El 9 de junio de 1995, en una lujosa residencia ubicada al norte de la capital vallecaucana, fue capturado Gilberto Rodríguez Orejuela, el capo del Cartel de Cali que falleció este miércoles en Estados Unidos.
Tras un gran operativo, Rodríguez Orejuela fue descubierto en el barrio Santa Mónica, en el norte de Cali, detrás de uno de los armarios de la propiedad en la que se estaba ocultando.
"Tranquilos, no me maten... yo soy un hombre de paz, ustedes ganaron y los felicito porque hicieron un buen trabajo" fue lo que dijo en ese entonces el narcotraficante.
El Barrio Santa Mónica es una de las zonas residenciales más importantes del norte. El capo se encontraba escondido, de manera estratégica, en una caleta de dos metros que estaba mimetizada tras la gigantesca biblioteca del cuarto principal de la residencia ubicada en la dirección Avenida 9a Norte # 28N - 97, según reportó este diario durante la cobertura de esta captura.
Las fotos de la propiedad, demuestran lo lujosa que era, por los finos detalles en su arquitectura.
A Gilberto, según el reporte de las autoridades en ese tiempo, lo capturaron a las 3:18 de la tarde, logrando así uno de los grandes golpes a la historia de la lucha contra el narcotráfico en Colombia.
En las fotos de la casa se pueden ver lámparas, muebles y decoración de gran lujo para la época.
Tras la puerta negra del garaje, que tenía casi diez metros de ancho y
era accionada mediante un sofisticado sistema eléctrico, fueron hallados un Renault 9 Brío, de color azul turquí y placas CBZ 235, y un campero Mitsubishi blanco de placas DBM 739, en los que Gilberto Rodríguez Orejuela y sus hombres de confianza jugaban al peligroso juego del gato y el ratón con los hombres del Bloque de Búsqueda, por todos los rincones de Cali.
La muerte de Rodríguez Orejuela, sin duda alguna, revive los recuerdos de una difícil época en Cali y Colombia debido al auge del narcotráfico.