Los Shottas y Los Espartanos, bandas delincuenciales que hacen presencia en Buenaventura, renovaron el pasado 8 de noviembre la tregua que inició en julio de 2023 y se ha extendido desde entonces.
En conversación con El País, el coordinador de la mesa de diálogos socio-jurídica, Fabio Cardozo, explicó detalles del proceso que se está desarrollando en Buenaventura con el fin de reducir los niveles de delincuencia y permitir la llegada a la paz al distrito.
¿Cuáles son las características de la mesa que lidera en Buenaventura?
Esta mesa de diálogo está basada en comprender y leer las necesidades de nuestras comunidades y en ese sentido creemos que es preciso emprender un proceso de transformación territorial si queremos que este incesante carrusel de violencias en Buenaventura cese algún día.
Hay que tener en cuenta que quienes están conversando con nosotros son el resultado de procesos que no se lograron cerrar, nuestros interlocutores son personas que provienen de los ejércitos paramilitares que trasegaron por el Valle del Cauca a finales del siglo pasado o personas que no se desmovilizaron en el proceso de 2016. También hay muchos muchachos sin horizontes y sin ningún tipo de inserción social, económica o educativa, que conforman los cinturones de miseria de Buenaventura y encuentran en estas estructuras un lugar para ubicarse porque les da identidad y reconocimiento.
¿Cómo ha beneficiado la tregua a la comunidad?
La tregua fue un acuerdo que hicieron los jefes de las bandas quienes se pusieron de acuerdo frente al clamor de la ciudadanía porque aquí había una especie de estado de terror al punto de que las misas vespertinas se suspendieron por el miedo a las balaceras, por el temor a las vendettas, por la violencia directa que estaba ocurriendo en Buenaventura y los líderes de estas organizaciones tomaron la decisión de parar el fuego.
Lo anterior es muy importante porque los fallecidos no solamente son los miembros de las estructuras en los barrios populares de Buenaventura, quienes terminaban cayendo por participar directamente o como consecuencia de las balaceras, también están muriendo jóvenes inocentes y por eso la tregua tiene ese valor supremo. Nosotros aspiramos a que esta mesa permita avanzar en el desescalamiento de las violencias.
¿Qué otros delitos se busca impactar a través de estos diálogos?
En primer lugar está la necesidad de avanzar en la exclusión de la instrumentalización de niños y niñas en esta guerra. Lo segundo es la revaloración del papel de la mujer, que aunque no ha sido precisamente protagonista de este conflicto nos está ayudando a encontrar una salida en materia de construir la paz a pesar de que estas son sociedades patriarcales y ha existido abuso, especialmente transgresiones sexuales, con los derechos y con la dignidad de las mujeres.
También hemos insistido en la importancia de levantar el confinamiento que existe en Buenaventura, estamos empeñados en que a partir de nuestra intervención los jóvenes y la comunidad en general puedan trasegar por su municipio, por su casco urbano sin ninguna suerte de limitaciones, es decir, que tengan derecho a disfrutar de su ciudad. Aquí conocemos casos de jóvenes de 20 años que no conocen el malecón porque no pueden salir de su barrio.
Igualmente, buscamos atacar el flagelo de la extorsión que es un fenómeno masivo y es el delito que más se ha extendido en Colombia y que golpea el esfuerzo económico de todas las personas de Buenaventura, entre ellos los comerciantes, los tenderos y las familias que tienen que pagar una vacuna absurda.
¿Qué ofrece el Gobierno Nacional a los delegados de la mesa?
Es un proceso muy interesante porque los líderes que tienen interlocución con nosotros son personas de Buenaventura, que quieren seguir viviendo en la ciudad y han expresado cierto agotamiento y hartazgo por la dinámica de la violencia. A pesar de no existir un instrumento de orden jurídico han estado sentados allí en la mesa de conversaciones con nosotros, avanzando.
Debo reconocer que existe la voluntad de los líderes de estos grupos armados ilegales en Buenaventura de avanzar en el territorio y esa voluntad también está movida porque allí viven sus familias, sus amigos y eso genera condiciones para seguir adelante. Hay disposición, justamente conversamos con uno de ellos que está recluido en un centro penitenciario y que tiene una importante jerarquía en uno de los grupos y refrendaba esa decisión ‘nosotros queremos avanzar’.
Además de evitar la violencia ¿qué otras acciones se están realizando?
El gobierno de Nacional va a emprender una serie de acciones en el territorio que procura adelantar procesos de transformación territorial en las zonas de la geografía de Buenaventura más afectadas por estas violencias, pero queremos llamar la atención sobre los recursos que pueden impactar de manera estratégica en la transformación territorial. Estos son los dineros de la agenda del paro cívico que fue el resultado de un levantamiento popular por las insatisfacciones impuestas por el castigo y por la violencia en Buenaventura.
¿En qué se pueden invertir estos recursos económicos?
Buenaventura ha sido un distrito que ha viajado al margen del desarrollo de Colombia a pesar de que por aquí transita buena parte de la de la riqueza nacional, entonces conversando con los compañeros líderes creemos que los recursos de la agenda del paro cívico se tienen que desbloquear. Durante el gobierno anterior no hubo desembolsos, y tímidamente en el gobierno actual se han dado algunos pasos. Estos recursos son cuantiosos, importantes y apuntan al corazón de los problemas de Buenaventura como es el suministro del agua potable para la ciudadanía, por ejemplo.
Otro punto absolutamente relevante es construir el modelo de transición de las economías ilegales a las legales, esto implica el levantamiento de las estructuras criminales en Buenaventura y sobre esos elementos es que descansa la conversación socio jurídica.