la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez les pidió realizar cuanto antes una reunión, aprovechando que ya se había encontrado con el Procurador General “para discutir las políticas de niñez, infancia y adolescencia en Colombia”.

El trono caído de Gutiérrez no quedó representado solo en el comunicado que emitió la Oficina de Naciones Unidas, negando que fuera un integrante de su cuerpo diplomático, sino que la Academia de Artes y Ciencias Políticas de Washington también anunció la revocatoria del reconocimiento como ganador del premio Liderazgo Joven.

El ganadero que vendió vacas virtuales

Entre $25 millones y $1.500 millones pagaron a comienzos de año más de 80 empresarios y ejecutivos de estratos socioeconómicos altos de las principales ciudades del país, seducidos por unas simples fotografías de ganado de engorde.

Felipe Rocha aseguró a inversionistas de la alta sociedad colombiana que entregaría rentabilidad de hasta el 40 % de lo invertido para la cría de ganado de engorde. | Foto: El País

Esa fue la única prueba que recibieron las víctimas luego de que Felipe Rocha, un reconocido empresario ganadero, los convenció de depositar un buen capital y diversificar sus ingresos con un negocio tan rentable y seguro como la ganadería. En este caso, les dijo, obtendrían una rentabilidad de hasta un 40 % de lo invertido.

Pero el dichoso fondo ganadero solo existía en fotos de WathsApp y lo que se habría consolidado en el trasfondo fue una pirámide en la que desaparecieron más de $70.000 millones que Rocha habría sacado del país antes de que descubriera su negocio.

No obstante, hay quienes aseguran que el dinero que desapareció sería mucho más, pero otras víctimas prefirieron permanecer en el anonimato y no denunciar porque sería dinero que tenían de excedentes en efectivo y que movían por fuera del sistema bancario para evadir el pago de impuestos.

Sin embargo, confiaron en la negociación porque el dinero se depositó a nombre de la empresa Agropecuaria Achury, de la familia materna de Felipe Rocha, con amplia tradición por la famosa ganadería Toros Achury Viejo, y a los inversionistas se les aseguró que sería esa empresa la que respondería por los capitales en caso de presentarse alguna situación imprevista. Es decir, respondería la madre de Felipe Rocha, quien es la suplente de la empresa.

El abogado Fabio Humar, apoderado de unas 40 víctimas, indicó que el empresario contaba con un buen nombre en el mundo de la ganadería y que aprovechó ese prestigio para convencer a mucha gente de entrar al negocio.

De acuerdo con el abogado, fue “un esquema en el que las personas entregan dinero bajo la creencia de que habrá un rendimiento, cosa que no sucederá. Sin embargo, para pagar los supuestos lucros, se debe captar otros incautos que con sus aportes irán pagando los rendimientos de los primeros inversionistas, y así sucesivamente”.

Pero semanas después desapareció Rocha, dejó de pagar rendimientos y desconectó su número de teléfono.

Artistas y famosos, quienes permanecen en el anonimato, están a la espera que la Fiscalía indague lo que hubo detrás de las costosas fotos de esas vacas gordas.

El timador que despojó al boxeador Óscar Rivas de su cinturón de campeón

Sin un peso en el bolsillo, y con una empresa liquidada en la Cámara de Comercio de Palmira, Juan Carlos Criollo se presentó como el inversionista que realizaría en Cali la primera defensa del título del boxeador Óscar Rivas.

Desde Canadá y Polonia llegaron los boxeadores convencidos de que el falso empresario Juan Carlos Criollo pagaría al Consejo Mundial de Boxeo por la realización de la llamada 'Batalla en Cali'. | Foto: El País

Criollo se comprometió, mediante contrato con el apoderado de Rivas y el francocanadiense Yvon Michel, a cancelar los 2,5 millones de dólares de una fiducia en Estados Unidos a nombre del Consejo Mundial de Boxeo (WBC, por su sigla en inglés).

Desde la Alcaldía de Cali hasta el Ministerio de Deportes se contagiaron de entusiasmo con la aparición del millonario inversionista y destinaron recursos para hacer de la llamada ‘Batalla en Cali’, para la cual llegó Óscar Rivas de Canadá, y desde Polonia, el retador Lukasz Rozanski.

La protección de Juan Carlos Criollo fue prioritaria y se movilizaba en camioneta blindada y con escolta militar o de Policía en la ciudad.

Cuando llegó la hora de empezar a invertir, Criollo aseguró que estaba a la espera de que el banco le hiciera efectivo una consignación que le mandaron desde Aguas Calientes, México, y que tardaría unos días mientras se verifica que el dinero provenía de recursos lícitos. Entonces les solicitó dinero prestado a quienes se fueron vinculando al evento.

Los días pasaron y el dinero nada que se lo entregaban para pagar el primer desembolso de medio millón de dólares para la WBC. Entonces le pidió ese dinero prestado al apoderado de Óscar Rivas, para seguir adelante con la organización.

Cuando en el ambiente se sintió el mal sabor y empezaron las sospechas, Criollo citó al apoderado de Rivas en Miami para pagarle el dinero, pero tampoco llegó, porque ni siquiera tenía visa.

El falso millonario desapareció con varios cientos de millones, la pelea no se hizo y Rivas fue despojado del título porque no hizo defensa de él.

Un embaucador astuto y elegante

El vallecaucano Juan Carlos Guzmán pudo conquistar el mundo con las habilidades demostradas y las oportunidades que tuvo, pero el nacido en Roldanillo prefirió andar en el hampa.

Juan Carlos Guzmán es un vallecaucano, nacido en Roldanillo, que estafó a cientos de personas en Estados Unidos, Canadá y Europa. | Foto: El País

Apenas tenía 16 años cuando llegó a Miami oculto en el tren de aterrizaje de un avión de carga, y con el argumento de ser un huérfano fue acogido con cariño en ese país.

Pero pronto empezó a robar joyas y tarjetas de crédito mediante engaños a huéspedes en hoteles de lujo en Miami y luego en Las Vegas, por lo que fue deportado en cinco oportunidades que ingresó de nuevo y huyó luego a Canadá.

Viajó después a Europa, donde, usando distintas identidades y gracias a que habla seis idiomas, obtuvo un botín mediante engaños calculado en 1,5 millones de dólares.

Fue condenado en Francia en el 2019 a quince meses de prisión y luego de cumplir su condena fue extraditado hacia Austria, país donde también tenía una condena en contra. En el 2021 fue deportado a España, donde reside.