El ataque armado contra una patrulla del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, ocurrido este jueves 17 de octubre en el departamento del Cauca, resultó en la muerte de cuatro personas. Entre las víctimas se identificó a Manuel Octavio Bermúdez, conocido como el ‘monstruo de los cañaduzales’, quien cumplía una condena de 40 años por el abuso y asesinato de más de 20 niños.

El dragoneante Michel Carlosama Pechene y el inspector Oscar Darío Bravo Pasuy son los funcionarios del Inpec que también murieron en la emboscada en la vía Panamericana, en el sector de Pescador, cuando la patrulla transitaba entre Popayán y Cali.

Manuel Octavio Bermúdez, nacido en Trujillo, Valle del Cauca, se convirtió en uno de los criminales más notorios del país a finales de los años noventa.

Manuel Octavio Bermúdez Estrada, el 'monstruo de los cañaduzales’, es oriundo de Trujillo (Valle) y su apodo se origina en que asesinó y torturó a 34 niños, varios de ellos entre cultivos de caña en Pradera, Yotoco, Tuluá y Palmira.

Capturado en 2003, Bermúdez fue condenado tras ser reconocido por el testimonio de una de sus víctimas y el hallazgo de pruebas contundentes en su contra. Durante su tiempo delictivo, se especializó en atraer a niños de entre 6 y 12 años, muchos de ellos de origen humilde, ofreciéndoles empleos falsos como vendedor de helados.

Su modus operandi consistía en ganarse la confianza de sus víctimas y luego llevarlas a lugares remotos, donde las sometía a abusos sexuales y, en muchos casos, las asesinaba. Los cuerpos de sus víctimas eran abandonados en cañaduzales, lo que le valió el apodo de ‘monstruo de los cañaduzales’.

A lo largo de su trayectoria criminal, se estima que Bermúdez fue responsable de más de 20 asesinatos de menores, un hecho que conmocionó a la sociedad colombiana.

Las autoridades señalaron que el atentado es una represalia por los operativos de la fuerza pública en El Plateado, en el marco de la operación Perseo. Esta operación busca desmantelar estructuras criminales en la región y ha intensificado la presión sobre los grupos armados, que han respondido con actos violentos como este.

Desde su captura, Bermúdez había sido comparado con otros asesinos en serie colombianos, como Luis Alfredo Garavito, por el patrón de sus crímenes.

Su historia dejó una huella en la memoria colectiva del país, donde se recuerda su captura tras una larga búsqueda que involucró a diversas agencias de seguridad y un exhaustivo análisis de evidencias forenses.

La muerte de Bermúdez ha reavivado el debate sobre la seguridad en los centros penitenciarios y la necesidad de implementar políticas más efectivas para proteger tanto a los reclusos como a los trabajadores del sistema carcelario.

La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, defendió este viernes el proyecto de reforma a la justicia que comenzará su discusión en el Congreso, el cual ha generado controversia por las posibles rebajas en las penas para los delitos contra menores.

El monstruo de los cañaduzales: Manuel Octavio Bermúdez.

Buitrago aclaró que la propuesta incluye sanciones máximas de 14 años, lo que, según ella, garantizaría que los responsables de estos crímenes enfrenten consecuencias adecuadas.

La alta funcionaria argumentó que “la impunidad es que no hay sanción por un hecho criminal”. Al respecto, aseguró que el proyecto brinda una respuesta clara y efectiva al problema, ya que “no hay impunidad” si se imponen sanciones.

*Con información de Colprensa.